Lunes 8 de agosto de 2011
LONDRES (Resumo de Agências) – La violencia se extendió el lunes a nuevas áreas de Londres y estallaron saqueos en la ciudad de Birmingham, en la tercera noche de los peores disturbios que ha visto la capital británica en décadas.
El primer ministro, David Cameron, interrumpió sus vacaciones y regresó a Londres para tratar de gestionar la crisis.
En Hackney, una zona de diversidad racial en el este de Londres, cerca de la sede de los Juegos Olímpicos de 2012, jóvenes encapuchados incendiaron cubos de basura y los empujaron calle abajo hacia la policía, mientras lanzaban botellas y ladrillos.
Muchos reían al escapar de la policía, que arremetió contra ellos. Otros gritaban en sus teléfonos móviles a sus amigos para que se unieran a los disturbios.
La violencia comenzó el sábado por la noche en el norteño distrito de Tottenham, cuando una protesta pacífica por la muerte de un sospechoso a manos de la policía se tornó violenta.
El lunes, la violencia se había extendido al sur de la ciudad, incluidas las áreas de Peckham, Croydon y Lewisham.
Los atacantes también rompieron vidrieras y saquearon propiedades en Birmingham, en el centro de Inglaterra, dijo la policía, en la primera señal de que la violencia se estaba extendiendo más allá de la capital.
En Peckham, las llamas se alzaban desde un edificio incendiado, y había escombros en la calle. La gente entraba y salía de las tiendas saqueando.
La Policía ha detenido a 215 personas, según la secretaria de Interior, Theresa May, que regresó de sus vacaciones debido a los disturbios.
“La violencia que hemos visto, los saqueos que hemos visto, el matonismo que hemos visto, esto es delincuencia clara (…) esta gente será llevada ante la justicia, tendrán que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones”, afirmó. Con la “sensibilidad social” característica de los conservadores británicos –los laboristas no son mejores- criminalizan la protesta ignorando que se trata de una explosión de descontento juvenil ante un gobierno que ha reducido los derechos sociales de la población para salvar la debacle financiera de los bancos.
Pero pese a la fuerte presencia policial, los agentes parecían incapaces de contener la violencia mientras los saqueadores se coordinaban por teléfono móvil y Twitter para intentar mantenerse un paso por delante.
En Hackney, jóvenes con capuchas marrones posaban para hacerse fotos frente a un coche incendiado en una esquina. Otros se reunían en torno a un contenedor lleno de ladrillos para defenderse.