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Macri e a foto
Por Débora Mabaires, para Desacato.info.
Tradução: Raul Fitipaldi
O governo de Maurício Macri posou para a foto que mostra os últimos 45 anos da história argentina.
No dia 29 de maio, durante a celebração oficial do Dia do Exército argentino, o governo difundiu a foto na qual o presidente aparece junto ao seu ministro da Defesa, Oscar Aguad, alcunha “o milico”, responsável do encobrimento da desaparição do (submarino) ARA São Juan, ocorrida em novembro de 2017.
O oficial do exército que fala com Oscar Aguad tem uma atitude postural onde demonstra desconforto, enquanto o Tenente Geral, Claudio Pasqualini, que aparece do lado de Maurício Macri, está relaxado, embora durou pouco seu estado. O homem deu seu discurso alusivo à guerra do Atlântico Sul, o que é algo curioso: quem vendia armas às forças armadas desde 1979 era Maurício Macri através da empresa Sevel, triangulando os embarques desde o Peru.
Enquanto o chefe do Exército falava sobre a guerra das malivnas, Grã Bretanha avançava sobre a soberania argentina das ilhas Georgias e Sandwich do Sul, que se encontram ao sudeste das ilhas Malvinas e muito perto da Antártida argentina, declarando zona protegida ao mar que rodeia as ilhas.
O chefe desse Exército que fez muito mais rico ao clã Macri, durante a ditadura que assolou nosso país entre 1976 e 1983, justificou várias vezes o acionar das forças armadas durantes esse anos, afirmando que se tratou de uma “guerra”. Na foto, pode-se ver ao seu lado o traficante de armas que provia aos guerrilheiros montoneros, Mario Montoto. Aquele que antes se fazia chamar de “Pascualito”, e que nunca foi julgado por traficar armas ou pelos crimes que tivesse cometido, hoje é um empresário provedor de armas, material bélico e sistemas de espionagem para o governo de Maurício Macri, além de ser o representante argentino dos empresários israelenses, e também um importante acionista de meios de comunicação.
Mario Montoto foi assinalado pelo detento Marcelo D’Alessio, o espião transnacional que armava causas a pedido do governo, com seu “chefe”. Nas incursões judiciais realizadas no domicílio de D’Alessio encontraram documentação proveniente da Embaixada Estadunidense e do Ministério da Defesa israelense.
Para completar a foto, entre o chefe do Exército – o poder das armas – e o espião – ex-traficante e o dono dos meios de difusão, pode se observar o fiscal, Carlos Stornelli, o homem que inventou causas judiciais, extorquindo empresários para encarcerar ex-funcionários (do governo anterior). Homem muito vinculado à carreira política de Maurício Macrei, e que se encontra em rebeldia, negando-se a declarar ante o juiz que o investiga.
O presidente, no seu discurso, não deixou dúvidas em relação a qual é o papel que pretende para as Forças Armadas nacionais: quer que se dediquem à seguridade interior, algo expressamente proibido, ao menos, em três leis argentinas.
Mais uma vez, a desculpa do suposto terrorismo ou o narcotráfico é agitada para violar as garantias constitucionais do povo argentino.
Com os acordos que Macri assinou com o ex–presidente Barack Obama, em 2016, as forças armadas argentinas ficaram reduzidas a forças auxiliares do Comando Sul dos Estados Unidos e, especificamente, à autoridade da Guarda Nacional de Georgia. Hoje, sua função é ser o braço armado que ofereça as garantias às corporações estrangeiras para o saqueio.
Com os acordos assinados com os Estados Unidos e Israel, toda a informação pessoal dos cidadãos argentinos pode ser captada e utilizada por esses países, já que habilitaram a espionagem internacional sobre a nossa população, sem restrições.
Em uma foto só, num ato só, o governo de Maurício Macri explica sua gestão e vaticina o futuro da população de um modo aterrador.
Traficantes de armas; espiões; representantes do poder judiciário corrupto e uma trama de morte e sangue que se transluz rodeiam o presidente da nação.
A perseguição judicial a Cristina Fernández de Kirchner rendeu frutos. Ela não concorrerá à presidência. Se deslocou na cena e entrega seu caudal eleitoral a outro candidato: Alberto Fernández.
Embora continuem avançando com as causas judiciais que armaram contra ela com o roteiro das embaixadas – a norte-americana e a israelense – e a encarcerem, não modificarão o quadro eleitoral.
Uns dias depois da jogada política da ex-presidenta, que propõe uma coalizão eleitoral muito ampla, fazendo uma convocação a defender a Pátria e o Estado de Direito, aparece esta foto, a dos representantes da impunidade, para condicionar e submeter à Argentina, mostrando-nos que podem fazer o que bem entenderem e que nos, os argentinos, votaremos no que eles deixarem votar.
Como um caçador vangloriando-se sobre a presa que acaba de assassinar, o pé do poder real esmaga a cabeça da democracia, enquanto mostra seu fuzil ainda fumegante.
E tudo faz supor que ainda tem muitas balas.
