Por Débora Mabaires, para Desacato.info.
Tradução: Tali Feld Gleiser, para Desacato.info. (Port./Esp.)
Com as eleições do domingo 11 de agosto, Mauricio Macri perdeu algo mais do que a possibilidade de ser reeleito como presidente.
A violenta desvalorização criada pelo governo e que empobreceu quase um milhão de pessoas, também mexeu com a engrenagem que manteve Macri no poder. Em apenas 48 horas, os argentinos vimos como aqueles “jornalistas” que durante quase 10 anos tinham feito campanha pelo Macri desistiram da sua atitude e realizaram acrobacias dialéticas para tentar se aproximar de quem aparece com melhores possibilidades de vencer as eleições.
Também aqueles que operavam fantasiados de moderados começam a soltar a mão de um presidente nocauteado pela realidade.
O poder político já não pertence a Mauricio Macri, mas a Alberto Fernández, quem é apenas um candidato que se apresentará em 27 de outubro à disputa eleitoral.
Paradoxalmente, foi no Centro Cultural Kirchner que o presidente reuniu seus funcionários de governo para arengar com um discurso quase evangélico, pedindo que façam de tudo para tentar vencer a reeleição.
Nesse recinto, a intermediária entre o governo e a embaixada (estadunidense), Elisa Carrió, montou seu espetáculo caricato e disse aos berros: “De Olivos vão nos tirar mortos!”, em referência à residência presidencial que não pretendem abandonar.
E lastimavelmente, tudo faz supor que estão dispostos a qualquer coisa para não entregar as chaves da Casa Rosada a quem o povo escolher como novo morador.
Após as reuniões que mantiveram em privado os membros do gabinete nacional com Elisa Carrió, quem agora foi designada como porta-voz destas reuniões, começam a aparecer alguns sinais chamativos e preocupantes.
O companheiro de fórmula de Mauricio Macri, Miguel Ángel Pichetto, retomou sua habitual loquacidade após uns dias de depressão e apareceu em público com um discurso em que tentou vincular a Frente de TODOS com o suposto mal exemplo da República Bolivariana de Venezuela.
Em alguns meios e operadores internacionais vinculados à direita mais rançosa, tentam instalar uma teórica semelhança da Venezuela com o que poderia acontecer na Argentina com um novo governo nacional e popular, que eles desprezam chamando de “populista”.
Na mesma sintonia, o presidente Jair Bolsonaro tinha alertado sobre como os argentinos converterão o sul do Brasil no novo estado de Roraima quando fujam do novo governo.
Na rua, a violência policial aumentou: sem motivo a polícia da Cidade de Buenos Aires, comandada pelo sócio de Macri, Horacio Rodríguez Larreta, na semana passada bateu em pessoas indigentes que faziam fila esperando um prato de comida quente numa das noites mais frias do ano.
No final de semana passado, quatro policiais rodearam um homem em evidente estado de embriaguez, ou narcotizado, e inesperadamente, um deles lhe deu um violento chute no peito que fez com que caísse pesadamente sobre o asfalto, e faleceu quando bateu a cabeça no calçamento.
https://twitter.com/i/status/1163647859738238977
Em algumas esquinas do Centro, tem uma dispersão inusitada de camburões policiais e grupos de policiais em atitude tensa.
Desde o estrangeiro, começaram a operar com total desfaçatez.
As ameaças de Bolsonaro aos argentinos foram o início.
A operadora conhecida como Lana Montalbán, que mora em Miami, Estados Unidos, mas que durante anos foi o rosto de um dos canais mais importantes da Argentina, anunciou que se retirava das redes sociais na sua conta do Twitter, quando se conheceram os resultados das eleições. Porém, ontem retomou sua atividade para se perguntar se os argentinos merecemos uma democracia; enquanto o ator Luis Brandoni, desde Madrid, Espanha, convocou uma marcha para 24 de agosto num triste vídeo com palavras grandilocuentes, com a consigna de “defender a República”.
— Lana Montalban (@LanaMontalban) August 21, 2019
O golpe eleitoral que sofreu Mauricio Macri tirou dele o poder político, mas também a fantasia democrática com a que subiu na poltrona presidencial.
