Por Beatriz Valle.
A Agenda de Lobo
A raíz de la ruptura constitucional del 28 de junio 2009, y la acertada percepción de la comunidad internacional de que el gobierno de Porfirio Lobo es una continuidad del golpe militar, Honduras se encuentra fuera de la Organización de Estados Americanos, del Sistema Interamericano, lo que le impide tener legitimidad y acceder a recursos indispensables para el adecuado funcionamiento del aparato estatal.
El 30 de julio de este año, la Comisión de Alto Nivel de la OEA hizo unas recomendaciones precisas al gobierno de Lobo, para facilitar su reinserción al Sistema Interamericano de países. El Sr. Lobo, ante la desbandada de los golpistas que continúan gobernando de facto y como contestando las preguntas de un cuestionario, desesperadamente dice que va ir a traer al Presidente Zelaya a Dominicana, como que si el problema es de transporte, asegurando que no irá a la cárcel, que su gobierno está comprometido con la defensa de los Derechos Humanos, mientras sus ministros inmediatamente declaran que tienen órdenes de captura que deben cumplir y la Secretaría de Seguridad reprime las movilizaciones pacíficas y se incrementa el número de crímenes contra periodistas y otras violaciones a los DDHH.
Solicita Comisiones contra la Impunidad, que ni los miembros de su gobierno apoyan, mientras los miembros de la Corte Suprema de Justicia, Ministerio Público, Comisionado de los DDHH y los voceros de la oligarquía le hacen la guerra y se “ofenden” por miedo a ser encausados y porque los expondrá como “inútiles”. Y diputados de su propio partido, que ahora ostentan la mayoría absoluta en el Congreso Nacional, de igual manera, protestan y refutan todas las propuestas de Lobo, aludiendo que responde a presiones internacionales. Cabe señalar además, que varios actores del régimen del dictador Micheletti fueron premiados con importantes cargos en el gobierno de Lobo, quienes con doble agenda, desde adentro le producen ruido y conspiraciones permanentes.
Cuando el Sr. Lobo, rendido se presenta en los foros internacionales y dice “sí, fue un golpe”, cuando solicita comisiones de esto y de aquello, jueces “especiales” para dirimir los falsos cargos políticos que pretenden imputarle al ex Presidente José Manuel Zelaya Rosales; ayuda externa en materia de derechos humanos porque “puede ser” que existan organizaciones “fuera de la ley” que los estén violentando, él hace un reconocimiento “explícito” de la incapacidad de los organismos operadores de justicia de Honduras y del estado de indefensión e impunidad en el que vivimos. Reconoce que vivimos en un estado fallido.
Entonces, D. Porfirio, sin reconocimiento, sin poder, sin dinero, propone como salida la creación de instituciones paralelas (unas que le presten atención al “Presidente”) como el Ministerio de Derechos Humanos frente al Comisionado de DDHH y una Comisión contra la Impunidad frente a la Corte Suprema de Justicia y al Ministerio Público.
¿Es la creación de instituciones paralelas lo que procede ante la constante violación a los derechos humanos y la impunidad? Nosotros creemos que la solución es otra: es terminar con los escuadrones de la muerte, destituir a los personajes siniestros que los dirigen y a los encubridores de los crímenes y cómplices del golpe de estado; y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente ORIGINARIA, inclusiva, participativa de verdad, que permita reestructurar y establecer las bases para la creación de un nuevo Estado. Un Estado que responda a las exigencias de un pueblo que reclama sus derechos en las calles y que quiere avanzar por el camino del desarrollo y la civilización; un nuevo contrato social progresista, en el que se asiente un verdadero estado de derecho que garantice la participación y los derechos de cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas.
¡Los hechos hablan por sí mismos, que el lector decida!