Português/Espanhol
Por Débora Mabaires, de Buenos Aires, para Descato.info
Durante o mês de outubro, alguns acontecimentos botaram um manto de trevas sobre a sociedade argentina.
Em 17 de outubro apareceu sem vida o corpo de Santiago Maldonado, o jovem que foi reprimido pela Polícia Nacional no 1º de agosto. O cadáver estava apoiado sobre os galhos das árvores no rio Chubt, a 300 metros rio acima de onde tinha sido visto pela última vez. Nenhum corpo inerte flutua rio acima, suas roupas estavam intactas, e pôde ser identificado pelas impressões digitais, o que demonstra que esse corpo não esteve nas águas do rio 78 dias seguidos.
Depois de ver o brutal operativo de encobrimento que efetuou o governo de Maurício Macri, essa notícia se cravou como um gume na memória coletiva que recordou os nomes de quem foram jogados de aviões ao mar durante a última ditadura e trouxe à mente esses corpos que apareciam nus e por vezes desmembrados nas praias, como um aviso do que podia acontecer a qualquer um que se opusesse ao regime.
Os meios de comunicação rapidamente disseram que Maldonado “se afogou” e omitiram dizer que o rio nesse lugar tem uma profundidade menor a um metro, e que nesse mesmo local já se tinham realizado três buscas.
O governo então lançou uma tenebrosa ofensiva contra a família Maldonado nas redes sociais, contras trolls iniciaram uma campanha de boicote contra a empresa familiar.
Com apenas alguns dados preliminares da autópsia do corpo que tinha mantido o país em estado de alerta; com uma feroz campanha contra a ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner na que participaram alguns juízes federais amigos de Maurício Macri, os argentinos fomos votar no dia 22 de outubro.
O acosso policial a candidatos da Frente de Esquerda dos Trabalhadores na cidade de Mar del Plata e o assédio a quem levaram alguma camiseta ou distintivo pedindo justiça por Santiago Maldonado foram as notas vibrantes dessa jornada.
Os resultados das eleições se conheceram antes da meia-noite e apresentavam uma vitória ajustada para o partido de Maurício Macri, mas, o suficientemente folgada como para anunciar um plano de reformas laborais, tributárias e previdenciárias que farão tremer os direitos humanos da maioria dos argentinos.
Um Maurício Macri exultante anunciava as medidas para os próximos dois anos de governo onde prometeu tirar direitos dos aposentados, modificando o índice de atualização dos seus haveres; prometeu demissões de empregados públicos; redução do gasto em Educação; reformas na Justiça e no sistema eleitoral – insistiu novamente com o voto eletrônico, que não pode conseguir com o acordo do Congresso da Nação; reforma tributária – diminuir impostos aos ricos; e uma reforma nas aposentadorias, que imporá um aumento na idade mínima para alcançar o direito, hoje fixado em 60 anos para as mulheres e 65 para os homens. Também falou de que tem muitos sindicatos, embora não especificou como pensa acionar contra eles para reduzi-los.
Nada do disse pode ser separado da presença no país da Comissão do Fundo Monetário Internacional, que chegou depois de 16 anos de ausência, para impor condições. De fato, o ajuste sobre o gasto público é um dos requerimentos habitual desse organismo para todos os países.
A jornada esteve carregada de simbolismos: esse mesmo dia renunciou a Procuradora da Nação, Alejandra Gils Carbó, depois de sofrer uma perseguição constante faz dois anos, com causas judiciais inventadas, publicação do telefone celular de filha menor de idade e ameaças de morte.
Este ato de lançamento de medidas antipopulares foi feito no dia em que se completavam 34 anos de democracia. Macri fez isso no lugar que leva o nome do ex-presidente Nestor Kirchner, que tirou do Maurício Macri a concessão do Correio Argentino, depois de que o atual presidente o esvaziara pretendendo também vender o Palácio do Correio Central a preço de banana, local onde funciona o Centro Cultural Kirchner. O projeto de Maurício Macri era fazer no lugar um centro comercial.
Com os aplausos da maioria dos governadores; os membros da Suprema Corte; os representantes das centrais sindicais; alguns legisladores que supostamente são opositores mas formam parte do elenco estável da operação anti-povo; os representantes dos Bancos, os latifundiários e os donos dos meios de comunicação, Macri conseguiu o sonho de ser o dono, amo e senhor do maior centro comercial de toda América Latina: a Argentina.
Para os argentinos, no entanto, o pesadelo ainda está começando.
Versão em português: Raul Fitipaldi, para Desacato.info
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Macri, la pesadilla de los trabajadores
Por Débora Mabaires, de Buenos Aires, para Descato.info
Durante el mes de octubre, algunos acontecimientos han puesto un manto de tinieblas sobre la sociedad argentina.
