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Por João Gabriel Almeida, para Desacato.info
Muchos amigos no brasileros están confundidos con lo que pasa en Brasil. Bueno, nosotros también. Pero voy a intentar hacer un resumen:
- El papel de PT en la crisis económica
PT tiene su papel en la crisis. Es difícil para los que cultuan a Lula entender, pero él firmó un documento llamado “Carta a los brasileros”. En resumen, fue un pedido de las élites económicas a los candidatos de mantener el sistema económico. Basado en eso, la apuesta del gobierno fue promover los grandes “players” nacionales. Sectores de las élites de Brasil que tenían condiciones de volverse multinacionales. Con eso, el gobierno invirtió, a través del Banco de Desarrollo, en las Constructoras y en las Empresas Extractivas, principalmente la soya. Eso fue posible con el crecimiento de China, que garantizó cliente. Brasil también se aprovechó del sentimiento anti EUA del continente y de África para poner sus empresas en lugar de las gringas. Con eso hubo una desindustrialización de Brasil, y la consecuente agravación de la dependencia a las economías de otros países. Cuando China disminuyó su crecimiento se percibió la crisis.
- PT y la gobernabilidad
Agregado a eso, PT hizo una apuesta de coligación con partidos tradicionales de la derecha, pues nunca logró mayoría en el Congreso. El principal partido de esos fue PMDB, un partido que por razones históricas que no entraré a describir, siempre tuvo, después de la dictadura, gran parte de las alcadías y gobernaciones de Departamentos. Vale decir que Brasil es una federación, entonces las gobernaciones son puestos centrales en la política del país. A los pocos, fue centralizando cada vez más su interés en tener la presidencia, aceptando que los partidos “aliados” tuvieran los demás cargos, con apoyo expreso del Ejecutivo. Eso llevó a una situación en que gran parte de los parlamentarios, ministros, gobernadores y alcaldes fueran de otros partidos y no del PT. Efectivamente, dentro del propio gobierno, PT tiene la presidencia, pero otros cargos centrales como la vicepresidencia y ministerios estratégicos como Hacienda no son de ellos.
- PT y la corrupción
Como dice un político brasilero, PT no inventó la corrupción, pero tampoco la dejó de ejercer. Una cosa es verdad, él fue el responsable por garantizar condiciones de investigaciones más efectivas contra ella. Pero cuanto más avanzan procesos, más se comprueba la vinculación de la cúpula del PT con articulaciones criminosas. Pero, y eso es central, también con los avances de los procesos todos los casos van más allá de los gobiernos petistas, lo que empieza a asustar a la oposición.
- El impeachment y las “pedaladas fiscales”
En ese contexto, sectores de las élites políticas que, al mismo tiempo tienen miedo de la continuación de los procesos judiciales y tienen un resentimiento por haber perdido cuatro veces elecciones contra el PT, se ven confiados por grandes movilizaciones populares que ganan un contorno reaccionario por una ligación directa de la crisis a la “izquierda” y empiezan un intento de deposición de la presidente. A ellos se suman los sectores conservadores religiosos que crecieron mucho en los gobiernos PT, ocupando con sus iglesias el vacío que dejó PT al ingresar en la burocracia y no hacer más trabajo de base en las favelas y zonas rurales. La iglesia empezó a organizar los sectores populares y una gran parte de ellos se sintieron afectados por las conquistas de los homosexuales y de los movimientos feministas durante los gobiernos PT. Esos sectores, con la fuerza de la calles convencieron las parcelas de la élite que estaban junto a PT, ofreciéndoles el gobierno de transición (acuérdense que la vicepresidencia es de PMDB). Con eso sacaran una excusa para la deposición que son las pedaladas fiscales. En síntesis, hay una ley en Brasil de responsabilidad fiscal que obliga el gobierno presentar cuanto va a destinar para cada sector al principio del año y el congreso tiene que aprobar. Lo que pasa es que es una práctica común manejar esos recursos, alterando los destinos sin alterar la cuantía, en momentos puntuales. En el caso de Dilma, ella utilizó dinero de los Bancos Públicos para pagar programas sociales e inversiones en sectores de la soya y constructoras. La oposición utilizó eso para promover una deposición que muchos juristas consideran ilegal. Lo que importa es que, como ya presentado anteriormente, PT no tenía mayoría ni en el congreso ni en su propio gobierno. Eso se reflejó en la votación del domingo pasado en el congreso, cuando el gobierno perdió la votación por 367 contra 137, siendo que algunos que votaran contra la deposición son de la oposición de “izquierda”, que interpretan esas acciones como atentados a la democracia.
- ¿Y ahora?
Aún hay más dos pasos para la deposición. El primero es la votación por la admisibilidad del proceso de Impeachment en el Senado. Si fuera aprobado por mayoría simple, la presidente es alejada por 180 días para que haya la averiguación judicial de la acusación. Después hay una sesión de juzgamiento en el Senado que por fin va a votar la deposición, donde hay que tener 2/3 de los votos. Algunos analistas creen que una vez el vicepresidente haya asumido como presidente, no hay como retroceder la deposición, pues el gobierno ya va a estar loteado para garantizar los 2/3. Por eso la dimensión de la derrota en la votación del domingo. Los sectores de los movimientos sociales están divididos. Algunos defienden elecciones generales, otros paro general contra el impeachment, otros un “váyanse todos”. El escenario aún es muy obscuro, pero hay una lección que parece ser clara: la imagen de las élites como vampiro que Marx retrató en el Capital es verdadera. Si le ofrece un poquito de sangre, va a volverse insaciable a punto de llevarte a morir. Es esto que el PT y el pueblo brasilero están experimentando.
Imagem: www.brasil247.com