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Macri e a foto
Por Débora Mabaires, para Desacato.info
El gobierno de Mauricio Macri ha posado para la foto que muestra los últimos 45 años de historia argentina.
El día 29 de mayo, durante la celebración oficial del Día del Ejército Argentino, el gobierno difundió la foto en la que el presidente se muestra junto a su ministro de Defensa Oscar Aguad, alias “el milico” responsable del encubrimiento de la desaparición del ARA San Juan ocurrida en noviembre de 2017.
El oficial del ejército que habla con Oscar Aguad, tiene una actitud postural que demuestra incomodidad, mientras que el Teniente General Claudio Pasqualini que se encuentra al lado de Mauricio Macri, se muestra relajado, aunque le duró poco. El hombre dijo su discurso alusivo a la guerra del Atlántico Sur, lo que resulta algo curioso: el que vendía armas a las fuerzas armadas desde 1979, era Mauricio Macri a través de Sevel, triangulando los embarques desde Perú.
Mientras el jefe del Ejército hablaba sobre la guerra de Malvinas, Gran Bretaña avanzaba sobre la soberanía argentina de las islas Georgias y Sandwich del Sur, que se encuentran al sudeste de las islas Malvinas y muy cerca de la Antártida argentina, declarando zona protegida al mar que rodea las islas.
El jefe de ese Ejército que hizo mucho más rico al clan Macri durante la dictadura que asoló nuestro país entre 1976 y 1983, justificó varias veces el accionar de las fuerzas armadas durante esos años, diciendo que se trató de una “guerra”. En la foto, puede verse a su lado al traficante de armas que proveía a los guerrilleros montoneros Mario Montoto. El que antes se hacía llamar “Pascualito”, y que nunca fue juzgado por traficar armas o por los crímenes que hubiera cometido, hoy es un empresario proveedor de armas, material bélico y sistemas de espionaje para el gobierno de Mauricio Macri, además de ser el representante argentino de los empresarios israelíes y también un importante accionista de medios de comunicación.
Mario Montoto fue señalado por el detenido Marcelo D’Alessio, el espía transnacional que armaba causas a pedido del gobierno, como su “jefe”. En los allanamientos realizados al domicilio de D’Alessio, se encontró documentación proveniente de la embajada estadounidense y el ministerio de Defensa israelí.
Para completar la foto, entre el jefe del Ejército – el poder de las armas- y el espía ex traficante y dueño de medios de difusión, se puede ver al fiscal federal Carlos Stornelli, el hombre que inventó causas judiciales extorsionando empresarios para encarcelar ex funcionarios.
Hombre muy vinculado a la carrera política de Mauricio Macri, se encuentra en rebeldía, negándose a declarar ante el juez que lo investiga.
El presidente, en su discurso, no dejó dudas acerca de cuál es el rol que pretende para las Fuerzas Armadas nacionales: quiere que se dediquen a la seguridad interior, algo expresamente prohibido en al menos, tres leyes argentinas.
Una vez más, la excusa del supuesto terrorismo o el narcotráfico es agitada para violar las garantías constitucionales del pueblo argentino.
Con los acuerdos que Macri firmó con el ex presidente Barack Obama en 2016, las fuerzas armadas argentinas quedaron reducidas a fuerzas auxiliares del Comando Sur de los Estados Unidos y específicamente a la autoridad de la Guardia Nacional de Georgia. Hoy, su función es ser el brazo armado que le garantice a las corporaciones extranjeras, su saqueo.
Con los acuerdos firmados con Estados Unidos e Israel, toda la información personal de ciudadanos argentinos puede ser captada y utilizada por esos países, ya que habilitó el espionaje internacional sobre nuestra población, sin restricciones.
En una sola foto, en un solo acto, el gobierno de Mauricio Macri explica su gestión y vaticina el futuro de la población de un modo aterrador.
Traficantes de armas; espías; representantes del poder judicial corrupto; y un entramado de muerte y sangre que se trasluce rodean al presidente de la nación.
La persecución judicial a Cristina Fernández de Kirchner rindió sus frutos. Ella no competirá por la presidencia. Se corrió de la escena y entrega su caudal electoral a otro candidato: Alberto Fernández.
Aunque continuaran avanzando con las causas judiciales que armaron contra ella con guión de las embajadas – la estadounidense y la israelí- y la encarcelaran, no modificaría el cuadro electoral.
Unos días después de la jugada política de la ex presidenta, que propone una coalición electoral muy amplia, haciendo un llamado a defender la Patria y el Estado de Derecho, aparece esta foto, la de los representantes de la impunidad para condicionar y someter a la Argentina, mostrándonos que pueden hacer lo que quieran y que nosotros, los argentinos, votaremos lo que ellos nos dejen votar.
Como un cazador vanagloriándose sobre su presa recién asesinada, el pie del poder real aplasta la cabeza de la democracia mientras enseña su fusil aún humeante.
Y todo hace suponer, que aún cuenta con muchas balas.
Foto: DPA
Débora Mabaires é cronista e mora em Buenos Aires.
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