O Museu do Bairro e o “Reizinho de Fato”

Por Roberto Quesada.

“La cultura es lo que queda de los estudios cuando todo se ha olvidado.”–Edouard Herriot.

Eso es lo malo de mis lectores y lectoras compatriotas, no les gusta que hable de otra cosa que no sea de política, pero no de cualquier política sino del momento político histórico actual que se vive en nuestro país. Entonces si ven un título como el de hoy ya me abandonan, si acaso al primer párrafo. Pero no, no se vayan, que sí voy a hablar de política de Honduras pero dentro del contexto neoyorquino.

Para empezar la política está en todo, hasta en aquello que parece que no tiene política, a veces es donde más está, como en los autodenominados neutros o apolíticos, esos son los que más les encantan a los políticos pues así dejan de ser un estorbo al o pretender no estar ni de un lado ni de otro, ya hacen política a favor de quienes quieren continuar explotando los pueblos, de quienes quieren continuar saqueando, humillando y engañando al pueblo.

Los políticos, sean de donde sean, tienden a parecerse, a veces acaban de dar un discurso y al ratito ya se están contradiciéndose a sí mismos. Más adelante les contaré el incidente que tuve con el congresista por Nueva York, José Serrano, que tiene que ver con Honduras, mientras desfilábamos por Manhattan, pero antes vámonos al comienzo de la celebración.

El Museo del Barrio de Nueva York, es toda una institución. Con su privilegiada ubicación y hermoso edificio es un estandarte de la representación cultural latinoamericana en la ciudad de Nueva York. A lo largo del año se celebran fiestas latinoamericanas como el Día de los Muertos, llegan adultos y niños a  fortalecer sus raíces haciendo manualidades propias de sus respectivos países o países de origen. Tiene los supersábados en que de manera gratuita, llegan los niños que lo deseen a adiestrarse en las diferentes artes y artesanías. Es un digno ejemplo a imitar.

En noviembre del año pasado recibí una carta del Museo del Barrio en donde se me invita a ser uno de los Padrinos del desfile anual, en donde se dice que mi elección ha sido por mi trabajo literario y por la proyección, a través de las letras, con y de la comunidad latinoamericana. Aunque ruborizado, por supuesto que acepté, haciéndoles saber el honor que para mí representaba haber sido elegido por tan prestigiosa institución.

En diciembre se nos invitó a un desayuno para que nos conociéramos privilegiados y privilegiadas de este año: reyes, madrinas y padrinos. El desayuno fue cordial, pero, aprendí, que existen quienes se toman demasiado en serio su rol. Fue el caso cuando nos saludamos con el músico Johnny Colón, lo felicité por también ser padrino y vaya la cara que me hizo: “¡Yo no soy Padrino, me aclaró, soy Rey!…Hace tiempos que yo fui Padrino”. ¡Válgame Dios!, estuve a punto de decirle: “Perdóneme Su Majestad”. Pero con esa seriedad que Johnny asume su papel, mejor me dije: “machete estate en tu vaina”.

Así hubo uno que otro encuentro para ir afianzando el desfile, hasta que llegó el día. Así con Lucy, mi esposa,  y Robertito, llegamos temprano al Museo. Una chica muy amable nos atendió y nos pasaron al lugar en donde uno se vestía de su personaje. Resulta que cuando Robertito ve que me ponen una capa y una corona y a él nada, no se detiene para reclamar. Las muchachas del vestuario tratan de explicarle de que son los adultos los que desfilan y no hubo quién, como por arte de magia le consiguieron su corona y así se convirtió en ‘Reycito de facto’ (solo me dije, tenía que ser de padres hondureños, lo que nos heredan algunas ex amistades).

Antes del desfile tuvimos oportunidad de saludarnos, conversar, hacer chistes con las colegas escritoras Esmeralda Santiago y Nicholasa Mohr, también hicimos algunas entrevistas para Globotv. Allí me encontré con un viejo amigo, el gran poeta Papoleto Melendéz, que es ‘Rey Emérito del Museo del Barrio’, ya por 17 años. Entre él y Robertito, Reycito de facto, se toman por asalto la democracia neoyorquina.

