Por Raul Fitipaldi.
Incluye versión en español de Tali Feld Gleiser.
Morreu Kirchner. O Povo avança sobre Praça de Maio, as mulheres velhas carregam bandeiras argentinas, os jovens choram, o povo saúda à Cristina, esse povo meu que amo com paixão está na rua sem restrições. Os vejo nesta tela por onde lhe escrevo y choro marés, não pelo presidente, nem pela Cristina, choro porque lá está minha gente chorando e eu sinto necessidade de abraçá-la e chorar com ela.
Nesse Universo de Mitos que é a Argentina, brilha um novo mito, o Cidadão K está no céu com Evita, com El Che, com El Negro Olmedo, com Gardel, com Monzón, com o deus dos argentinos que é laico como la puta madre e crente como João XXIII.
E me dá na mesma se o cara era populista, se era sério ou um vendedor de garrafas vazias, ele era o Presidente que chegou depois que o Povo Pobre, que o Cabecita Negra deu um chute na bunda da política que vinha da ditadura. Esse Povo que se meteu no Congresso e depois invadiu a Praça das Mâes da Resistência e de Maio também, e deu o sangue, deu a vida por liberar a Pátria do menemismo, como o deram Dario Santillán, Haroldo Conti, Roberto Walsh, vidas que eram a vida de todos e todas. El Néstor era o Presidente do Povo que andou quilômetros e segue andando, que entrou por Rivadavia e não parou até limpar a Praça onde a Nação se sonha.
– E… que me cutuca que pense como socialista, hein, se estou sentindo como pobre, como analfabeto, como trabalhador, como desempregado, como mina com 10 filhos sem marido, como prostituta sem clientes para encher a panela em casa, como estudante sem grana para comprar um mísero livro, como peronista também, se quiser, e não sou, nunca fui, não serei, mas se é passaporte para andar na rua com minha gente, po’deixar que assino a ficha!
– Que me rumina que elabore como burguês esquerdoso, como classe média pensante, não posso, sou grilo de favela, cresci com o vapor da chuva molhando o colchão, sem porta nem janela, nasci como esse cara que vejo agora, chorando esfarrapado e gritando Viva Néstor, Viva Cristina, Viva Evita!
– Entenda meu! Lhe escrevo para que saiba que aqui tem um Cabecita Negra e que nem morando neste paraíso Desterro, onde vou me reparir cinza, me tiram a natureza de pobre, ferrado, fedido. Sou eu meu amigo quem vai pela Avenida de Maio com a bandeira na mão, de porre pela dor, com a esperança na ponta da língua porque Evita, El Che, Olmedo, Gardel e todos os outros, el Néstor incluído, são imortais, pela simples razão de que quando um Povo quer pode tudo, e os argentinos (os emprestados também) queremos que nossos mortos, que são santos, anjos e guerrilheiros assim sejam. Amém.
¿Puedo llorar como “cabecita negra”?
Por Raúl Fitipaldi.
Murió Kirchner. El Pueblo avanza sobre la Plaza de Mayo, las mujeres viejas cargan banderas argentinas, los jóvenes lloran, el pueblo saluda a la Cristina, ese pueblo mío que amo con pasión está en la calle sin restricciones. Los veo en esta pantalla por donde le escribo y lloro a mares, no por el presidente, ni por Cristina, lloro porque allá está mi gente llorando y siento la necesidad de abrazarla y llorar con ella.
En ese Universo de Mitos que es Argentina, brilla un nuevo mito, el Ciudadano K está en el cielo con Evita, con El Che, con El Negro Olmedo, con Gardel, con Monzón, con el dios de los argentinos que es laico como la puta madre y creyente como Juan XXIII.
Y me da igual si el tipo era populista, si era serio o un vendedor de botellas vacías, él era el Presidente que llegó después que el Pueblo Pobre, que el Cabecita Negra le dio una patada en el culo a la política que venía desde la dictadura. Ese Pueblo que se metió en el Congreso y después invadió la Plaza de las Madres de la Resistencia y de Mayo también, y dio la sangre, dio la vida por liberar la Patria del menemismo, como antes la dieron Darío Santillán, Haroldo Conti, Roberto Walsh, vidas que eran la vida de todos y todas. El Néstor era el Presidente del Pueblo que anduvo kilómetros y sigue andando, que entró por Rivadavia y no paró hasta limpiar la Plaza donde la Nación se sueña.
– Y… que me pide que piense como socialista, ¿eh?, si estoy sintiendo como pobre, como analfabeto, como laburante, como desempleado, como mina con 10 hijos sin marido, como prostituta sin clientes para parar la olla , como estudiante sin plata para comprar un mísero libro, como peronista también, si quiere, y no soy, nunca fui, no seré, pero si es pasaporte para andar en la calle con mi gente, no se preocupe que firmo la afiliación!
– ¡Qué me rumia que elabore como burgués izquierdoso como clase media pensante! No puedo, soy grillo de favela, crecí con el vapor de la lluvia mojando el colchón, sin puerta ni ventana, nací como ese hombre que veo ahora, llorando andrajoso y gritando ¡ Viva Néstor, Viva Cristina, Viva Evita!
– ¡Entienda, querido! Le escribo para que sepa que aquí hay un Cabecita Negra y que ni siquiera viviendo en este paraíso Desterro*, donde voy a reparirme en ceniza, me sacan de la naturaleza de pobre, jodido, de jediento. Soy yo, mi amigo quien va por la Avenida de Mayo con la bandera en la mano, borracho de dolor, con la esperanza en la punta de la lengua porque Evita, El Che, Olmedo, Gardel y todos los otros, el Néstor incluido, son inmortales, por la simple razón de que cuando un Pueblo quiere puede todo, y los argentinos (los prestados también) queremos que nuestros muertos, que son santos, ángeles y guerrilleros así lo sean. Amén.
*Florianópolis, Isla de Santa Catarina, Brasil.
Traducción: Tali Feld Gleiser.
Puedo subir esto a mi blog ?
Me emocionó, Gracias !!!
Claro Udi, lo que es publicado en Desacato puede ser publicado en cualquier lugar, apenas citando la fuente. Gracias por tu comentario.
raul fitipaldi
Este é o meu sentimento também raul..lindo texto.. assim é.. que os populistas nacionalistas cresçam mais e mais nesse mundo… porque como diz o nildo, nacionalismo com povo dá em revolução…
Gracias cumpita linda!