Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
(Port. / Esp.)
Quando no ano 2014, o octogenário líder da direita francesa Jean Marie Le Penn disse em Marselha: “Tem uma explosão demográfica no mundo e existe o risco de invasão. A substituição da população está a caminho. Em qualquer caso, “o senhor Ebola pode resolver o problema em três meses”, muitos políticos do mundo se mostraram horrorizados, pelo menos nos meios de comunicação, com seu darwinismo explícito. Porém, hoje podemos ver como o neoliberalismo reinante encontrou um jeito mais sutil de produzir o mesmo resultado: eliminar uma parte da população.
Se a poderosa indústria farmacêutica mundial concentrou poder através da patente dos medicamentos, o que obriga aos países a destinar mais recursos econômicos para os laboratórios que para a atenção dos doentes, a chegada dos gerentes dos laboratórios a cargos no governo, só fez o problema piorar.
Na Argentina, o presidente Macri criou a tormenta perfeita com uma série de medidas.
Modificou o sistema para a aprovação de novos medicamentos, o que permitirá que qualquer laboratório (ou empresa alimentar) apresente à Administração Nacional de Medicamentos, Alimentos e Tecnologia Médica (ANMAT) seu novo produto e, se em 70 dias o processo não for deferido, a partir de agora, ele obtém a aprovação automática, mesmo sem ter passado por testes, colocando em risco a saúde pública. A ANMAT fornecia a certificação para um medicamento se ele cumpria com os protocolos internacionais, as boas práticas farmacêuticas e porque tinha passado pelos procedimentos exigidos aos laboratórios. A comprovação levava, por lei, 180 dias úteis, que podiam ser renovados se fossem necessários novos testes ou ensaios.
Macri, ademais, avalizou a assinatura de um convênio com o USPTO, (United States Patent and Trademark Office ), o órgão que regula as patentes nos Estados Unidos, para entrar em um “plano piloto” por três anos, cuja implementação significa uma revogação de fato da Lei de Patentes de Invenção que rege em nosso país desde 1996. Este acordo, por ser “piloto”, não passa pelo Congresso da Nação como sim deveria acontecer com qualquer modificação à Lei de Patentes.
Na prática, o governo de Mauricio Macri submeteu o nosso povo a ser uma cobaia dos laboratórios, mas, além do mais, pagando para que os experimentadores façam os testes.
Ainda, reduziu o plano de cobertura sanitária dos aposentados, tirando o seu direito a ter medicinas gratuitas, obrigando a pagá-las, o que representará uma despesa extra para muitos deles.
No Congresso Nacional, o partido de Mauricio Macri apresentou um projeto de lei para que a vacinação das crianças seja optativa. Se isto for aprovado, toda a população correria o risco de voltar a ter em todo o território nacional, doenças que se pensava que estavam erradicas, graças aos programas de vacinação massiva. O plano de vacinação contra a hepatite, implementado durante o governo de Néstor Kirchner, quase fez desaparecer em dois anos, os transplantes hepáticos infantis por causa desta enfermidade. As vacinas não são uma despesa, elas são um investimento em saúde.
Umas das primeiras medidas de governo de Macri foi a suspensão do plano de vacinação dos povos originários, seguida pela destruição do programa de treinamento em vacinação que era dado aos agentes de saúde no país todo.
Também eliminou as unidades móveis de atenção sanitária que chegavam com médicos e enfermeiras a locais da Argentina onde não tem hospitais nem postos de saúde; e demitiu os funcionários que trabalhavam no programa. Hoje os caminhões sanitários estão arrombados e os caminhões odontológicos foram desmantelados.
Foi destruído o programa Remediar, um sistema que fornecia de graça a medicação para todas aquelas pessoas que não tivessem condições de pagá-la. Dos 70 medicamentos que faziam parte deste programa, hoje, o Estado só oferece 7.
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No nosso país, a mão invisível do mercado tem pouco de invisível e muito de sanguinolenta, porque se está levando a cabo um genocídio silencioso por vias sanitárias e econômicas, com o agravante de que as cifras de mortos não aparecerão nas manchetes dos jornais. Os métodos foram aperfeiçoados, agora são muito mais sutis e vêm disfarçados com a publicidade.
Talvez, Jean Marie Le Penn em 2014, só expresso publicamente o que a direita internacional vem fazendo a cada vez que tem o poder: eliminar os pobres de jeito silencioso.
Tradução: Tali Feld Gleiser, para Desacato.info.
