Por Orlando Balbás.
Los acontecimientos protagonizados recientemente por el sector de la ultraderecha fascista, que tiene candidato propio con chequera extranjera y patente de corso, mueven aceleradamente los saltos de talanquera y producen tics nerviosos. Parece que las cuentas bancarias de algunos individuos del comando Venezuela y de candidatos de Primero Justicia se engrosan y acumulan capital de dudoso origen y oscuro destino.
Es lapidaria la afirmación de uno de los delincuentes más activos del pasado golpe de Estado en el año 2002, acerca del partido piedra y su retiro de la campaña a favor del candidato burgués. Este personaje es Ricardo Koesling, quien amenaza con acabar con los chavistas a plomo limpio donde estén. Esta afirmación tiene sus asideros concretos en la ya indudable conducta que va a asumir la oposición fascista el 7 de octubre de 2012, una vez conocido el triunfo del Comandante Hugo Chávez.
Pero no sólo se debe partir de esta escena. También hay que hacer un pequeño ejercicio acerca de la hipótesis de un supuesto triunfo opositor controlado por la más radical y ácida tendencia fascista y violenta, dirigida por el ala más estrecha a Radonski. ¿Cómo actuarían los opositores si lograran llegar al poder en las próximas elecciones venezolanas?
Es evidente, utilizarían todas sus fuerzas criminales, desatarían su odio enfermizo y perseguirían a la militancia chavista, se generaría una persecución implacable y sangrienta contra el pueblo revolucionario. Además empezarían a aplicar medidas económicas contrarias a los intereses de las mayorías. Por donde se miren los próximos resultados electorales, la derecha opositora protagonizaría un nivel de violencia tan elevado, que desataría el enfrentamiento y la guerra civil. Venezuela entraría en una escalada inimaginable de desequilibrios, que desaparecería la estabilidad política y económica ya encaminada por el Presidente Hugo Chávez.
El video transmitido por un diputado de la Asamblea Nacional, donde aparece Juan Carlos Caldera recibiendo una cantidad de dinero de manos de un empresario con conexiones en el exterior, se reviste de una gravedad bien profunda. Primero por el diálogo, que implica una operación financiera oculta, que expresa trabajos por hacer ¿sabotajes y catástrofes? ¿De dónde viene el dinero? ¿Está participando el narcotráfico? ¿Por qué deben reunirse en el exterior?
Esa situación viene presentándose desde el mes de junio, el candidato de Primero Justicia Juan Carlos Caldera por el Municipio Sucre y representante de Radonski ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) no encontró argumento alguno, ni dio explicaciones contundentes acerca de ese acto bochornoso y mafioso propio de la escuela política de la Cuarta República.
La denuncia realizada por David de Lima acerca del programa neoliberal que aplicaría un gobierno derechista, aunado al descontento del vicepresidente de Un Nuevo Tiempo, William Ojeda por un plan político antipopular de Radonski, son pruebas fehacientes de que en la derecha algo huele mal.
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