Hablamos con Papoleto de viejos tiempos, de los noventas, de nuestros queridos amigos comunes como los poetas Pedro Pietri, QEPD, Miguel Algarín, Amiri Baraka , Allen Ginsberg, QEPD, cuando nos reuníamos en el Nuyorrican Poet Café. Papoleto me dijo con nostalgia cuanta falta le hacía Pedro Pietri.

Por esas cosas del destino me tocó desfilar a la par del congresista por Nueva York, José Serrano, mientras caminábamos le dije que me gustaría que habláramos sobre el caso Honduras. Trató de hacerse el gracioso y subió la voz para que lo escucharan: “Tú quieres hablar de Honduras pero aquí estamos en Manhattan”. Naturalmente que su séquito se rio. Yo le dije: “Así es, porque hace unos minutos usted en su discurso acaba de decir que este es un Festival Latino, no de Puerto Rico, no de República Dominicana, no de Guatemala, no de Argentina sino de toda America Latina, por tanto creo que le interesa lo que sucede en nuestros países como es la violación de los derechos humanos en Honduras”.

Y es cierto, en el desayuno después de que el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, brindara parte de su discurso en español e hiciera bromas a los presentes, le tocó el turno al congresista Serrano.

El congresista Serrano cambió de color, pero admitió que era verdad, que él lo había dicho y que así lo pensaba, de disculpó y me dijo que teníamos que reunirnos para hablar del tema. Una vez superado el incidente, hasta de broma estuvimos, como cuando él tomó un foto y yo me aparecí en frente, exclamó: “¡Ya me dañaste la cámara!”.  Y en buena camaradería culminó ese inolvidable Desfile del Museo del Barrio en su 35 aniversario. Hay mucho más que contar, pero el tiempo y espacio por hoy nos limitan, les debo la segunda parte para después de que me reúna con el amigo congresista José Serrano. De momento, felicitaciones y gracias Museo del Barrio, tienen bien merecido ese lugar especial en la comunidad latinoamericana y neoyorquina en general.
Ah, Robertito, el Reycito de facto, se robó las cámaras, incluso fue entrevistado por el canal neoyorquino NY1…

Nueva York NY 7 enero 2012
[email protected]


A seguir: Informe de Roberto Quesada.

Nueva York — Cientos de hispanos volvieron a ser niños el 6 de enero al ver desfilar a los Tres Reyes Magos por las calles de El Barrio, en Manhattan.
Melchor, Gaspar y Baltasar llevaron alegría a espectadores que desde tempranas horas acudieron a las calles cercanas del Museo de El Barrio para asistir al tradicional desfile. La caravana estaba conformada por niños que portaban coronas de papel, músicos, marionetas gigantes y camellos.

El desfile estuvo encabezado por las madrinas y padrinos, funcionarios electos, líderes comunitarios y la gran atracción para los niños los Reyes Magos honorarios para el trigésimo quinto aniversario de la parada.

El músico Johnny Colón, fundador de East Harlem Musical School, y las escritoras Esmeralda Santiago y Nicholasa Mohr, fueron los personajes destacados elegidos para guiar la caravana.

Nuestro compatriota escritor Roberto Quesada, columnista de Diario Tiempo, fue nombrado uno de los padrinos del evento como reconocimiento a su sobresaliente carrera literaria y la proyección con la comunidad latinoamericana.

El festejó comenzó con un desayuno para los tres Reyes Magos y para las madrinas y padrinos, al cual asistió el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg. Después del desayuno comenzó el desfile desde  la calle 106 y la avenida Madison y concluyó en la calle 115 y la Avenida Park en Manhattan.

Para clausurar oficialmente la navidad en la ciudad de Nueva York con este acto, se brindó un almuerzo, con música en vivo, en el Museo del Barrio, en donde las autoridades del Museo agradecieron a los tres reyes magos, madrinas y padrinos, a la juventud de voluntarios,a  Los Angeles Guardianes y a las autoridades de la ciudad de Nueva York.

Hace un año, el Museo del Barrio adoptó que los Reyes Magos vistieran al estilo de figuras históricas de importancia en la cultura latina, como una forma de educar a los niños.

Colón portó el vestuario de Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Quijote de la Mancha.

Organizadores del Museo de El Barrio informaron que más de 3 mil niños participaron en la popular caravana y miles de personas saludaron a lo largo y ancho de la Quinta Avenida y Madison.

Imagens: Roberto Quesada.

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