O primeiro desafio de Dilma
Por Fabián Echegaray*
Português/Español
Clarín
Brasil continuará no radar da política internacional depois de que Lula deixe a presidência. Com a chegada da primeira mulher presidente surge também o desafio sobre como a grande potência regional concilia prosperidade econômica com bem-estar social e responsabilidade ambiental.
Durante anos Brasil fugiu do dilema entre crescimento material, qualidade de vida e preservação ambiental apostando só no primeiro. Desigualdades sociais, desemprego, a necessidade de gerar divisas e impostos justificaram essa eleição sem que pairassem dúvidas por um desenvolvimentismo sem maior atenção ao custo social e ambiental.
No entanto, o contexto que se aproxima tem mudado drasticamente. De um lado, a candidatura presidencial do Partido Verde obteve um inédito 20% dos votos, convertendo-se no fiel da balança. Do outro lado, a pobreza no Brasil caiu, mas a delinqüência não parou de subir; o PIB cresceu como nunca antes, mas a vida nas cidades tornou-se um pesadelo, dominada pela imobilidade do transporte, condições climáticas catastrófica e o nulo investimento em serviços de saneamento básico e higiene pública. Por último, o desmatamento, a virada de cara a uma economia baseada no petróleo e a aposta agressiva no agrobusiness colocaram de novo o Brasil como um dos vilões do debate ambiental, justo no momento no qual os grandes eventos internacionais que marcarão a presidência de Dilma exigirão do país uma aposta transparente e efetiva no desenvolvimento sustentável.
Esse conflito entre desenvolvimento sustentável e expansão a qualquer custo foi ilustrado pela polêmica sobre a construção de um mega-estaleiro naval para petroleiros frente a um dos destinos preferidos pelos argentinos, Florianópolis. Depois de um ano de embates, a denúncia e a mobilização da comunidade científica, associações comunitárias, promotores públicas e os ecologistas contra seu impacto negativo ambiental, social e econômico sobre a Ilha foi capaz de bloquear a avidez de políticos e empresários locais por supostos milhões de reais em negócios e impostos. A nova coalizão pela sustentabilidade já é parte da realidade brasileira.
*Doutor em Ciência Política pela Universidade de Connecticut, Diretor de Market Analysis, Consultora de Opinião Pública.
Versão em portugués: Raul Fitipaldi.
El primer desafío de Dilma
Por Fabián Echegaray*
Clarín
Brasil continuará en el radar de la política internacional después que Lula deje la presidencia. Con la llegada de la primera mujer presidente surge también el desafío sobre cómo la gran potencia regional concilia prosperidad económica con bienestar social y responsabilidad ambiental .
Por años Brasil huyó del dilema entre crecimiento material, calidad de vida y preservación ambiental apostando sólo en el primero. Desigualdades sociales, desempleo, la necesidad de generar divisas e impuestos justificaron esa elección sin titubeos por un desarrollismo sin mayor atención a su costo social y ambiental.
Sin embargo, el contexto que se avecina ha cambiado drásticamente. De un lado, la candidatura presidencial del Partido Verde obtuvo un inédito 20% de votos, convirtiéndose en fiel de la balanza. De otro lado, la pobreza en Brasil ha bajado pero la delincuencia no paró de subir; el PBI creció como nunca pero la vida en las ciudades se ha vuelto una pesadilla plagada por la inmovilidad del transporte, condiciones climáticas catastróficas y la nula inversión en servicios de saneamiento e higiene pública. Por último, la deforestación, el giro hacia una economía basada en el petróleo y la apuesta agresiva en agrobusiness vuelven a colocar a Brasil como uno de los villanos del debate ambiental , justo en el momento en que los grandes eventos internacionales que marcarán la presidencia de Dilma exigirán del país una apuesta transparente y efectiva en el desarrollo sustentable.
Ese conflicto entre desarrollo sustentable y expansión a cualquier costo fue ilustrado por la polémica sobre la construcción de un mega-astillero naval para petroleros justo enfrente de uno de los destinos preferidos de los argentinos, Florianópolis. Tras un año de embates, la denuncia y movilización de la comunidad científica, asociaciones barriales, fiscales públicos y los ecologistas contra su impacto negativo ambiental, social y económico sobre la isla fue capaz de bloquear la avidez de políticos y empresarios locales por supuestos millones de reales en negocios e impuestos. La nueva coalición por la sustentabilidad ya es parte de la realidad brasileña.
*Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Connecticut, Director de Market Analysis, Consultora de Opinión Pública.
Foto: Celso Martins.