Por Julio Rudman.
Estas semanas fueron, tangencialmente, noticia. El alumbramiento de un nuevo despertar produjo, y produce aún, ríos de tinta alrededor del mundo egipcio. Cuando todo hacía suponer que Hosni Mubarak era sostenido en el poder hasta que los yanquis se aseguraran el recambio, el tipo nos engañó. No negociaba con Obama, ni con el Departamento de Estado. El designado vicepresidente Suleimán (de magnífico, nada) mantenía línea telefónica abierta con Ferny. La demora en hacer las valijas, con sunga playera incluída, para reposar una temporadita en el balneario concheto de Sharm El Sheij, se debió a que el helicóptero no despegaba del quincho que Fernando de la Rúa tiene en el norte de Buenos Aires. Como en las negociaciones por el pase de un futbolista vip, el asunto era decidir quien pagaba los viáticos. Finalmente, la gente en las plazas gozó al ver al vetusto socio del imperio ser descartado como un condón usado.
Aunque hubo desmanes, casi inevitables en estos casos, las momias (las auténticas, digo) se salvaron.
¿Y por casa como andamos? Aquí va un pequeño muestrario de la fauna autóctona que, por desgracia, todavía no fueron instaladas en los escaparates del Museo de la Política Nacional y sus anexos jurídico-éticos.
– El ex juez Luis Miret, Momia 1, está siendo juzgado en el Consejo de la Magistratura por su complicidad con la dictadura eclesiástico-cívico-militar del ’76 al ’83. En declaraciones a la prensa, dijo que pretenden hacerlo aparecer como un monstruo ante la opinión pública. Me fui al diccionario para no pifiarle. Dice que monstruo es un ser fantástico que causa espanto; o que es una persona muy cruel y perversa. Miret no cabe en la primera acepción. Aunque su actividad durante el genocidio causó y causa espanto, no tiene nada de fantástico. Ni de original. Tal vez la segunda de las opciones que nos brindan los cráneos de la academia sirva para entender que tipos como Miret son profundamente humanos. Quiero decir que la crueldad y la perversión son parte constitutiva de la condición humana si, cuando cachorros, nos inyectan cultura de odio y repudio manifiesto por el otro, el que piensa distinto u opta por una condición sexual diversa, pertenece a una clase social supuestamente inferior o tiene un credo distinto o no tiene ninguno. Lo terrible es que los Miret sean nuestros semejantes. Por eso mismo, tienen un valor especial las declaraciones de las víctimas de estos tipos, como el testimonio que brindó Silvia Ontivero. Su mirada, enfrentando a Miret, miraba al futuro, aunque relatara sus horrores y vejámenes del pasado. Gloria a ella, entonces.
– Es uno de los tantos precandidatos a perder las elecciones presidenciales de octubre. Y como sólo lo conocen sus familiares y sus colegas de contienda, manda mails a mansalva. Para opinar acerca de casi cualquier cosa. Si el Servicio Meteorológico tiene café en su buffet, si River tiene un 9 como Pavone por portación de apellido, en fin, cosas de una importancia meridiana para la realidad nacional. De su proyecto de país, nada por ahora. Ernesto Sanz, Momia 2, me avisa ¡a mí! que hoy almuerza con Mirtha Legrand, en televisión. Los productores de 6-7-8, Duro de Domar y TVR, agradecen el plato servido.
– Eduardo Duhalde, Momia 3, vacila entre la mentira y la mentira. Calificó como “política” la detención del dirigente sindical Venegas. El referente del gremio de los trabajadores rurales es elogiado por Alejandro Biondini, Cecilia Pando y otros ejemplares deslavados del nazismo vernáculo. Y fue insólitamente defendido por la cúpula cegetista, aunque con matices, al unísono con la dirigencia patronal agroganadera. Martínez de Hoz los crió y la soja los amontona. Si eso no es política, el Tomba practica voley.
Lo de la CGT es una nueva categoría de desayuno patrio: sapo nacional y popular. Es habitual en los hoteles sindicales.
– Pino Solanas, Momia 4, viaja a Canadá. Se va Pino y tal vez vuelva Reno. O quizá pruebe suerte como candidato a algo en Toronto.
-Mauricio, Macri con M de Momia 5, está de vacaciones con Cacho, practicando bochas en el club, para el campeonato de jubilados que se inicia en noviembre.
– Héctor Magnetto, una especie de Ramsés de estas pampas, busca dónde carajo encontrar “la gran esperanza blanca”, un precandidato que, por lo menos, pierda con cierto decoro ante la figura del negraje, de los que huelen “a callejuela, a palabrota y taller”, como canta Silvio.
¿Usted se imagina a una momia conduciendo el país?