El decreto vil y artero contra la República Bolivariana de Venezuela hecho por el presidente de los Estados Unidos Barack Obama, al declararla una amenaza para ese país, indica la intencionalidad de la potencia mundial yanqui, de intervenir en nuestra nación y derrocar el actual gobierno presidido por Nicolás Maduro.
Las declaraciones de UNASUR, con un apoyo de la totalidad de los miembros de ese organismo internacional, establecen la nueva situación mundial en el aspecto geopolítico en el que Venezuela se encuentra apoyada por una importante cantidad de jefes de Estado que superan los noventa países. Las naciones del ALBA Y la CELAC, elaboran un documento en solidaridad con nuestro territorio, que hoy es objeto de los más duros ataques desde el exterior y principalmente de los Estados aliados al gobierno norteamericano.
Debe entenderse que no es nueva la posición de este Presidente gringo, ni de los que le antecedieron, Clinton, Bush, y ahora Obama. Ellos continúan una línea política de carácter imperialista, como la que han hecho invadiendo 72 repúblicas, buscando expansión y control de recursos energéticos, para mantener su sistema social caracterizado por el gran consumo de energía en el planeta que supera a la de toda la población del mundo entero. Pero no sólo tratan de retomar el control de nuestras riquezas naturales, la amenaza de intervención militar hacia Venezuela, tiene mucho que ver con la influencia que tiene nuestro país en el mundo y los cambios suscitados en las relaciones internacionales, que debilitaron el poder de la potencia gringa.
El planteamiento de la soberanía nacional como una acción antiimperial. Todo lo que signifique la liberación de nuestros pueblos, su desarrollo independiente y la construcción de sociedades más justas dirigidas hacia la búsqueda de un nuevo sistema económico y social que rompa los esquemas del gran capital, son objeto de acusaciones y conspiraciones para detener el avance de este nuevo proceso, naciente, transformador, encaminado hacia la ruptura neocolonial. Se trata en la actualidad de un advenimiento civilizatorio, un cambio de época, enmarcado dentro de las luchas contra la cultura del dominio y por el surgimiento del mundo multipolar, el acercamiento de modos de producción de carácter social, debilitando la lógica del gran capital, que produce cada vez más mayor desigualdad y a las grandes mayorías sin derechos elementales para la vida.
El movimiento por la soberanía y la independencia en los albores del siglo XXI, iniciado por el Comandante Chávez desde la Presidencia de la República, tuvo eco en el ámbito latinoamericano. Retar al gigante del mundo fue una osadía que logró prender la idea de la libertad en el ámbito global y hoy es punto referencial a nivel planetario. En los diferentes continentes, se suscitan hechos considerados novedosos en los movimientos sociales, pues se exige mayor justicia y democracia en cualquier país, bajo las ideas libertarias de Chávez. Al Presidente Obama le quedan dos opciones: o continuar con su plan de invasión a Venezuela, poniendo en peligro la paz mundial o rectificar y derogar el decreto donde consideran que nuestro país es una amenaza para los Estados Unidos.