Por Orlando Balbás, de Cumaná, Venezuela, para Desacato.ino
La acción armada de Israel en contra de Palestina, no es nueva, pero si tiene un nuevo enfoque, trata de retomar el liderazgo perdido en el Cercano y Medio Oriente por parte del Estado sionista, defendido, apoyado y armado por los diferentes gobiernos de los Estados Unidos.
La derrota del imperio norteamericano en Siria y en Irán, ante su intención de apoderarse de estas dos naciones, indica que también está en retroceso la unipolaridad en el mundo, liderada por los gringos. El desafío a una nación tan poderosa militar y tecnológicamente, por naciones de mediana capacidad bélica, demuestra que un escenario distinto se empieza a construir en la geopolítica mundial.
El comienzo de unas relaciones internacionales entre los países productores de petróleo y la búsqueda de su autonomía, ha convertido la política de los gobiernos yanquis en una constante acción de violencia, esto en el caso de las Repúblicas de Irak, Libia, Afganistán, Siria. Todos los hechos conocidos por los medios de comunicación, señalan un alto grado de impunidad de las muertes ocasionadas de forma masiva en estas regiones por la desmedida e injusta utilización de las armas para tomar el poder y la presencia de mercenarios.
Irán se ha convertido en el dolor de cabeza del alto gobierno estadounidense, han tratado de neutralizar las fuerzas aliadas de ese territorio para ejecutar sus planes de guerra no declarada, contra este país, violentando las normativas de la Organización de Naciones Unidas, que se ha visto obligada tímidamente a cuestionar los actos de terrorismo de Estado aplicado por el gobierno de Israel hacia Palestina y las otras regiones árabes.
Los bombardeos hacia zonas urbanizadas, escuelas, centros de salud, comercio en Palestina, profundizan la violencia y el odio, en una zona donde convivían pacíficamente todas las religiones monoteístas. La causa de las divisiones entre los árabes no son estrictamente religiosas, su basamento es de causa política por las estrategias del pentágono y la casa blanca de perpetuar a los Estados Unidos, como la gran potencia del planeta. De hecho es una gran potencia, pero ha perdido su liderazgo. En la actualidad han surgido nuevos modelos de gobiernos locales en las zonas consideradas de su influencia. En el caso de América Latina, la presencia del Comandante Chávez y su reto al Presidente Bush y luego a Obama, al declararse anti imperialista, como conductor de un proceso de cambios hacia el socialismo, abrió una brecha importante, que hoy en el mundo se ha ampliado, en contra de las acciones imperialistas.
Palestina, no está sola, cuenta con el apoyo de muchas naciones, el gobierno militarista de Israel luce aislado, pero tiene el apoyo del gigante del norte. Aislar en los organismos multinacionales al factor más desestabilizador en las naciones decididas a tener soberanía, es debilitar los planes del imperio del norte, que pueden conducir a otra guerra mundial.