Mauricio Macri no se quiere ir y empobrece a casi un millón de personas en pocos días
Por Débora Mabaires, para Desacato.info.
Con las elecciones del domingo 11 de agosto, Mauricio Macri perdió algo más que la posibilidad de ser reelecto como presidente.
La violenta devaluación creada por el gobierno y que empobreció a casi un millón de personas, también movió el andamiaje que sostuvo a Macri en el poder. En apenas 48 horas, los argentinos vimos cómo aquellos “periodistas” que durante casi 10 años habían hecho campaña por Macri depusieron su actitud y realizaron acrobacias dialécticas para tratar de congraciarse con quien aparece con mejores posibilidades de ganar las elecciones.
También aquellos que operaban disfrazados de moderados, comienzan a soltarle la mano a un presidente noqueado por la realidad.
El poder político, ya no lo tiene Mauricio Macri, sino Alberto Fernández, quien apenas es un candidato que se presentará el 27 de octubre a la compulsa electoral.
Paradójicamente, fue en el Centro Cultural Kirchner que el presidente reunió a sus funcionarios de gobierno para arengarlos con un discurso cuasi evangélico, pidiéndoles que pongan todo de sí para intentar ganar la reelección.
En ese recinto, la intermediaria entre el gobierno y la embajada, Elisa Carrió, montó su grotesco espectáculo en el que espetó a los gritos: “¡De Olivos nos van a sacar muertos!”, en referencia a la quinta presidencial que no piensan abandonar.
Y lamentablemente, todo hace suponer que están dispuestos a cualquier cosa para no entregar las llaves de la Casa Rosada a quien el pueblo elija como nuevo inquilino.
Luego de las reuniones que mantuvieron en privado los miembros del gabinete nacional con Elisa Carrió a quien ahora, designaron como vocera de estas reuniones, empiezan a aparecer algunos signos llamativos y preocupantes.
El compañero de fórmula de Mauricio Macri, Miguel Angel Pichetto, retomó su habitual locuacidad luego de unos días de depresión, y apareció en público con un discurso en el que trata de vincular al Frente de TODOS, con el supuesto mal ejemplo de la República Bolivariana de Venezuela.
En la misma sintonía el presidente Jair Bolsonaro había alertado sobre cómo los argentinos convertirán al sur de Brasil en el nuevo estado de Roraima cuando huyan del nuevo gobierno; y en algunos medios de difusión y operadores internacionales vinculados a la más rancia derecha, intentan instalar una supuesta semejanza entre la situación de Venezuela con lo que podría suceder en Argentina ante un nuevo gobierno nacional y popular que ellos denostan llamándolo “populista”.
En la calle, la violencia policial se incrementó: sin motivo la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, comandada por el socio de Macri, Horacio Rodríguez Larreta, la semana pasada emprendió una golpiza contra indigentes que hacían fila esperando un plato de comida caliente en una de las noches más frías del año.
Este fin de semana, cuatro policías rodearon a un hombre que se desplazaba en evidente estado de ebriedad, o narcotizado, e inesperadamente, uno de ellos le dio una violenta patada en el pecho que lo hizo caer pesadamente sobre el asfalto, y falleció al golpearse la cabeza contra el pavimento.
En algunas esquinas céntricas, hay un despliegue inusitado de tanquetas policiales y grupos de policías en tensa actitud.
Desde el extranjero, han comenzado a operar con total desparpajo.
Las amenazas de Bolsonaro hacia los argentinos fueron el comienzo.
La operadora conocida como Lana Montalbán, que vive en Miami, Estados Unidos, pero que durante años fue la cara del noticiero de uno de los canales más importantes de Argentina, anunció su retiro de las redes sociales en su cuenta de Twitter, cuando se conocieron los resultados de las elecciones. Sin embargo, retomó ayer su actividad, para preguntarse si acaso los argentinos nos merecemos una democracia; mientras que el actor Luis Brandoni, desde Madrid, España, convoca a una marcha para el día 24 de agosto en un triste video con palabras grandilocuentes, con la consigna de “defender la República”.
El golpe electoral que sufrió Mauricio Macri, lo despojó del poder político, pero también del disfraz democrático con el que se encaramó en el sillón presidencial.
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Débora Mabaires é cronista e mora em Buenos Aires.
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