Contrataque policial no presídio de Libertad
Por Daniel Erosa.
Semanario Brecha, Montevideo, 11-5-2012
Reencaminhado por Agenda Radical
Presos lastimados por la guardia, intentos de “montar” un motín para “saciar la ira policial” y justificar la represión, sanciones que se asemejan mucho a la tortura y un clima espeso donde no parecen existir garantías para nadie es lo que se respira hoy en el penal de Libertad. Vía sms y correo electrónico, algunos reclusos se comunicaron con Brecha para denunciar la situación que viven desde hace algunas semanas.
Al cierre de esta edición, ayer jueves, el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) recibió una nueva denuncia de torturas en el penal de Libertad. Quien ofreció su testimonio –al que accedió Brecha– fue la esposa de un recluso que antes del motín del 24 de abril estaba en el Módulo 6 del Comcar. La señora cuenta que a pesar de no haber participado de la revuelta en la cárcel de Santiago Vázquez, su marido fue a parar junto a otros 16 presos al Sector F del penal, conocido como “La Piedra”, un sitio de máxima seguridad generalmente utilizado para alojar a los “narcos” más “gordos”.
Según su testimonio, durante 90 días los presos de esa área deberán cumplir una sanción disciplinaria. La medida –o mejor dicho, el método de escarmiento– consiste en que a las siete de la mañana deben estar todos “levantados y desnudos” para recibir una “lluvia de palos”; también “les hacen meter la cabeza en bolsas y aspirar gas pimienta”. Duermen en el piso sobre “un colchón finito y por único abrigo tienen una frazada y no los dejan tener calentadores”. Relata además que recién el domingo pasado fue la primera vez que pudieron recibir visita –desde el motín– y no podrán volver a tenerla hasta dentro de 30 días.
Esta denuncia se suma a un hecho que sucedió el pasado sábado 5 en el mismo centro penitenciario y que hasta hoy no ha tomado estado público. Eran las 21.42 cuando entró el primer mensaje de texto en un celular de Brecha. Decía: “Hoy hubo un contrataque policial. Ahora en el tercer piso. Es la guardia que mató a Brasil Sastre. Los molieron a palos. Hay varios heridos. Mañana tienen patio los narcos”. El mensaje venía directo del penal de Libertad, escrito por uno de los presos que relató a Brecha la paliza que les dieron el pasado viernes 20 de abril, cuando el recluso Brasil Sastre mató a un policía e hirió de bala a otro antes de ser abatido por la guardia (véase Brecha, 27-IV-12). Una hora después llegaron otros mensajes: “Ayer cuando salen a patio (los reclusos del) piso 3A y 3B los mataron a palos y balazos. El saldo fue de múltiples heridos y fracturados. Me dicen que vieron desde el patio que la Policía tiene la reja que da a la calle cortada y la manguera de incendio en la ventana del tercer piso. Se olfatea maniobra policial para simular motín y entrar a rematar a los presos. Nos pusimos en alerta roja para avisar a todos lados”.
Brecha trasmitió esta información al comisionado parlamentario, Álvaro Garcé –quien ya había recibido mensajes similares–, y al Ministerio del Interior. El alerta, al parecer, dio resultado. Otros mensajes originados en el celdario de Libertad el domingo decían: “A la una entró el director con su guardia. De civil y con una nueve milímetros en la cintura revisando candados en el tercer piso. Misión cumplida, si tenían esa idea (la de armar el escenario de un motín) tuvieron que abortar. Hoy salimos al patio nosotros y te confirmo que estaban cortadas las rejas de todos los pisos y con su manguera de incendio lista para el seudomotín”.
Según pudo saber Brecha luego de consultar a varias fuentes que detallaron nombres, sectores y celda de cada lesionado (nombres que se omiten por obvias razones), el saldo de la golpiza ocurrida en la tarde del sábado son “lesiones graves en una rodilla”, “costillas fracturadas”, “fisura de costilla y pérdida de piezas dentales”, “brazo quebrado”, “corte en la cabeza y piernas”, “heridas en rodilla, boca y costillas”. Los lesionados son del sector 3B, donde ocurrieron los hechos del 20 de abril.
