Montevideo, 13 abr (PL) Los obispos de la Conferencia Episcopal de Uruguay pidieron hoy perdón a las personas que sufrieron abusos sexuales por parte de algunos clérigos y religiosos en el país, y reiteraron la disposición de continuar recibiendo denuncias.
“Sentimos dolor y vergüenza” dijeron los prelados en comunicado divulgado en su sitio web, y calificaron esos actos de aberrantes.
Frente a las denuncias de personas dañadas, los obispos reiteraron la firme disposición a recibirlas, escucharlas y acompañarlas, así como investigar y proceder con rigor, a la par de mostrar “total disponibilidad para colaborar con la justicia”.
En tal sentido, entrará en funcionamiento a partir del venidero lunes un número telefónico para recibir denuncias.
Los clérigos uruguayos expresaron que desde hace cuatro años prestan especial atención a ese tema, para lo cual elaboraron, con ayuda de expertos, un protocolo de acción frente a denuncias de abuso sexual a menores por parte de clérigos.
Anunciaron, asimismo, que están abocados a la creación de una comisión para la prevención de abusos en la Iglesia.
En el comunicado, los obispos reconocieron la generosidad de la gran mayoría de sacerdotes y consagrados que a diario entregan su vida al servicio del prójimo, pero a su vez dijeron estar conscientes de “las miserias propias y ajenas”.
De igual manera, se comprometieron a seguir examinando con cuidado las motivaciones y aptitudes de los futuros sacerdotes, y la adecuada formación para la prevención de quienes colaboran en las comunidades, instituciones u obras sociales eclesiales.
La alta jerarquía de la Iglesia Católica uruguaya manifestó que desgraciadamente hechos como esos se denuncian en los últimos años en varios países, y en todos los estratos de la sociedad, pero de ningún modo “se puede justificar que ocurran en la Iglesia.
Al respecto, citaron las palabras de Benedicto XVI cuando dijo que los autores de estos actos deben “responder de ello ante Dios todopoderoso” y los tribunales debidamente constituidos.
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Fonte: Prensa Latina.