Honduras: O Romeu da repressão

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Los descalzos claman y gimen por justicia social. De concretarse una unidad popular a través de las vías que correspondan accionar en su momento, es un deber de cualquier ser humano que vive en condiciones indignas y que está cansado de callar su voz y convertirse en cómplice de estos vejámenes.

Por Ronnie Huete S.

Latinoamérica, 15 de oct. Los retrógradas y represores del Estado centroamericano de Honduras son una prueba tangible de que en esta nación latina pueden llegar a ser presidentes.

El gemido de los seres humanos que habitan en Honduras fue escuchado en su alta entonación durante siete meses, desde el 28 de junio de 2009 hasta enero de 2010.

Aún, pero no con la insistencia adecuada se escuchan ciertos sonidos de la impotencia de vivir en un régimen condicionado en su total comodidad para la minoría acostumbrada a bañarse en riquezas.

Las recientes declaraciones en un medio de comunicación televisivo y tradicional de Honduras, de uno de los aspirantes a presidente, fueron toda una cátedra de lo que causa la ignorancia en un ser humano, cuando en su alma gobierna el poder del dinero, la avaricia y la ambición.

Pasar por encima de la dignidad humana, irrespetando todo tipo de derecho humano, despojando a los hondureños de las garantías constitucionales, entre otros derechos que fueron violentados abiertamente y mundialmente conocidos hace cuatro años, y que hasta el momento se recrudece dicha situación, fue la directriz de los que se bañan en riqueza.

                                                                     Juzgados

El conocido ahora, como ex militar y candidato presidenciable por un nuevo partido político, Romeo Vásquez Velásquez, fue una figura internacional que hizo recordar al resto de nuestra Latinoamérica, los amargos momentos de la dictadura en Brasil, Argentina, Chile, entre otras naciones víctimas de terribles vejámenes contra la humanidad y que ahora los protagonistas de estos crímenes están siendo juzgados por estos quebrantamientos contra los seres humanos.

Sin propuestas coherentes para salir de la eterna crisis financiera y económica que ha encerrado a Honduras a ser inquilina de sus propias tierras, este ex militar quien fuera el otrora mano derecha del tristemente célebre Roberto Micheleti, clama ser presidente y el héroe que salvará a Honduras de la violencia.

En el mayor trabajo que ha realizado en la historia de la humanidad en Honduras, para reprimir a los hondureños que estaban en contra del golpe de Estado en 2009, Romeo Vásquez Velásquez, se viste con un traje ejecutivo confirmando en su discurso que sólo la violencia puede combatir la violencia.

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás” dijo Mahatma Gandhi. El terrible temor de una oligarquía incansable por recibir dinero a costa de los que fuese, fue el reflejo que situó a Honduras entre los países más violentos del mundo.

                                                                     Auditoría popular

Su rabia contra los pensamientos de las grandes mayorías se demostró al sacar a sus perros, para atacar a un pueblo indefenso, lleno de sueños de una nación digna para vivir.

Esta oligarquía aun con el miedo en sus labios emiten comentarios ante la prensa nacional e internacional, que deshumanizan los derechos de los que son las grandes mayorías, los pobres.

El ser delincuente en este país centroamericano es sinónimo de pobreza, despojo y de vivir en un barrio popular. Sin embargo la raíz de esta pobreza es un claro resultado de la mala administración de la riqueza por la que ha pasado Honduras durante décadas, sin tener una auditoría popular que detenga este flagelo.

Los millonarios fondos del erario derrochados en campañas políticas e intereses de particulares empresarios, quienes emprenden negocios a su favor y no para el desarrollo, son claros abonos de la pobreza.

                                                                      Unidad

Cuando Romeo Vásquez fue suelto por la oligarquía para atacar a la mayoría pensante, quienes mostraron una férrea oposición, contra quienes han construido muros y edificios con la sangre de un pueblo, no espero la respuesta de los caminantes en las calles de las principales avenidas de Honduras.

La unidad popular, en cada barrio, municipio, caserío, y cada espacio en donde se desenvuelve la ciudadanía hondureña, es un reto para vencer a estos retrogradas que siguen causando cáncer social en las entrañas de un país rico en recursos naturales.

En el mundo antiguo los sacrificios humanos fueron indispensables para la derrota del nepotismo gubernamental, esclavitud, y todo atentado contra la libertad de los seres humanos de aquel entonces.

Pero ni la más maquillada democracia electoral puede contra poner el peso de estos personajes, acostumbrados a engañar, prometer y reprimir.

                                                               Reto popular

 De concretarse esta unidad popular a través de las vías que correspondan accionar en su momento, es un deber de cualquier ser humano que vive en condiciones indignas y que está cansado de callar su vos y convertirse en cómplice de estos vejámenes.

Los descalzos, los de a pie, lo que luchan un día como si fuera el último de sus vidas, son las grandes masas, que necesitan despojarse de un sentimiento electoral, para iniciar las bases de un verdadero reto popular.

*Corresponsal voluntario de la revista Caros Amigos editada en São Paulo (Brasil) para Centroamérica, la Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la Red y el portal http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil yhondudiario.com

Cualquier atentado o amenaza en contra de la vida  para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan al Estado de Honduras.

Fotografía de portada: Johny Magallanes.
Fotografía de interior: Ronnie Huete S y prensa hondureña.

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