El 17 de octubre apareció sin vida el cuerpo de Santiago Maldonado, el joven que fue reprimido por Gendarmería Nacional el día 1º de agosto. El cadáver apareció apoyado sobre unas ramas en el río Chubut, a 300 metros río arriba de donde había sido por última vez. Ningún cuerpo inerte flota río arriba, sus ropas estaban intactas, y pudo ser identificado por sus huellas dactilares, lo que demuestra que ese cuerpo no estuvo en las aguas del río durante 78 días.
Luego de haber visto el brutal operativo de encubrimiento que llevó a cabo el gobierno de Mauricio Macri, esa noticia se clavó como una daga en la memoria colectiva porque reflotó los nombres de quienes habían sido arrojados desde aviones al mar durante la última dictadura y trajo a la mente a esos cuerpos que aparecían desnudos y a veces desmembrados en las playas, como un aviso de lo que le podía pasar a cualquiera que se opusiera al régimen.
Los medios de comunicación, salieron rápidamente a decir “se ahogó” y omitieron decir que el río tiene en ese lugar, una profundidad menor a un metro, y que en ese mismo lugar, se habían realizado 3 rastrillajes.
El gobierno entonces, lanzó una tenebrosa ofensiva contra la familia Maldonado: desde las redes sociales, cuentas trolls iniciaron una campaña de boicot contra la empresa familiar.
Con apenas algunos datos preliminares de la autopsia del cuerpo que había tenido en vilo al país; con una feroz campaña contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la que participaron algunos jueces federales amigos de Mauricio Macri, los argentinos fuimos a votar el día 22 de octubre.
El acoso policial a candidatos de Frente de Izquierda de los trabajadores en la ciudad de Mar del Plata y el hostigamiento a quienes llevaban alguna remera o distintivo pidiendo justicia por Santiago Maldonado fueron las notas vibrantes de esa jornada.
Los resultados de las elecciones se conocieron antes de la medianoche, y le daban una ajustada victoria al partido de Mauricio Macri, pero lo suficientemente holgada como para anunciar un plan de reformas laborales, tributarias y jubilatorias, que harán crujir los derechos humanos de la mayoría de los argentinos.
Ayer, un Mauricio Macri exultante, anunciaba las medidas para los próximos dos años de gobierno donde prometió quitarle derechos a los jubilados, modificando el índice de actualización de sus haberes; prometió despidos de empleados públicos; reducción del gasto en Educación; reformas en la Justicia y en el sistema electoral – vuelve a insistir con el voto electrónico, que no pudo lograr con acuerdo del Congreso de la Nación; reforma tributaria – bajar impuestos a los ricos y empresarios; y una reforma jubilatoria, que impondrá un alza en la edad mínima para alcanzar ese derecho, hoy fijada en 60 años para las mujeres y 65 años para los hombres. También habló de que había demasiados sindicatos, aunque no especificó cómo piensa accionar contra ellos para reducirlos.
Nada de lo que dijo ayer, puede escindirse de la presencia en el país de la Comisión del Fondo Monetario Internacional que arribó luego de 16 años de ausencia, para imponer condiciones. De hecho, el ajuste sobre el gasto público es uno de los requerimientos habituales de ese organismo para todos los países.
La jornada estuvo cargada de simbolismos: ese mismo día, renunció la Procuradora General de la Nación, Alejandra GilsCarbó, luego de sufrir una persecución constante desde hace dos años, entre las que no faltaron causas judiciales inventadas, la publicación del teléfono celular de su hija menor de edad, ni amenazas de muerte.
Este acto de lanzamiento de medidas antipopulares lo hizo el día en que se cumplían 34 años de democracia. Lo hizo en el lugar que lleva el nombre del ex presidente Néstor Kirchner, que fue quien le quitó a Mauricio Macri la concesión del Correo Argentino, luego de que éste lo vaciara y pretendiera malvender el edificio del Palacio del Correo Central, que es donde hoy funciona el Centro Cultural Kirchner. El proyecto de Mauricio Macri, era hacer allí un centro comercial.
Ayer, con los aplausos de la mayoría de los gobernadores; los miembros de la Corte Suprema; los representantes de las Centrales Sindicales; algunos legisladores que supuestamente son opositores pero forman parte del elenco estable de la operación antipueblo; los representantes de Bancos, los terratenientes y los dueños de los medios de comunicación, Macrilogró cumplir su sueño de ser dueño, amo y señor del centro comercial más grande de toda Latinoamérica: la Argentina.
Para los argentinos, en cambio, la pesadilla recién comienza.