Bayer: “Macri es volver a lo anterior, al conservadurismo más absoluto”
El periodista e historiador Osvaldo Bayer aseguró que el triunfo de Macri, en el ballotage del próximo 22 de noviembre, implicaría “volver a lo anterior, volver al conservadurismo más absoluto”.
“La grieta entre los argentinos siempre existió, y la aprovechan los políticos”, explicó el escritor en comunicación con Sí 98.9. “Ahora hay una nueva grieta entre Scioli y Macri para llegar al poder”, agregó.
“Para que la grieta entre los argentinos se achique hace falta un candidato que los acerque y que diga la verdad”, afirmó el anarquista.
Al ser consultado sobre un posible triunfo de Cambiemos, Bayer afirmó que la victoria macrista sería “darle el poder al capital directamente”. “Si gana Macri no sé a donde va a ir a parar el país, adonde va a ir a parar la clase media, la clase trabajadora”, señaló.
“Tengo 88 años, y este es el peor momento de la historia que he vivido. Por el peligro de que gane Macri, de que ganen los ultraconservadores”, indicó Bayer.
“Lamentablemente el pueblo está enfrentado, en vez de buscar una solución verdadera”, dijo el historiador al opinar sobre las consecuencias de la grieta, y agregó: “No hemos aprendido nada de la historia”.
En cuanto al voto de la clase media, el periodista aclaró: “Siempre ha votado a un sector que va hacia el que tiene más dinero y no al que garantice el bienestar de todos”.
Sobre la segunda vuelta en estas elecciones nacionales, Osvaldo indicó: “Se llegó al ballotage entre dos candidatos que no están bien definidos, tal vez Macri lo está en su conservadurismo, pero Scioli no se sabe si es un peronismo de derecha o de izquierda”.
“Sería un gran drama en la Argentina si gana Macri. Salvo que sea un demagogo y empiece a hacer peronismo”, concluyó el reconocido historiador.
9 de noviembre 2015
A los compañeros del FIT:
Quiero hacerles llegar algunas reflexiones a los militantes de ese frente a los que supongo nutridos ideológicamente en las lecturas de León Trotsky. Hace muchos años llegué a la conclusión de que el capitalismo es un régimen injusto que tarde o temprano será remplazado por una organización social superior que es el socialismo y que se dará, en los distintos países con las peculiaridades propias de cada uno, para abrir camino al “hombre nuevo” por el cual dio su vida el “Che” y muchos otros. La circunstancia de que el socialismo deba adecuarse a los rasgos específicos del país y de que, además, se dará inicialmente en los países sometidos por el imperialismo llevó a rotularlo “socialismo nacional”. En Argentina sostuvieron esta posición Manuel Ugarte, el grupo Frente Obrero del 45, Abelardo Ramos (antes de su defección menemista), Cooke, Hernández Arregui, Spilimbergo y Tosco, entre otros. Desde esta posición, quiero recordarles que la historia se da a través de la lucha de clases: las próximas elecciones son -aunque no lo entiendan así algunos compañeros- parte de esa lucha. Por lo cual, un socialista no es aquel que formula los programas más atrevidos y avanzados sino simplemente aquel que colabora para que los trabajadores tengan cada vez más poder y presencia concreta en la vida política del país hasta colocarse en condiciones de disputar el poder para, desde allí, construir la sociedad igualitaria que deseamos. Es decir, no habiendo opción socialista corresponde optar entre lo que hay y en este sentido, votar contra aquel cuyo origen, trayectoria y economistas que lo asesoran expresan a la minoría oligárquica y su aliado imperialista, imputación que no puede hacerse al candidato del FPV aunque no signifique un avance hacia el socialismo.
Con este propósito quiero recordarles algunas posiciones adoptadas por Trotsky, no demasiado conocidas. Cuando Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo en México, corrió la versión de que había sido asesorado por Trotsky, por entonces exilado en ese país. Él contestó que eso no era cierto, pero que hubiera sido un honor para él si la nacionalización de Cárdenas (gobierno capitalista) se hubiese debido a su consejo. Como algunos discípulos (que se consideran trotskistas aunque no lo leen), protestaron, Trotsky explicó que la medida era avanzada porque debilitaba al imperialismo y estimulaba la lucha de los trabajadores mexicanos. Pero, además, les pidió que recordasen que cuando Lincoln triunfó en la Guerra Civil de EE UU sobre los estados esclavistas del sur, Marx le mandó un telegrama de felicitación, a pesar de que ese triunfo impulsaría fuertemente al capitalismo, pero resultaba históricamente progresivo porque derrotaba a los gamonales esclavistas amigos del Imperio Británico. Entre los capitalistas industrialistas y los esclavistas feudales, no vaciló en apoyar a los primeros aunque los seguiría combatiendo luego en busca de concretar nuestros objetivos. Acompañaba a lo más avanzado de la sociedad yanqui y favorecía la creación de condiciones favorables para, luego, darles pelea.
