Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
Tradução: Elissandro dos Santos Santana.
O povo argentino está sendo submetido à maior pressão conhecida na democracia. Um grupo de gestores de multinacionais ganhou legitimamente as eleições e, desde que assumiu todo o plano de trabalho, destrói sistematicamente a indústria, o bem-estar social, a soberania e a integração regional.
Igual ao que ocorre no Brasil, na Argentina, o governo de Mauricio Macri, com a ajuda de políticos que traíram o mandato popular, está gerando um endividamento feroz que submeterá o povo argentino aos projetos de seus credores por gerações. Até ali, era algo gravíssimo. Sabemos que cada nova emissão de dívida vai acompanhada da perda de soberania jurídica, já que se faz com cláusulas que colocam como tribunais arbitrais a Londres ou Nova Iorque. O ministro das Finanças, Luis Caputo, um velho amigo do presidente, disse, esta semana, que iria colocar a dívida a cada quinze dias, porque a taxa era conveniente, o que é uma mentira.
Porém, há algo muito mais grave, que nem os funcionarios do governo de Mauricio Macri, nem os políticos opositores, nem a imprensa argentina ou internacional comentam: cada nova dívida é feita com duas cláusulas leoninas: a primeira, que a Argentina renuncie ao direito de entrar em moratória; que a dívida será cobrada no prazo contratado e será executada pelos credores.
A segunda cláusula: colocou como respaldo os pagamentos de serviços e interesses, o conjunto dos recursos e riquezas naturais de nosso país.
À perda da soberania econômica e jurídica, Mauricio Macri acrescentou a perda da soberania sobre os recursos naturais, quer dizer, está leiloando a riqueza de nossa nação.
Minerais estratégicos para o desenvolvimento da tecnologia aeroespacial, hidrocarbonetos, lítio, água, ouro, prata, terra e pedras preciosas, entre outros produtos foram penhorados para a contração de uma grande dívida.
A cada cinco dólares que entram no país, 4 voltam a sair, manobras de importação. É claro que o dinheiro não está sendo usado para o desenvolvimento econômico.
A Província de Buenos Aires, a de maior atividade econômica, acaba de lançar um programa de créditos muito suave para aqueles importadores que queiram trazer produtos de Taiwan, ao mesmo tempo em que os industriais fecham suas fábricas por não poderem pagar as taxas dos serviços de luz e gás.
Isto que se conhece hoje acaba de passar como pano de fundo e permite ver a estratégia política e econômica do governo. A fuga de capitais e a destruição da indústria gerada pelas políticas econômicas de Mauricio Macri tem como finalidade a destruição do sistema produtivo do país para quebrar a balança de pagamentos com o objetivo de entregar nossas riquezas às corporações estrangeiras.
E como se tivessem a necessidade de humilhar ainda mais o povo argentino, o presidente Mauricio Macri, a chanceler Susana Malcorra e o Ministro da Produção, Francisco Cabrera, participarão da inauguração da fábrica que o Grupo Techint construiu em Houston, Estados Unidos, e que empregará 1250 cidadãos daquele país com a fabricação de tubos de aço sem costura.
Desde que assumiu Mauricio Macri, o Grupo Techint, na Argentina, demitiu 1200 trabalhadores e fechou a fábrica de tubos de aço sem costura. A empresa, além disso, recebeu subsídios para as taxas de agua e gás; e como se tudo isso fosse pouco, o prefeito da cidade de Campana, na província de Buenos Aires, onde estava instalada a fábrica de Techint, perdoou a dívida dos impostos municipais.
Agora os trabalhadores demitidos pelo multimilionário Paolo Rocca devem pagar o aumento nos impostos municipais para cobrir o déficit provocado pela empresa que se foi a montar uma fábrica em outro país com um investimento multibilionário.
Os abutres financeiros desfrutam a festa da dívida esperando o momento oportuno para atacar. Cheiram sangue.
E nós também, porque é o nosso.
