Ganhou Obama, o democrata que reduziu programas sociais e aumentou a despesa militar

Análisis 365.- El gasto militar actual sobrepasa la cifra máxima de los años de la guerra de Vietnam y de la era de Reagan.

El triunfo del candidato del partido Demócrata Barack Obama  estuvo marcado por el apoyo de los latinos, los afrodescendientes, los menos religiosos, los jóvenes, las mujeres. En general los sectores más vulnerables y maltratados por el establishment estadounidese le dieron su apoyo, nuevamente, al presidente que, paradójicamente, redujo los programas sociales y aumentó considerablemente el gasto militar del país más poderosos del mundo.

La administración de Barack Obama sorprendió a más de uno al inicio de su mandato cuando tomó la decisión de mantener en su puesto a quien fuera Ministro  de Defensa en el gobierno de George W. Bush, implicado  en el desastre de la guerra de Irak. Desde entonces su política extranjera, su dependencia con el lobby del complejo militaro-industrial y de la finanza de Wall Street demuestra que todo esto favorece principalmente a los intereses de una poderosa y pequeña oligarquía que al bienestar común de una inmensa mayoría de ciudadanos estadounidenses.

Según un informe de la Red Voltaire, la decisión del presidente Obama de aumentar el gasto militar a partir de 2011 produjo el dispendio militar-administrativo más grande desde la segunda guerra mundial.

Ese gasto está siendo acompañado del congelamiento en programas nacionales «no relacionados con la seguridad», tales como educación, nutrición, energía y transporte, lo que traerá como consecuencia, señala Red Voltaire,  cortes inflacionistas en los servicios esenciales para el pueblo de EE.UU. durante los próximos años.

El presidente Obama continúa el proceso de reinflación del Pentágono que comenzó a finales de 1998, exactamente tres años antes de los ataques del 11 de septiembre. El aumento de gastos en defensa nacional desde 1998 es tan grande como la suma de los incrementos de Kennedy-Johnson (43 %) y el de Reagan (57 %).

Al Departamento de Defensa se le ha otorgado alrededor de 7,2 mil millones de dólares desde 1998, año que marca el fin de la disminución de los gastos militares durante la etapa posguerra fría.

El gasto actual sobrepasa la cifra máxima de los años de la guerra de Vietnam y de la era de Reagan y en este momento los planes del Pentágono son mantenerse en ese nivel.

El aumento radical del actual gasto militar, en comparación con la Guerra Fría y la Segunda Guerra Mundial, se justifica con las guerras en Iraq y Afganistán. Sin embargo, si las guerras de hoy no se incluyeran, todavía existe un incremento de 54 % desde 1998.

La opinión pública nunca oye hablar en los grandes medios corporativos de los gastos de guerra y de cuánto cuesta todo realmente.

Se estima que un solo sistema de armamento futuro le cueste al contribuyente estadounidense casi un tercio de lo que se espera que se gaste en el plan de atención de salud propuesto por la administración de Obama durante toda una década.

Originalmente se estimaba el precio de un avión F-35 en 50 millones de dólares, pero hoy es de 113 millones. La infantería de marina, la fuerza aérea y la marina de guerra planean comprar un conjunto de 2,450 unidades de F-35, que costarían en total unas 323,000 millones de dólares.

Tom Engelhardt, escritor e investigador,  señaló en TomDispatch.com: «He aquí una realidad para los estadounidenses: el Pentágono es nuestro verdadero Estado de bienestar, los fabricantes de armas son nuestras reales “reinas de bienestar” a los cuales no hemos parado nunca de atiborrar con dinero».

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