Um poema de Gonzalo Abella para o Comandante Chávez.
Chávez
Chávez se despierta en sobresalto
Sudoroso se mira en el espejo
Brilla seductor junto a su cuerpo
El cáliz portador de los dolores
De un golpe se lo bebe y en su cuerpo
Hay una profecía de tormentos
De un golpe se lo bebe y en su alma
Hay tibia calidez de amaneceres
De un golpe se lo bebe y en su pecho
el corazón galopa jubiloso
Al ritmo de un joropo sabanero
María Leoncia de la selva
Le ofrece el caballo de Bolívar
Chavez lo monta y su estatura
Resulta la adecuada para el viaje
Los duendes ancestrales se lo advierten
El Manto de la Virgen ya no cubre
La corona de espinas que le aguarda
Pero tiende sus manos hacia el pueblo
Y el pueblo lo atraganta de ternura
Entonces besa la tierra prometida
Y, amoroso, la frente de sus padres
Acaricia a las niñas que ha engendrado
Y rodilla en tierra le pregunta
A la joven mujer enamorada
Si se quiere casar con Venezuela
Que Leonardo Chirino es el padrino
Y Ezequiel Zamora lo acompaña
Manuelita suspira y sube en ancas
Del nuevo paladín de la esperanza
Delira el Chimborazo, ríe la selva
Galopa acelerado el corazón del llano
Y una marea roja de esperanza
Rompe todos los diques represores
Para inundar el colorido Continente
Fidel y el Che le ponen una estrella
Que todos los pueblos reconocen
Y el enfermo planeta que habitamos
Recupera un aliento esperanzado
Canta Chávez y canta Ali Primera
Canta Chávez, y es la primavera
Canta Chávez y su canto amante
Se vuelve resurrección y ofrenda
Que aterra a miserables opresores
Y a todos sus laderos despreciables
Y vela el sueño bueno de los niños
El descanso necesario de los justos
Y la certeza por fin recuperada
De que todo vale la pena todavía
Gonzalo Abella es escritor e historiador uruguayo