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Macri, el amigo de los buitres
El pueblo argentino está siendo sometido a la mayor presión conocida en democracia. Un grupo de gerentes de multinacionales ha ganado legítimamente las elecciones, y desde que asumieron todo su plan de trabajo es la destrucción sistemática de la industria, la previsión social, la soberanía y la integración regional.
Al igual que en Brasil, en Argentina el gobierno de Mauricio Macri con la ayuda de legisladores que traicionaron el mandato popular, está generando un endeudamiento feroz que someterá al pueblo argentino a los designios de sus acreedores por generaciones. Y hasta allí, era algo gravísimo. Sabemos que cada nueva colocación de deuda va acompañada de la pérdida de soberanía jurídica, ya que se hace con cláusulas que ponen como tribunales arbitrales a Londres o a Nueva York. El Ministro de Finanzas, Luis Caputo, un viejo amigo del presidente, dijo esta semana que saldría a colocar deuda cada quince días, porque la tasa era conveniente, lo cual es una mentira.
Pero hay algo mucho más grave, que ni los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri; ni los legisladores opositores; ni la prensa argentina o internacional comentan: cada nueva colocación de deuda, se hace con dos cláusulas leoninas: la primera, que Argentina resigna su derecho a entrar en moratoria. La deuda será reclamada en el plazo acordado y será ejecutada por los acreedores.
La segunda cláusula: puso como respaldo de los pagos de servicios e intereses, el conjunto de los recursos y riquezas naturales de nuestro país.
A la pérdida de soberanía económica y jurídica, Mauricio Macri le sumó la pérdida de soberanía sobre los recursos naturales, es decir, está rematando la riqueza de nuestra nación.
Minerales estratégicos para el desarrollo de la tecnología aeroespacial; hidrocarburos; litio; agua; oro; plata ; tierras y piedras preciosas entre otros bienes, han sido empeñados para tomar una cuantiosa deuda .
De cada 5 dólares que ingresan al país 4 vuelven a salir, con maniobras de importaciones. Es evidente que el dinero no está siendo usado para el desarrollo económico.
La Provincia de Buenos Aires, la de mayor actividad económica, acaba de lanzar un programa de créditos muy blandos, para aquellos importadores que deseen traer mercadería de Taiwán, al mismo tiempo que los industriales cierran sus fábricas por no poder pagar las tarifas de los servicios de luz y gas.
Esto que se conoce hoy, acaba de correr el telón de fondo y permite ver la estrategia política y económica del gobierno. La fuga de capitales y la destrucción de la industria generada por las políticas económicas de Mauricio Macri tienen como finalidad la destrucción del sistema productivo del país para quebrar la balanza de pagos a fin de entregar nuestras riquezas a las corporaciones extranjeras.
Y como si tuvieran la necesidad de humillar aún más al pueblo argentino, el presidente Mauricio Macri, la canciller Susana Malcorra y el Ministro de la Producción Francisco Cabrera, concurrirán a la inauguración de la planta industrial que el Grupo Techint, construyó en Houston, Estados Unidos y que dará trabajo a 1250 ciudadanos de ese país y que fabricará tubos de acero sin costura.
Desde que asumió Mauricio Macri, el Grupo Techint en Argentina despidió a 1200 trabajadores y cerró la planta de producción de tubos de acero sin costura. La empresa además, recibió subsidios para las tarifas de luz y gas; y como si todo esto fuera poco, el intendente de la ciudad de Campana en la provincia de Buenos Aires donde estaba instalada la fábrica de Techint, le condonó la deuda de impuestos municipales.
Ahora los trabajadores despedidos por el multimillonario Paolo Rocca deben pagar el aumento en los impuestos municipales para cubrir el déficit provocado por la empresa que se fue a montar una fábrica en otro país de miles de millones de dólares de inversión.
Los buitres financieros disfrutan el festín de deuda esperando el momento oportuno para atacar. Huelen la sangre.
Y nosotros también, porque es la nuestra.
