“Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa.”– Simone de Beauvoir 1908-1986. Novelista e intelectual francesa.
Tendríamos un pegue para la transmisión internacional con la Globo, de Honduras, que no se dio, con desacato.info. No obstante, vía CholusatSur y con reporteros anónimos, más la colaboración de Candelario Reyes, hicimos lo que pudimos, bajo las instrucciones del periodista Raúl Fitipaldi, para que la presentación de Xiomara Castro de Zelaya tuviera un poco de eco más allá de las fronteras de Honduras.
Si bien se están cocinando nuevos estilos de golpes de Estado, caso Paraguay donde se les pasó o faltó condimento, también es cierto que existe una nueva modalidad en hacer revoluciones. Si antes se atacaba a los revolucionarios de andar armados, ser un peligro, ahora es la derecha la única que asesina, que mata. En Honduras, por miedo al proceso político revolucionario, los “valientes” políticos y empresarios ultraconservadores se han dedicado a asesinar compatriotas, a asesinar a la oposición.
Claro que lo que uno quisiera para Honduras, y por extensión America Latina, es que pudiese haber una contienda limpia. Debates y discursos midiéndose el pulso a quien le cree el pueblo, sin llegar, como es el caso de Honduras, al horroroso recurso del asesinato y como daño menor la amenaza de muerte.
Dentro del proceso de un real cambio, representado por el Partido Libertad y Refundación (libre), se habla de nuevas formas de hacer política, como la utópica horizontalización del poder, dicho en palabras cristianas, en donde nadie sino que todos y todas mandan. Falso, completamente falso, en esas circunstancias el ser humano se convierte en déspota y anárquico, que no venga nadie a estas alturas de la recalentación climática global, a decir que descubrieron el hielo.
El Partido libre, sin duda, es el hijo rebelde del golpe de Estado, nace allí. Aunque, como siempre, existen grupos radicales que reclaman haber estado desde mucho antes en resistencia, puede ser, pero, aunque me maldigan por decir la verdad, nunca fueron determinantes, es más, ni siquiera tomados en cuenta.
Ahora, en cambio, ignorar estas multitudes seguidoras del Partido libre solo pueden hacerlo obcecados e idiotas, un contendiente que se respete a sí mismo inmediatamente toma en cuenta esta marea humana, llamada pueblo, que gira en torno al proyecto político planteado por el Partido libre.
Dicen que al Partido Liberal lo despedazó su estupidez directriz de darle un golpe de Estado a uno de los mismos, y, en serio, fuera de Yani Rosenthal, que podríamos llamar el último liberal auténtico, no hay nadie, absolutamente nadie más. Ni mencionar a Mauricio Villeda pues representa el atraso, lo oscuro, demoníaco, y esto se mide en la cantidad de seguidores en sus “concentraciones”, más allá de los guardaespaldas solo llega uno que otro enajenado.
Por su parte, el Partido Nacional, que sigue creyendo que la masa nacionalista, que el pueblo hondureño nacionalista, es tan idiota que puede Pepe Lobo darle 135 millones de lempiras a Ricardo Alvarez, 15 millones más de manos de Tito Guillén y sumarle los 75 millones de Micheletti y que el pueblo hondureño nacionalista va a salir corriendo a abrazarlos y a darles el voto, porque, según ellos, estos y estas son tan torpes que no saben que ese dinero ha sido extraído (robado) del mismo pueblo hondureño, que a veces no tiene para comer o una pastilla contra un dolor de cabeza.
Juan Orlando Hernández enciende cinco mil fogones y gasta millones en propaganda, mientras millares de familias hondureñas ni tienen fogón mucho menos que cocinar en él. Y Juan Orlando les vende tortillas de aire a través de anuncios en la radio y televisión. Como se supone que estos compatriotas son tontos y tontas pues que coman tortillas de publicidad. Yo creo que estos y estas compatriotas nacionalistas ya están buscando alternativas reales: o el Partido libre o el Movimiento Yanista. ¿Qué más hay? Nada, nada de nada.
En este difícil contexto nace la figura de Xiomara Castro de Zelaya, quien no la tendrá fácil aun a lo interno de su partido, pues con esa utopía ‘tontígena” hondureña de que el mando es horizontal, surgen “comandantíos” y “comandantías” que en nombre de la Resistencia y del Partido libre quieren imponer sus criaturas derivadas de su ‘materia gris’, aunque las mismas sean puras estupideces o copias borrosas de revoluciones pasadas en donde nunca estuvieron ni siquiera en los textos de los historiadores/as. (De hecho, aquí a Nueva York llegó Gerardo Torres a predicar que la resistencia es diferente del Partido libre, qué risa, y luego una señora Sara Elisa Rosales a a bautizar a unos vagos que le mandaron un regalo a Juan Barahona…así no se hace patria).
Nadie puede negar que el lanzamiento de Xiomara ha sido, sin recursos del partido sino del pueblo mismo, el más multitudinario jamás visto en la historia de Honduras y llevando a una mujer como líder, pero, si ahora como máxima líder no pone orden—aun cuando sea un voluntariado, eso no importa—en crear estructuras de mando verticales (que alguien me señale organización política, religiosa, militar, sin fines de lucro, etc., en donde este “invento catracho” de “mando horizontal” haya funcionado, pues que me lo diga), es casi seguro que la asfixiará el tsunami del desorden.
Los idiotas, que siempre los hay, sin duda atacarán y cuestionarán que por qué Xiomara, pero, como tales, solo nos queda comprenderlos. Además, puede decírseles son designios del destino en donde vos no fuiste invitado/a a sustituirla. Machistas, golpistas, antifeministas, ultracomunistas, y un gran etcétera, por más que les duela, ahora en las papeletas podrá escribirse una X de MUJER: Xiomara.
Nueva York NY 01 julio 2012-07-01
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