Por Raúl Crespo.
Cualquier relato histórico veraz sobre los orígenes de la lucha armada en Colombia, debe ser analizado como si fuera la continuación de la guerra de la independencia y como el efecto de una terrible represión que causa 50000 desaparecidos y unos 8 millones de desplazados.
El gobierno de Juan Manuel Santos, no sabe como campear los cadáveres encontrados en fosas comunes que aumentan, en 240 de los 1102 municipios colombianos continúan los hallazgos de cuerpos sin identificar de la época de los 80, 90 y 2000.
Las cifras varían, Luis Gonzales, de Justicia y paz dice que son 6782 casos de NN, la mayoría encontrados en Antioquia, la tierra de Uribe, cuando gobernador, por su parte Piedad Córdoba, tiene otras cifras 10000 en 200 municipios que podrían llegar hasta los 20000 o 30000, la CBPD (comisión de búsqueda de personas desaparecidas) manifiesta que son 13329 los desaparecidos y el Movimiento de Crímenes de Estado dice que son 50000 los desaparecidos.
En 1984 Betancur, promulgo el decreto de amnistía a favor de los alzados en armas y propiciar su reincorporación a la sociedad civil. El M19 entrego las armas y desde entonces es un movimiento político que sobrevive a duras penas tras el asesinato de Pizarro, y por la matanza de más de 3500 miembros de la Unión Patriótica, por fuerzas del Estado.
Pastrana, quiso engañar a la guerrilla y a la sociedad colombiana abriendo un dialogo en el Caguán, conversaba con tiro fijo y proyectaba el plan Colombia, desde 1999. Con Uribe, el discurso belicista lo llevo al poder, y, su proyecto de seguridad democrática logro seguridad en las carreteras, el mayor logro político y militar de los colombianos sirvió para que puedan circular sin peajes paras y guerros, lo que motivo la altísima popularidad de Uribe, sobre el 71% en su retiro trasmitido a Santos.
Los primeros días de septiembre Santos, cerro definitivamente el posible dialogo con la guerrilla, pronunciamiento que lo hizo luego del ataque del frente 15 de las FARC en la población de Doncello en el Caquetá Sur que ocasiono la muerte de 14 policías y soldados, en Samaniego, Nariño, en el sector de Balalaica, perdieron la vida otros 6 policías y el viernes 10 de septiembre en Puerto Colon, la misma columna 15 de las FARC mato otros 14 policías.
Los combates están degradando el conflicto de parte y parte rematando a los heridos con tiro de gracia en la cabeza, el director de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia dijo, “es la respuesta de las FARC, a los golpes que han sufrido de parte de las fuerzas armadas cuando Santos era ministro de defensa”.
El experto del IEPRI agrega, “las FARC volvieron a la guerra de guerrillas empleando pequeños grupos de no mas de 3 personas que incluye un franco tirador y la siembra de minas, en ese sentido el uso de la fuerza aérea factor clave para desgastar a la guerrilla ya no tiene efecto” dice Misas, continua diciendo, “por eso es necesario mejorar la inteligencia militar”.
Por su parte el gobierno de Santos, prepara un expediente con las atrocidades perpetradas por las FARC y el ELN, base de una denuncia para llevarla a organismos internacionales, expediente que tendrá algunas fechas coincidentes con las acusaciones contra Venezuela, a raíz de las computadoras encontradas a Raúl Reyes, que sirvieron como soporte para comprometer a Miraflores.
Pocos años después del plan Colombia, se descubrió los verdaderos propósitos que involucro mas de 7000 millones de dólares entregados por los EEUU, para el control del narcotráfico y provocar un conflicto regional involucrando a Venezuela y Ecuador, principalmente, después incorporarían a Perú y Brasil, para el control de la Amazonia, proyecto geopolítico que disimulaba el Alca.
El plan Colombia no logro resolver los problemas de los colombianos alimentando la idea de paz ni las democráticas, porque, la paz en Colombia, involucra a todos, pueblo, campesinos, industriales, banqueros, militares, estudiantes, cocaleros, guerrilleros y los nuevos paramilitares, si uno de esos actores falta no habrá acuerdo mínimo para el bienestar de la sociedad colombiana y su contribución a la coexistencia pacifica regional.
Puede considerarse por la alta popularidad con la que se retiro Uribe, y por el margen de ganancia de Santos, que la extrema derecha gobierna Colombia, pero, la solución al desempleo, a la violencia, no se soluciona con bases militares ni por la predica del exterminio de la izquierda, para conseguir la practica de una democracia hay que elaborar proyectos que beneficien al pueblo, 2.5 millones de plazas de trabajo necesita ya el gobierno de Santos, y no pueden ser ofrecidas para los próximos 8 años, considerando la reelección que apunta Washington, hasta consolidar el control del narcotráfico y el terrorismo regional si las FARC desaparecen y con ella la cocaína.
Colombia debe preguntarse en un referéndum si continúan con el negocio de la cocaína, esa respuesta los tienen los mismos actores que deberían sentarse a hablar de paz. Ese proyecto de exterminar a las FARC militarmente es una excusa más que una razón, si a si van las cosas, la gobernabilidad de Colombia, no se conseguirá en un futuro cercano, es a lo que apunta Washington, las FARC son todavía importantes para sostener el plan Colombia, y las bases militares, el propósito geopolítico de estas bases depende de las próximas elecciones legislativas en Venezuela.
Imagem: Coletivo Sur.