Una vez les aconsejó a los comunistas chinos que se aliaran a Chian Kai Shek (líder burgués, liberal, capitalista) para dar guerra al Japón. Discípulos escandalizados le preguntaron si no sabía quién era. Les respondió: “Por supuesto que lo sé. Pero hoy lo necesitamos para no ser esclavos de los japoneses. Mañana nos traicionará. Es posible, más bien es seguro, y entonces lo combatiremos. Pero la lucha es hoy y aquí, y no podemos confundir la estrategia socialista que apunta al futuro con la táctica que debemos asumir en las luchas de hoy.”
En la Argentina, la izquierda que confunde táctica con estrategia brega por el socialismo bajo distintas formas, desde hace siglo y medio, y celebra con entusiasmo cuando alcanza el 3% de los votos. En 1945, sólo el grupo Frente Obrero sostuvo con claridad el apoyo a Perón el 17 de octubre sin hacerse, por eso, peronista. Aplicando así las enseñanzas de Trotsky y también de Lenin cuando exigía no confundir quién es el enemigo principal: en una elección que parte al país en dos o poco menos, uno de los candidatos debe ser el enemigo principal y el otro el posible aliado circunstancial al que mañana habrá que combatir si se dan las condiciones, casi seguramente, para hacerlo. Lenin lo resumía: “Golpear juntos, marchar separados.” Hay gente, agregaba Trotsky, que cree que todo es blanco o negro y que no existen grises, y así no se puede hacer política porque se corre el riesgo de hacerle el juego al ex socio y amigo del ultraderechista yanqui Donald Trump, según lo confesó el mismo Macri, en “Lincoln West” de Manhattan.
El reducido porcentaje de votos del FIT -que costó tanto a su valorable militancia- puede significar, bien empleado, la derrota de las grandes corporaciones nativas y del imperialismo expresados por Macri. Votar en blanco, en cambio, es ponerse al margen de la lucha. Con toda razón, los trabajadores se lo podrán reprochar a aquellos que optan por el voto en blanco, si un gobierno de Cambiemos -podría ocurrir- nos devuelve a la dependencia, “las relaciones carnales”, contratos basura, el 18% y no el 45% como ahora en el ingreso nacional que reciben los trabajadores… Y seguiremos como desde 1875, levantando las más hermosas palabras abstractas y militando esforzadamente pero errando en las luchas concretas, al no votar contundentemente contra el enemigo expoliador interno y externo. A Trotsky le costó mucho sostener posiciones correctas, pero luchó siempre contra el capitalismo y también contra la burocracia stalinista cuando ésta deformó la revolución y hasta llegó a advertir que si el pueblo ruso no barría a la burocracia esta se reconvertiría en burguesía, como al final ocurrió. Siempre supo distinguir lo que hay que hacer hoy -aunque con disgusto- para ratificar una estrategia socialista hacia el futuro.
La opinión de la periodista Stella Calloni
Si recordara que como dirigente de la ultraderechista Propuesta Republicana (PRO), se opuso a cada uno de estos logros del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, logros reales que, sin dudas, está dispuesto a desaparecer del mapa por sus compromisos con el poder hegemónico y el “mercado”, ¿cuál puede ser el resultado? El PRO, cuyo único fuerte es la CABA, tan desentendida del resto del país y tan vulnerable a las ofertas banales, arrastró fácilmente a la UCR, gracias a la dirigencia menos radical de su historia, con lo cual apareció como ganador en las provincias donde en realidad ganaron los radicales, lo que indica que ese caudal de votos no es propio y no puede ser permanente.
¿Qué cambio proponen? ¿Acabar con el nuevo esquema de jubilaciones, que por primera vez en la historia fue extendida a millones, como las siempre olvidadas amas de casa, o los trabajadores nunca blanqueados, pero que trabajaron años, sin tener derecho alguno, ni protección social? ¿Terminar con la AUH, que significa la salvación social para más de 3 millones de niños o con la ayuda a las madres pobres, reconocida en el mundo entero? ¿Despedir a miles de trabajadores, volver a las reglas neoliberales del trabajo, para lo cual ya advierten que las paritarias son fascistas? ¿Y qué decir de los subsidios y becas para estudiantes para los cuales, además de los fondos de ayuda directa se instaló la mayor cantidad de universidades públicas, que hayan surgido en un período histórico en el país?.