Según confirmó a Brecha Álvaro Garcé, “a última hora del sábado recibí quejas acerca de la posible existencia de internos golpeados en el penal de Libertad. Entendí que era necesaria mi presencia el domingo. Allí se constató la existencia de algunos internos que presentaban marcas de golpes y eso fue informado a las autoridades penitenciarias y al juzgado de Libertad. Es parte del procedimiento de rutina para que intervenga el médico forense y constate las lesiones”. Garcé aseguró que “constatamos que había gente golpeada, eso es objetivo. El juzgado tendrá que ver cómo, cuándo y por qué se utilizó la fuerza”. La golpiza se habría producido, según pudo confirmar Brecha con distintas fuentes, tal como relató el recluso: a la salida al patio de los internos que están alojados en el tercer piso.
Sin embargo Garcé relativizó la idea de que la guardia hubiera montado un escenario que simulara un motín. “Lo de la rotura de la reja me lo dijeron los presos. Pero ellos mismos le quitaron fuerza a la versión de que estarían haciendo una cama para simular un intento de fuga. La reja a veces se rompe por el golpeteo…”
“El deseo represivo”
Como señaló Garcé a Brecha hace un par de semanas, luego de que muriera Brasil Sastre, él ya había anunciado a fines de noviembre de 2011, en un informe elevado a las autoridades del sistema penitenciario, que “la posesión de armas de fuego por parte de algunos internos” marca el punto más grave “de la emergencia penitenciaria”. El mismo informe denunciaba y casi profetizaba: “sólo falta que las armas sirvan para dar muerte a uno o más guardias penitenciarios (…). Si eventualmente resultara abatido en el futuro un funcionario carcelario –esperemos jamás ser testigos de ello– la respuesta de la fuerza podría llegar a consecuencias incalculables”.
Ese día llegó y las consecuencias, si bien aún son “incalculables”, parecen haber empezado a ser tangibles. Resulta relevante la declaración que guardias del penal de Libertad hicieron al diario El País esta semana acerca de códigos que se rompieron entre reclusos y policías: el “mensaje llegó y cambió la realidad de las cárceles. Hay miedo y temor. Antes las amenazas de muerte de los presos eran moneda corriente. Ahora se toman en serio y se denuncian”, dijeron.
Algunos presos aseguran que más que temor lo que motiva a la guardia hoy es una suerte de “espíritu de venganza contra todos”. En ese sentido, uno de los reclusos contactados por Brecha asegura que: “Heridos hay una banda. Yo tengo hematomas, seguro no me voy a morir, no es grave, lo grave es el motivo: saciar la ira policial. Lo grave es tapar todo. ¿Qué dicen de las rejas? ¿Es normal una cárcel sin rejas? Algunos policías nos dicen ‘si no te gusta hagan motín’, y se ríen. Hubo un diálogo delante de una psicóloga donde el recluso pidió privacidad y el policía dijo: ‘Tengo orden de estar acá por si te da por apretar. Ojo, me encantaría que lo hicieras, así entramos y los picamos’. Lo del simulacro de la Policía no lo puedo demostrar. Pero las autoridades –si ya saben de las rejas rotas– seguro están desconfiadas de la explicación de los llaveros y eso es bueno para nosotros. Lo de las palizas es irrefutable. El deseo de venganza ya manifestado de la guardia también. Me dijeron que hay familiares del finado en esta guardia (se refiere al policía asesinado por Brasil Sastre). Un motín aceleraría el proceso y daría rienda suelta al deseo represivo. En fin, lo cierto es que tenemos a todo el gobierno en contra con todo su poder, fíjate que reconocen que hubo heridos pero dicen que fue lío entre presos. Lo raro es que no hay ni un apuñalado. El preso usa cortes, no balas de goma o palos”.
Imagem tomada de: elmuertoquehabla.blogspot.com