Macri y el genocidio silencioso
Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
Cuando en el año 2014, el octogenario líder de la derecha francesa Jean Marie Le Penn, dijo en Marsella: “Hay una explosión demográfica en el mundo y existe el riesgo de invasión. El reemplazo de la población está de camino. En cualquier caso, “el señor Ébola puede solucionar el problema en tres meses”, muchos políticos alrededor del mundo, se mostraron horrorizados, al menos en los medios de comunicación, con su explícito darwinismo. Sin embargo, hoy podemos ver cómo el neoliberalismo reinante encontró un modo más sutil de producir el mismo resultado: eliminar a una parte de la población.
Si la poderosa industria farmacéutica mundial ha concentrado poder a través del patentamiento de medicamentos, lo que obliga a los países a destinar más recursos económicos para los laboratorios que para la atención del enfermo, la llegada de los gerentes de los laboratorios a puestos de gobierno, sólo empeora el problema.
En Argentina, el presidente Macri creó la tormenta perfecta con una serie de medidas.
Modificó el sistema para la aprobación de nuevos medicamentos, lo que permitirá a cualquier laboratorio (o empresa alimenticia) presentar ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) su nuevo producto y, si en 70 días, el trámite no consiguió la aprobación, a partir de ahora, la obtiene automáticamente aun a pesar de no haberlos testeado, poniendo en riesgo a toda la salud pública. La ANMAT otorgaba la certificación a un medicamento si cumplía con los protocolos internacionales, las buenas practicas farmacéuticas y porque había pasado por los procedimientos que se les exige a los laboratorios y la comprobación llevaba, por ley, 180 días hábiles, que podían extenderse si eran necesarias nuevas pruebas o ensayos.
Macri además avaló la firma de un convenio con USPTO ( United States Patent and Trademark Office), el ente que regula las patentes en Estados Unidos, para entrar en un “plan piloto” por tres años, cuya implementación significa una derogación de hecho de la Ley de Patentes de Invención que rige en nuestro país desde 1996. Este acuerdo, por ser “piloto”, no pasa por el Congreso de la Nación como sí debería hacerlo cualquier modificación a la Ley de Patentes.
En la práctica, el gobierno de Mauricio Macri sometió a nuestro pueblo a ser conejillos de indias de los laboratorios, pero, además, pagándoles a los experimentadores para que lo hagan.
Al mismo tiempo, redujo el plan de cobertura sanitaria de los jubilados, quitándoles su derecho a tener las medicinas de manera gratuita, obligándolos a pagarlas, lo que representará una erogación extraordinaria para muchos de ellos.
En el Congreso Nacional, el partido de Mauricio Macri presentó un proyecto de ley para que la vacunación de los niños sea optativa, lo que, de aprobarse, pondría a toda la población en riesgo de volver a tener en el territorio nacional enfermedades que se creían erradicadas gracias a los programas de vacunación masiva. El plan de vacunación contra la hepatitis, implementado durante el gobierno de Néstor Kirchner, hizo casi desaparecer en dos años los transplantes hepáticos infantiles a causa de esta enfermedad. Las vacunas no son un gasto, son una inversión en salud.
Una de las primeras medidas de gobierno de Macri fue suspender el plan de vacunación de pueblos aborígenes, seguida por la destrucción del programa de capacitación en vacunación que se hacía para los agentes de salud en todo el territorio.
También eliminó las unidades móviles de atención sanitaria, que llegaban con médicos y enfermeras a lugares del país donde no hay hospitales ni centros de salud; y despidió al personal que los atendía. Hoy los camiones sanitarios se encuentran arrumbados y los camiones odontológicos fueron desmantelados.
Desmanteló el programa Remediar, un sistema que proveía gratuitamente la medicación para todas aquellas personas que no pudieran pagarla. De los 70 medicamentos que formaban parte de este programa, hoy el Estado sólo provee 7.
En nuestro país, la mano invisible del mercado poco tiene de invisible, y mucho de sangrienta, ya que se está llevando a cabo un silencioso genocidio por vías sanitarias y económicas, con el agravante de que las cifras de muertos no aparecerán en los titulares de los diarios. Perfeccionaron los métodos, ahora son mucho más sutiles y vienen disfrazados con la publicidad.
Tal vez, Jean Marie Le Penn en 2014 sólo expresó públicamente lo que la derecha internacional viene haciendo cada vez que tiene el poder: eliminar a los pobres de manera silenciosa.
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Foto: Revista Orsai.