Escuché a un dirigente del PRO, inclinado a la privatización de la educación, decir en forma pública y con total impunidad que los pobres no pueden estudiar, cuando las universidades públicas y gratuitas se han triplicado. ¿Qué van a hacer con esto: la educación pública al alcance de todos, es una realidad que ellos no reconocen? ¿Y los planes de viviendas que avanzan cada día en el país?
El campo argentino: ¿De qué tragedia hablan los nuevos ricos del campo, convertidos por obra y gracias de la maldita soja también ahora en casatenientes? Sucede en Rosario, Santa Fe, Córdoba o la CABA. Esto, mientras los peones del campo-muchos de ellos rescatados por medidas de este gobierno de su condición de esclavos modernos-, tienen representante sindical a un empresario amigo de los poderosos terratenientes del país. Todos lo saben y callan.
Una década no es suficiente
No lo es para recuperar un país hundido en el infierno. Basta proyectar la imagen del 2001/02: desesperados clasemedieros golpeando con martillos las puertas metálicas o las rejas de los bancos, millones de desocupados – entre el 30 y el 60 % en las provincias- la navidad del trueque, calles vacías, sueldos acorralados en los bancos que nunca perdieron un centavo, mientras la desolación crecía en las ciudades y tanto más en las periferias. Y aquellos ejércitos cartoneros de esos días, miles de despojados buscando comida en la basura. Si se compara ese descenso al infierno con estos días, que volvió a salir humo de las fábricas, se ven productos nacionales en las vidrieras, restaurantes llenos, organismos internacionales que reconocen el descenso de las pobreza y la recuperación del trabajo y derechos laborales y los salarios que lentamente vuelven a recuperarse. Que existe inflación, es tan evidente como que existe una crisis internacional que nos afecta a todos.
Frente a aquellas imágenes apocalípticas asistimos hace muy poco tiempo al lanzamiento del segundo satélite (Arsat) para liberar nuestra capacidad de comunicación, totalmente construido en el país, el mismo que agonizaba en 2002. Nuevamente la Fábrica de aviones en Córdoba, entregada por monedas a una empresa extranjera en 1965 y recuperada ahora, acaba de fabricar su primer avión construido aquí, el Pampa. YPF y Aerolíneas Argantinas, rematadas al mejor postor en los 90, desguazadas ambas y con el despido de miles de trabajadores, empresas estratégica si las hay, recuperadas por este gobierno como se hizo con las jubilaciones “privadas”, enorme estafa heredada de los 90.
Y mucho más en una larga lista a la que cualquiera puede acceder en una década ganada para la dignidad y el futuro del país. Todo eso es real, aunque pretendan esconderlo con la impunidad de la mentira y la falsificación. La impunidad criminal de la mentira es pan común en estos días, en especial entre el poder corrupto que tiene la desvergüenza de mencionar la palabra transparencia.
Modelo perfecto de colonizados, una clase que ascendió a media-media, quiere parecerse al de más arriba, en estas culturas de mercado de la incultura, donde la TV vende espejos de colores, y trabaja para destruir toda identidad, y la capacidad de pensar y decidir. La humillación por un minuto de fama es modelo corriente.
Bailar por un sueño.
No es un juego, es un modelo impuesto en toda nuestra región, para educarnos en la “conveniencia” de la humillación, papel que juegan los jurados. Un poco de dinero y fama te convierten en un conejillo de Indias en el experimento denigrante y deshumanizado de Gran Hermano. Es la sociedad en que quieren transformarnos para facilitar el proceso de recolonización planeado para nuestros países. ¿Iremos cantando hacia nuestra destrucción? ¿Bailando hacia el sometimiento que nos proponen, entre globos de colores? ¿Será un buen cambio volver a privatizar las empresas estatales, rematadas y regaladas durante la dictadura neoliberal, de los 90, cuando se vendía el país, mientras distraían al pueblo del 1 a 1, desmoronado el sistema? ¿Reinstalar el neoliberalismo rampante es un cambio o un retroceso criminal? Y qué hay de los centenares de científicos que retornaron al país. lo que produjo un sorprendente avance para la ciencia y la tecnología, en menos de diez años?
¿Olvidaron aquellos lo de “piquete y cacerola la lucha es una sola”? La clase media hundida hasta el cuello, lo cantaba en las calles, junto a los ejércitos de desocupados, allá por el 2001-2002 y parte de 2003. Enumerar el cambio habido entre el 2001 -2002 y estos días nos llevaría horas, punto por punto área por área. ¿O acaso la desmemoria es tan profunda que no ven el cambio, reconocido por todos los organismos internacionales?
