Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
(Português/Español).
Os argentinos estamos profundamente chocados pelo golpe institucional que sofrem os nossos irmãos brasileiros. Se o impeachment de Dilma Rousseff acontecer, as nossas esperanças de conseguir resistir os embates do neoliberalismo concentrado, se esvaem.
Nos seis meses de governo de Mauricio Macri, a qualidade da democracia argentina se viu seriamente afetada.
Nesses últimos dias temos visto na província de Tierra del Fuego, a repressão do protesto social, com forças policiais sem identificar, cantando o hino enquanto botavam fogo às barracas dos manifestantes.
Impávidos, vemos ministros de segurança provinciais tomar medidas ridículas, mas opressoras, como judicializar e prender crianças por brincarem nas ruas; ou lhes proibir andarem de bicicleta na província de La Pampa.
Silenciosamente se iniciou uma caça às bruxas na província de Santiago del Estero, contra os sindicalistas docentes, até o ponto de que alguns deles tiveram que abandonar a província para salvar sua vida.
À prisão sem causa da dirigente social Milagro Sala, confinada na província de Jujuy, se somam as torturas que sofre dentro da cadeia, como obrigá-la a tomar banho com água gelada nesses meses de temperatura invernal ou não lhe permitir visitas. Como se fosse pouco, começou a perseguição a seus advogados através da suspensão da matrícula de um deles.
A perseguição judicial que atinge a ex-presidenta da nação Cristina Fernández de Kirchner, inclui causas ridículas pelas que deve comparecer aos Tribunais, mas também a perseguição a um dos seus advogados, o Dr. Eugenio Zaffaroni, quem também teve sua matrícula suspensa recentemente.
Todos os argentinos nos encontramos submetidos a esta situação de perda de direitos humanos. Se incrementaram os casos de torturas e mortes de detidos de maneira exponencial.
Os camburões da polícia e as forças de segurança já não levam identificação.
A militarização de bairros humildes, com forças especiais, armadas até os dentes, está começando a ser a regra.
Na semana passada, Mauricio Macri assinou um decreto que elimina uma das conquistas da democracia argentina: volta a colocar a auto-regulação nas Forças Armadas. Já não dependem do poder político, senão que, igual que na ditadura de 1976, serão os comandantes os que decidam sobre cada uma das forças.
E para completar o panorama opressor, outro decreto derruba a reforma sobre a Agência Federal de Investigações: voltar a dar todo o poder aos agentes de inteligência, com sua imunidade e suas despesas reservadas para que outra vez operem como lhes der na telha.
A imposição deste regime econômico que reduziu o nosso PIB em 5% no primeiro quatrimestre e que já começou a provocar as suas primeiras vítimas mortas por fome e pelo frio, acontecerá pela força.
Não tem mais dúvida.
Ya no hay dudas
Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
Los argentinos estamos profundamente consternados por el golpe institucional que sufren nuestros hermanos brasileños. Si el derrocamiento de Dilma Roussef se efectiviza, nuestras esperanzas de poder resistir los embates del neoliberalismo concentrado, se esfuman.
En los seis meses de gobierno de Mauricio Macri, la calidad de la democracia argentina se vio seriamente afectada .
Hemos visto en los últimos días en la provincia de Tierra del Fuego, la represión de la protesta social, con fuerzas policiales sin identificar, cantando el himno mientras prendían fuego a las carpas de los manifestantes.
Impávidos, vemos a ministros de seguridad provinciales tomar medidas ridículas, pero opresoras, como judicializar y encarcelar a niños por jugar en las calles; o prohibirles andar en bicicleta en la provincia de La Pampa.
Silenciosamente se inició una caza de brujas en la provincia de Santiago del Estero, contra los sindicalistas docentes, al punto que algunos debieron abandonar la provincia para salvar su vida.
Al encarcelamiento sin causa de la dirigente social Milagro Sala, presa en una cárcel jujeña, se le suman las torturas que sufre dentro del penal, tales como obligarla a bañarse con agua fría en estos meses de temperatura invernal o no permitírsele visitas. Como si fuera poco, empezó la persecución a sus abogados, suspendiéndole la matrícula a uno de ellos.
La persecución judicial que alcanza a la ex presidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner, incluye causas ridículas por las que debe comparecer en Tribunales, pero también la persecución de uno de sus abogados, el Dr Eugenio Zaffaroni a quien también le acaban de suspender la matrícula.
A esta situación de pérdida de derechos humanos, nos vemos sometidos todos los argentinos. Se incrementaron los casos de torturas y muertes de detenidos de manera exponencial.
Los móviles policiales y de fuerzas de seguridad, ya no llevan identificación.
La militarización de barrios humildes , con fuerzas especiales , armadas hasta los dientes, está comenzando a ser la norma.
La semana pasada, Mauricio Macri firmó un decreto que elimina uno de los logros de la democracia argentina: vuelve a poner la autoregulación en las Fuerzas Armadas. Ya no dependen del poder político, sino que, al igual que en la dictadura de 1976, serán los comandantes los que decidan sobre cada una de las fuerzas.
Y para completar el panorama opresor, otro decreto tira abajo la reforma sobre la Agencia Federal de Investigaciones. Le vuelve a dar todo el poder a los agentes de inteligencia, con su inmunidad y sus gastos reservados, para que vuelvan a operar como les plazca.
La imposición de este régimen económico que hizo decrecer un 5% nuestro PBI en el primer cuatrimestre y que ya empezó a cobrarse sus primeras víctimas muertas por hambre y por frío, será por la fuerza.
Ya no hay dudas.
