Manifestaciones son “el sueño de una noche de verano” dice Horacio Verbitsky
Redaccción Análisis 365.-Con marchas en diferentes partes de Argentina, los “acomodados” de ese país, salieron a protestar, principalmente, por las medidas económicas del gobierno de Cristina Fernández, caracterizadas por favorecer a los amplios sectores pobres del país, y por redefinir la política financiera y monetaria, dirigida hoy hacia la nacionalización y la superación del carácter acumulativo de la economía.
Hace dos meses, un “cacerolazo” fue planificado por los mismos sectores, pero esta manifestación, que creció en número, lució igual de dispersa, sin unidad de consignas, y sin figuras visibles que la guiaran, pero fuertemente apoyada por los medios tradicionales de derecha en todo el país.
Las peticiones de los manifestantes, “eran tantas como ellos mismos” dice hoy la prensa argentina. “No a la tiranía”, “No al silencio”, “No a la relección de Cristina”, “Si a la libertad”, entre otras. La mayor participación la hubo en los sectores medios y altos de Buenos Aires, apoyados por el Gobernador de derecha Mauricio Macri, quien dice haber congregado a 700 mil personas, pero datos oficiales lo desmienten, pues el Gobierno nacional aclara que la participación fue de entre 70 y 100 mil personas.
Las manifestaciones fueron convocadas principalmente por las redes sociales, a través de una larga preparación, luego del cacerolazo del 13 de septiembre pasado, y la prensa local anota que esta vez se acordó no llevar consignas ofensivas en contra de la presidenta Cristina Fernández.
En lugar de los insultos, los manifestantes acogieron una frase que abría la posibilidad de marchar por cualquier cosa: “Arma tu propia pancarta” decía, y con eso, el temor que representa para esos sectores un próximo gobierno popular de Cristina Fernández, fue vestido con un abanico de consignas sin unidad: “Estamos fuera del mundo” se leía en una, o “Defendamos el derecho de los discapacitados”, y más allá, “Examen psiquiátrico a los candidatos”.
Las consignas en inglés también fueron comunes, en el centro de Buenos Aires lucían pancartas que decían “Go, Kristina, Go”, y también “Enough is enough, Ms Cristina”.
Cronistas como Horacio Verbitsky, dicen hoy en Página 12 que estas manifestaciones evidencian la “solidez de la democracia” argentina, que estuvo “derretida” por la crisis de 2001 y 2002.
Para Verbitsky, “Es inimaginable que un gobierno que a la salida de aquella enorme conmoción social resistió la presión de los acreedores externos y los organismos financieros internacionales, de las empresas privatizadas de servicios públicos, de las cámaras patronales agropecuarias e industriales, se apoque por las voces de cualquier número de personas que quiera atribuirse a los actos de ayer”.
“Hoy continuarán los juicios por crímenes de lesa humanidad y las medidas de protección del empleo en medio de la crisis global, el mes próximo entrará en vigencia la ley sancionada para democratizar la comunicación audiovisual, no habrá devaluación, nuevo endeudamiento ni venta de dólares para atesorar. La detestada presidente no modificará las políticas con las que hace un año pidió y obtuvo su mandato ni aquellas que adoptó después en respuesta a las corridas cambiarias iniciadas aún antes de que asumiera” termina diciendo el veterano periodista sobre esta manifestación, a la que finalmente califica, con su magistral ironía, como el “sueño de una noche de verano”.