El candidato opositor, que salió tercero, Sergio Massa, también logró recuperar votos rescatando la idea de que iban a preservar todos los logros y el cambio evidente en 12 años del gobierno kirchnerista. ¿De qué cambio hablamos entonces? ¿De regresar a la impunidad para los criminales que secuestraron, torturaron, mataron, desaparecieron en nombre de la seguridad nacional de un imperio del que dependían nuestras fuerzas militares? ¿Volver atrás en la política de Derechos Humanos reconocida en el mundo y que nos enaltece como nación? Es evidente que falta mucho aún en esta recuperación, pero se colocaron cimientos profundos y la propuesta oficial es avanzar profundizando lo logrado y cambiar para mejorar lo realizado.
Continuismo y unidad
Que tenga la oposición el valor de decir cuál es el cambio que prometen y enumerar lo que vamos a ganar y perder en esto. ¿O harán como el ex presidente Carlos Menem quien confesó que si hubiera dicho lo que iba a hacer nadie lo hubiera votado? Esta “restauración conservadora” que ofrece una oposición conformada por alianzas que en nuestra historia política siempre fueron muy débiles, no podría funcionar sin los medios masivos del poder hegemónico, su mayor “fuerza de tarea” en nuestro país, expertos impunes en mentira y desinformación. Un arma de destrucción masiva que mantiene el monopolio de la desinfomación y los entretenimientos degradante anulando y vaciando la conciencia de los pueblos, desculturizando día por día a amplios sectores sociales. Estos medios son claves para intentar destruir el proyecto político más avanzado en la historia regional para lograr la emancipación definitiva y la unidad en una integración en la diversidad, que es hoy una realidad y un objetivo estratégico para nuestra defensa y nuestro futuro independiente. Esta unidad es la mayor defensa, ante el intento de retornarnos al necolonialismo degradante cuando no al colonialismo a secas. ¿Qué sería de nuestro futuro si volviéramos atrás la política exterior más independiente de nuestra vida democrática?
En realidad estamos ante un escenario, donde el gobierno que ha logrado los mayores avances que se registren no sólo desde el retorno a la democracia (1983) sino -debemos recordarlo a la supuesta izquierda que se dice radical en el país- que nunca habló de socialismo, porque hubiera sido falso en las actuales condiciones, ha logrado los mayores avances, siendo literalmente perseguido por una oposición absolutamente dependiente de Estados Unidos, sus fundaciones, sus ONG, y sus medios de comunicación.
Si alguna izquierda, por dogmatismo o por estar sirviendo a otros intereses, ante lo que está sucediendo en el mundo, si algunos intelectuales se sienten tan superiores al común, reflexionan sobre lo que se juega estratégicamente para nuestro país, la región y el mundo. No hay otra opción en estos tiempos que la que surge de los que proponen la recolonización y los que proponen la independencia definitiva, como la única posibilidad para el futuro libre de los pueblos del mundo. «
FARCO: Apoyamos y convocamos a votar Scioli-Zannini para defender lo conquistado y seguir luchando por lo que falta
Con todas nuestras diferencias y variedad de miradas, las radios comunitarias combatimos y procuramos desenmascarar esas mentiras frente a esta coyuntura histórica, igual que lo hacemos todos los días. Como parte de estas prácticas, hemos compartido la difusión y reivindicación de banderas como la estatización de las jubilaciones recuperándolas del negociado de las AFJP, la Asignación por hijo, el matrimonio igualitario y la identidad de género autopercibida, las políticas de Memoria, verdad y Justicia, los juicios por crímenes de lesa humanidad, la recuperación de paritarias, el rechazo al ALCA, los posicionamientos internacionales de promover y fortalecer la integración de Latinoamérica, y el impulso a emprendimientos de la economía social y solidaria, entre muchas otras. También hemos coincidido en apoyar todas las medidas que posibilitan un mayor protagonismo del Estado, desde la promoción de las expresiones culturales nacionales, las estatizaciones de YPF, Aerolíneas y el agua hasta la administración de nuestro espacio radioeléctrico, entre otras.
Por más que en estos años hayamos mantenido posiciones divergentes frente a problemáticas vinculadas al medio ambiente, modelo agroproductivo, violencia institucional, conflictos sociales y sindicales varios, entre otros. Por más que la misma Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que ayudamos a forjar tarde más de lo que quisiéramos en aplicarse en su totalidad. Todos los días tenemos clara la diferencia entre construir junto, al borde, o aún en disputa, con un Estado orientado hacia un modelo de inclusión y reconocimiento de derechos, que con aquel que sólo piensa en términos de mercado.
Por todo esto, desde la Mesa Nacional de FARCO elegimos manifestar públicamente nuestro apoyo a la fórmula Scioli-Zannini e instar en el mismo sentido al conjunto de la militancia, organizaciones y vecinos que cotidianamente comparten estas prácticas y valores.
Fonte: Resumen Latinoamericano.