Por Pedro Echeverría V.
1. Este fin de semana fue de mucha actividad: pude estar muchas horas en el Zócalo de la ciudad de México (jueves y viernes) antes y después de que fuera levantada la histórica huelga de hambre de los electricistas; y otras tantas horas en el mismo lugar (el domingo) para presenciar en un Zócalo relleno de gente el mitin convocado por López Obrador (AMLO) con la asistencia de contingentes de todo el país. La realidad es que pensé -con mucha emoción- que los huelguistas de hambre estarían por lo menos tres o cuatro días más para recibir el aplauso y el apoyo de los lópezobradoristas el domingo y también para esperar la marcha del aniversario de la revolución cubana del lunes 26 de julio. La realidad es que por hacerme ilusiones hacia la unidad me calan profundo y me hacen pensar que hay que luchar por hacer posible lo imposible, pero siempre pensando en lo difícil de ello.
2. El mismo día de la suspensión de la huelga de hambre de Cayetano Cabrera y otros veinte más –el viernes 23- escribí un artículo con limitada distribución por problemas técnicos. La realidad es que manifesté mi disgusto porque la huelga se haya levantado sin que el gobierno derechista de Calderón hiciera o firmara ningún compromiso serio. Puse el ejemplo sobre decenas de huelgas en que he participado en el sentido de que primero se llevan los compromisos del gobierno o la patronal a una asamblea general, para luego en asamblea aprobar la firma o la continuidad del movimiento; pero también decía que la dirigencia electricistas en varias ocasiones había suspendido la huelga de mujeres, la movilizaciones y actividades por órdenes del gobierno para poder entrar a “diálogo”, a pesar de que el gobierno los regañaba y evidentemente se estaba burlando de ellos engañándolos.
3. Los electricistas no recibieron apoyo alguno de izquierdas o de los socialdemócratas, así lo declararon sus dirigentes; esto porque el gobierno siempre los entretiene en remediar asuntos particulares o gremiales. Pero tampoco los de la APPO recibieron en su momento apoyo alguno y los zapatistas y lópezobradoristas parecen enfrentados. En fin, no sabemos lo que suceda con los electricistas honestos y el mismo Cayetano que condicionó su levantamiento al establecimiento del patrón sustituto y a la recontratación de los 44 mil electricistas despedidos. Y preguntaba: ¿Será que todo haya acabado con el reconocimiento o toma de nota de la dirigencia recién electa del sindicato (SME)? De todas maneras a mi me dio muy mala espina, aunque sigo deseando que no se cumplan mis pronósticos y que al contrario, se logren en la mesa los puntos que no se obtuvieron en la muy limitada lucha en las calles.
4. En cuanto al acto masivo de López Obrador programado con meses de anticipación debe reconocerse que recuperó fuerza al llenar completamente la explanada, las calles que lo rodean y las bocacalles; ¿habrán sido 200 o 250 mil personas? Todavía no hay acuerdo sobre la cantidad de gente que llena el Zócalo. No importa, pero a pesar de los malos augurios de quienes pensábamos que AMLO no se levantaría por lo inmensa campaña que Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, han hecho y siguen realizando en su contra, así como los pobres resultados electorales de 2009 y 2010, la realidad es que parece que comienza con un nuevo aire en estos meses que se inician de hecho las campañas presidenciales. Además pude entrevistar a coordinadores de trabajos de AMLO en algunos estados quienes me informaron de la coordinación que realizan y que jamás pensé que existieran.
5. Con la influencia aún del entusiasmo del mitin pondría pensar que Ebrad, Lazarito, Navarrete, Camacho u Ortega, no representan ni la más mínima competencia frente a López Obrador al interior del PRD para seleccionar al candidato de la socialdemocracia. Parece que AMLO se impondrá en el PRD, PT, Convergencia, sin competencia seria, de manera natural, por los seis años de visitar todos los pueblos de la República. Se sabe que Ebrard (usando a Camacho) tendría todo el apoyo de los medios de información, de poderosos empresarios, de las agencias encuestadoras, de Calderón y de los panistas, pero terminará pesando mucho más López Obrador a pesar que desde ahora han comenzado a acusarlo de violar leyes. Sin embargo todavía estamos muy lejos para ver el comportamiento de los empresarios, de la totalidad de la clase política y del gobierno de EEUU que siempre ha intervenido.
6. Peña Nieto, al que veíamos seguro candidato del PRI por el total apoyo de Televisa y de los empresarios, parece desbalancearse: los campesinos de Atenco reprimidos por su gobierno salieron de prisión, el caso de la niña Paulette lo desprestigió y la firma de apoyo del PRI al IVA a cambio de que no hubieran coaliciones de partidos, lo desprestigió. Dado que Calderón y los panistas no tienen candidato fuerte, podrían arreglar con el PRI un apoyo hacia Beltrones, Paredes u otra persona para dar un nuevo golpe de Estado electoral a AMLO, pero aún no es claro. De todas maneras estas son simples especulaciones electoreras aún. Lo importante es reflexionar si un simple cambio de gobierno puede transformar en serio al país o sólo será un simple cambio de personas para que todo siga igual. Por eso hemos repetido mil veces que mientras la población no tenga conciencia y no participe “el pueblo no podrá salvarse”.
7. Por eso, más que pensar en procesos electorales que durante más de un siglo han sido engañosos y paralizantes hay que pensar en movimientos de masas en las calles, las fábricas, los campos, las escuelas. etcétera. En un principio aunque sean movimientos aislados de defensa como hasta hoy, pero hay que procurar que estos siempre se unan a otros movimientos para poder triunfar. Basta ya de movimientos o huelgas aislados porque las leyes burguesas prohíben la solidaridad. A la basura real las pinches instituciones y sus leyes. Todas las luchas deben ser unitarias de la clase obrera, los campesinos, los estudiantes, los luchadores sociales. ¿Acaso la clase explotadora (empresarios, abogados y gobierno) no se une para enfrentar y reprimir a los trabajadores? Tratemos que todas nuestra batallas sean clasistas, sean de los trabajadores todos. ¿Vamos a permitir que nos sigan reprimiendo, encarcelando y asesinando por el sectarismo de no unirnos?
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