Por Emiliano Guido.*
El candidato presidencial del Frente Amplio para los comicios de 2014 advirtió que “hay nuevas condiciones para definir una agenda común con Washington” y que “la potencia está cambiando su comportamiento imperialista”.
El ex jefe de Estado uruguayo y candidato presidencial del Frente Amplio olvidó aplicar el buen manual de la diplomacia regional durante la reciente Cumbre del Mercosur de Montevideo. Mientras el primer mandatario José Pepe Mujica recibía con sonrisas y abrazos a sus pares Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Nicolás Maduro para inaugurar una cita donde el bloque discutiría cómo responder al cerco aéreo que la Unión Europea había aplicado a Evo Morales por el caso Snowden, Tabaré Vázquez ofrecía una entrevista exclusiva al conservador semanario Búsqueda y anticipaba que, según su criterio, ya “es tiempo de dejar de pasarnos cuentas con los Estados Unidos. Ahora hay nuevas condiciones o, por lo menos, necesidades favorables para definir una agenda común con Washington”.
Esas declaraciones, en boca de otro dirigente regional, no hubieran hecho sonar ningún tipo de alarma en las Cancillerías del Cono Sur. Pero, como Vázquez admitió dos años atrás que pensó solicitar ayuda militar al Pentágono norteamericano para blindar a su país durante el conflicto ambiental con la Argentina por la instalación de la papelera Botnia, la hipotética “agenda común” de Tabaré con la Casa Blanca no presagia un espíritu latinoamericanista.
En otro polémico tramo de la charla de Tabaré Vázquez con Búsqueda, el ex mandatario destacó que la experiencia de los dos últimos embajadores de Estados Unidos en Uruguay “fue muy buena”, en referencia a Frank Baxter y la actual Julissa Reynoso. “Creo que es una demostración clara acerca de la nueva perspectiva que, entiendo, el gobierno norteamericano comenzó a elaborar sobre América latina”, sentenció el oncólogo montevideano más famoso. Ahora bien, esa “nueva perspectiva” norteamericana de la que habla Vázquez, por lo menos durante la estadía diplomática de Reynosso, se tradujo en la mayor injerencia de Washington en la política de defensa, seguridad y antinarcóticos local de los últimos años.
Por citar algunos ejemplos, de 2012 a la fecha, la unidad de marines de elite Seals –la misma que aplicó el vuelo de la muerte a Osama Bin Laden– entrenó a la armada uruguaya en “intercepción de barcos ilícitos”, la agencia DEA –la misma que fue expulsada de Bolivia por conspirar contra Evo Morales– reabrió oficina en la embajada norteamericana en Montevideo y, por si fuera poco, un alto mando del Comando Sur estadounidense le solicitó al Ministerio de Defensa uruguayo la intención de instalar una base militar norteamericana en la ciudad de Durazno. Recapitulando, esta serie de hechos son leídos políticamente por Vázquez de una manera llamativa, o por lo menos ingenua. “La potencia del norte está cambiando su comportamiento imperialista. Debemos buscar un relacionamiento de igual a igual de Uruguay con los Estados Unidos”, arremetió el ex jefe de Estado oriental en la entrevista anteriormente citada.
Pero, además, la buena sintonía de Tabaré Vázquez con la Casa Blanca no pasa sólo por el capítulo en seguridad y defensa. Durante su gestión presidencial, Vázquez hizo lo posible por incorporar a su país en las políticas de libre comercio que Estados Unidos impulsaba en la región tras el fracaso de la firma del ALCA en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en el año 2005. En ese sentido, el portal de noticias uruguayo Subrayado recordó que “durante su presidencia (2005-2009), Vázquez impulsó la firma de un tratado de libre comercio con Estados Unidos similar al firmado por Chile, Colombia y Perú. Sin embargo, no contó con el apoyo de muchos de los sectores que lo llevaron al poder. De hecho, su canciller de entonces, Reinaldo Gargano, fue uno de los primeros opositores en contra de la política de cercanía con Estados Unidos. Vázquez dijo en ese momento que ‘el tren pasa una sola vez’ en relación a un acuerdo de estas características, a lo que Gargano –en un hecho poco corriente– tomó como referencia la imagen del presidente para replicar que el tren ‘pasa una sola vez, pero hay gente que se pone delante y se la llevan puesta’”.
Gargano murió en febrero de este año. Toda la corriente del Frente Amplio que reivindica una política exterior vecinal más pro Mercosur lamentó su fallecimiento. Es decir, el Movimiento de Participación Popular (MPP, o MPepe como dicen los más mujiquistas), el Espacio 609 (donde pesa mucho el Partido Comunista) y el ala más latinoamericanista del influyente Partido Socialista local saben muy bien cuál es el subtexto de lo dicho por Tabaré Vázquez al semanario Búsqueda. Por ese motivo, el núcleo de lo que fue la discusión entre Vázquez y Reinaldo Gargano sigue abierto en el seno de la alianza gobernante.
Más atentos a las encuestas, los dirigentes frenteamplistas más cautos y moderados advierten que sólo Tabaré puede ser el candidato presidencial del oficialismo. Sin embargo, muchos sectores del Frente reclaman una especie de PASO a la uruguaya e impulsan a la senadora Constanza Moreira como su referente. Moreira, por supuesto, no piensa que Washington haya modificado su comportamiento imperialista.
*Miradas al Sur.
Fuente: http://sur.infonews.com/notas/tabare-vazquez-redescubre-los-eeuu