Por Raúl Crespo.
17.5 Millones de venezolanos inscritos en el padrón debieron elegir 165 asambleístas, significo el retorno al legislativo de la oposición que a falta de un verdadero liderazgo con un proyecto país superior al del presidente Chávez, se refugian en el parlamento tras la torpeza de retirarse de las elecciones legislativas del 2005 que,no solo afecto a la oposición sino a la misma revolución.
Proceso que requiere de un contrapeso para su superación, la gente chavista sabe que no se puede retroceder, el pueblo hablo y dijo que también se gana perdiendo. 3 Años con el PSUV acostumbrado al protagonismo electoral, 5 años con una asamblea ideológicamente conformista afecto la cultura revolucionaria; el reciclaje de ministros, la escasa reingeniería de las misiones, el burocratismo y mediocridad de la estructura publica, el atraso en la industrialización, la inflación, la especulación, la violencia y la soberanía alimentaria que no llega minan la revolución bolivariana y desgastan a Chávez.
No creo que una amplia mayoría legislativa influya positivamente o negativamente en el proceso, 5 años con mayoría legislativa crearon casi 5 quintales de leyes y, antes del retiro de la oposición en el 2005, el pueblo chavista en el 2006 reeligió al presidente con la mayor votación registrada desde 1998 para ir al socialismo.
El que lleva la batuta de la revolución es Chávez, como Evo, lo hace en Bolivia o Correa en Ecuador, nos guste o no, son caudillajes necesarios para esta larga etapa del proceso, nada cambiara por ahora que Chávez, siga siendo el líder de la revolución, el sostiene el chavismo, al bolivarianismo, al socialismo que aun no aparece, porque es una mezcla de nacionalismo y populismo, rumbo a construir algo que sea mejor que el capitalismo.
Se abuso del sentimiento patriótico militar para amar a la patria, paulatinamente alterado por el cambio de la naturaleza de clase de la sociedad, se olvido que, aun con la revolución electoral la clase trabajadora son los que defienden los intereses verdaderos de la patria, porque consientes están que la perdida de la poca independencia nacional les impone un yugo adicional de los explotadores.
Se olvido también que la clase trabajadora obreros y campesinos conjugan el amor a la patria con la abolición de la burguesía, rasgo importante para el patriotismo en las nuevas condiciones de la sociedad para terminar con el antagonismo, la explotación y poder adquirir una patria propia, diferente del patriotismo lanzado por la burguesía que es un patriotismo de consignas y demagogia aparente y ficticio usado para distraer al pueblo.
Un patriotismo socialista, chavista, bolivariano, latinoamericano, consiste que el orgullo nacional y el aprecio por la cultura, las tradiciones y las lenguas nacionales se fundan en el con amor y fidelidad a un Estado multinacional. Todos tienen cabida en la igualdad de oportunidad, mucho mas profundo que la igualdad política es la igualdad social, y con el petróleo, todavía estamos a tiempo de la igualdad material.
La moral socialista que aparece con el capitalismo, actuando en este proceso, explica la protesta del pueblo reflejada en las urnas como en el 2007, protesta contra la desigualdad, el desempleo, la violencia, la corrupción, el burocratismo y la inflación, superarlas es el requisito para implantar las reglas de convivencia humana basada en la camaradería, colaboración y ayuda mutua con el partido para el derrocamiento del capitalismo.
Más importante es la moral socialista que dos tercios de asambleístas apoyando al proceso, porque, la moral es más progresista por estar supeditada a los intereses de la lucha del proletariado que quiere instaurar un sistema progresista, expresa el carácter lógico del desarrollo del país, es el código moral la que hace una revolución e impulsa al partido, al gobierno a crecer con las bases. 5 Años de una Asamblea 100 x 100 revolucionaria, no mejoro la moral solidaria de la gente, es en definitiva por lo que debe preocuparse el presidente Chávez.
La ilusión vale tanto como la realidad para seguirse abriendo paso y sortear las dificultades internas tan peligrosas como defenderse del imperialismo para que unan al ultimo soldado con el ultimo obrero con aquel que los manda.
El entusiasmo revolucionario es siempre aquel que tiene por país el sentimiento de desalineación y de liberación de los poderosos móviles internos en base a una forma de conciencia.