Honduras ameaçada de novo golpe: Acreditar em Lobo?

Por Roberto Quesada. 

“Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.” —Friedrich Nietzsche, filósofo alemán. 

Hace unos días Porfirio Lobo Sosa, quien preside Honduras, ha dado el grito al cielo denunciando que le quieren dar golpe de Estado, ¿cómo se explica esta especie de golpe dentro del golpe?

La gente, sí es responsable: periodistas, políticos, analistas, escritores, etc., no pueden ni deben salir ciegamente a hacerle coro a una agitada declaración de quien preside Honduras, Porfirio Lobo Sosa. No podemos dejarnos llevar como rebaños en nombre del pueblo hondureño y de una amenaza que no nos consta. El dilema de Pepe Lobo podríamos sintetizarlo con una parodia shakesperiana: ¿Creer o no creer?

Pepe Lobo nos ha mentido, engañado ya en varias ocasiones, sin ningún pudor, ¿cuántos documentos ha firmado, reuniones ha realizado, con diferentes sectores de la sociedad y todo se queda allí porque en cuanto redobla repica y no se cumple nada?

Hay cosas que pueden entendérsele, incluso cuando se hizo el de a peso —le pareció todo en defensa de la Constitución— cuando le dieron el golpe de Estado al pueblo hondureño a través del presidente Manuel Zelaya Rosales. Entonces Lobo vio que esa era su oportunidad, quizá la única para llegar a ser presidente, cosa que ya tiempos venía soñando. Entonces en ese sentido podemos ser indulgentes con él: quería ser presidente. Hasta allí cualquiera que sabe mínimamente de política, puede entenderlo.

Lastimosamente una vez investido (¿o embestido, no sé cómo se dice?), como presidente, empezó a actuar sin ninguna autonomía. No es que los presidentes del mundo sean totalmente independientes, pero pocos llegan a ese nivel de dejarse manejar así como hemos visto varias veces a Lobo. ¿Por qué? Porque sencillamente hasta ahora no ha gobernado, lo han gobernado.

Revisemos la historia reciente, para el caso, cuando recibió la banda presidencial en el estadio, salió allí en un jeep pasando revista y saludando junto a uno de los cabecillas del golpe, Romeo Vásquez Velázquez. Y no solo eso sino que Lobo estaba dispuesto a que Romeo siguiera comandando las Fuerzas Armadas. El colmo de esto es que quienes vieron que el descaro y cinismo era demasiado, y se opusieron a ello, fueron los gringos. Integró él un gabinete de conciliación, pero eso suponía que debería de ser con diferentes sectores de la ciudadanía, no con delincuentes. Tanto así que él iba para no se dónde en un helicóptero, y allí mismo llamó a uno de los financistas del golpe para consultarlo sobre algo, y Lobo allí se echó atrás en una decisión que ya tenía tomada. Esto me dio mala espina, de primera mano, que su gobierno no era sino continuador o marioneta del golpe de Estado.

Ahora sale el flamante presidente Porfirio Lobo con que conspiran contra él, que le quieren dar golpe de Estado. ¿En qué momento lo hace, en que coyuntura? En medio de un escandaloso fraude electoral, en donde él es coparticipe directo, sino, ¿por qué fue el primero en ir a felicitar a Juan (de La Tortilla) Hernández, cuando aun era temprano, el conteo comenzaba y nada se había dicho oficialmente? Solo que ya de antemano supieran que el abultamiento de votos se había realizado con éxito por tanto ya no había que dudar quienes serían los “ganadores”. Y de allí que saliera Villeda-Micheletti cuando a todas luces el ganador era el movimiento Yanista, a esto agreguémosle que por todos los medios está tratando de restarle votos al partido Libre con el propósito de bajarle la moral al pueblo hondureño.

Con esta “crisis’ de Pepe Lobo, no es de dudar que no tardado sale Juan Orlando Hernández y Ricardo Alvarez (RicAlva), abrazaditos y melosos, coreando la unidad del partido en beneficio de la unidad del pueblo hondureño. RicAlva tratando de esconder su derrota, aun cuando sea fraudulenta, y con el rabo entre las piernas, tratará una vez más de engañar a sus seguidores con el cuento de la unidad. Y sin ninguna dignidad y olvidándose de sus bravuconadas antifraude, besará el anillo del ungido por Pepe Lobo, Juan Orlando Hernández, y se sentarán a repartirse el botín que pretenden asaltar el próximo año y otra vez el gran perdedor será el pueblo hondureño. Pobre pueblo, ojalá que algún día se avive.

Pepe Lobo ha salido con nombre y apellido a señalar que conspiran contra él para darle un golpe de Estado, mencionó al empresario Jorge Canahuati y a  sus publicaciones El Heraldo y La Prensa (por cierto, pocos de los medios que sí pagan a sus columnistas, o al menos a mi me hicieron hace unos años una buena oferta en dólares, pero ante la tentación pudo más mi cariño y lealtad a Diario Tiempo), y los mostró públicamente como los artífices de su eventual caída.

¿Cómo creerle a Pepe Lobo si para que lo represente en sus “negociaciones”  pone a un tipo —que no sé por qué algunos colegas despistados le llaman habilidoso, inteligente y otros inmerecidos calificativos, cuando lo que es se resume en una sola palabra: inescrupuloso– como Carlos Arturo Alvarez Corrales (conocido popularmente por sus siglas como CACA). Busque en el diccionario la palabrita esa, inescrupuloso.

Nuestro pueblo es noble y nadie quiere que le den un balazo a don Porfirio Lobo o a alguien de su familia, o que les suceda algo malo. Por supuesto que no deseamos otro golpe, ni siquiera cuando se tratara de un golpe dentro del golpe, basta con ver como el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 ha dejado en un caos el país: miseria, asesinatos, odio y todo lo que significa podredumbre.

Y la gente se pregunta las razones de la denuncia de que se esté conspirando contra el gobierno de Lobo: ¿Será que es un pleito personal entre los señores Lobo y Canahuati por cual grupo es más tiburón y se traga más negocios a costillas del pueblo hondureño?; ¿Será que Lobo y sus aliados están buscando la manera desde ya de borrarle de la mente al pueblo hondureño el monumental fraude, o cambiar el destino de la historia y evitar a toda costa elecciones transparentes en el 2013?; ¿O será que ante el derroche, las arcas están vacías y vaciadas y este es un pretexto para no pagarle al magisterio, para la escasez en salud, para no pagar los salarios ya devengados por tantos trabajadores que el gobierno les ha retenido en calidad de secuestro yendo para robo?

En cualquiera de los casos, o si se han juntado todos, el presidente Porfirio Lobo Sosa tiene todavía una última salida para que no termine de espantársele la dignidad: hacer una cadena de radio y televisión, además tendrá el honor de ser registrado por los Récord Guinness, y dar el discurso más breve de la historia:

“Pueblo hondureño, dimito: no pude”.

Nueva York 09 Diciembre 2012.

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