Por Celso Brizuela.
Derrocha optimi$mo: Chester Swann
No fueron pocas las veces que me pregunté para quiénes trabajan (o fingen trabajar) nuestros ¿legisladores? Que dicen o creen representar al pueblo, aunque en realidad son operadores de exóticos intere$es, como Cargill, Mon$anto y otras multinacionales que rapiñan nuestra biodiversidad alegremente y por los treinta denarios de Judas Iscariote que abonan puntualmente a cambio de votos.
Ahora tienen planeada una pantagruélica tragada con el pretexto de los ¿festejos? de un dudoso bicentenario que nos sacó de la sarté ibérica para arrojarnos al fuego del neoliberalismo globalista del FMI, el BID, el BM y otros tiburones de la gran finanza.
Hace años que dejamos de ser colonia… para convertirnos ¿voluntariamente? En patio trasero de ésos que sabemos, para vender o trocar nuestros recursos ?tierras incluidas? por espejitos, cuentas de vidrio y chatarra de lujo. Seguramente para vendernos la ilusión de pertenecer al “primer mundo”, mientras nuestra educación y nivel cultural siguen en el paleolítico de monos sapiens con limusinas de 4×4.
Ahora en un alarde de desfachatez que ya no nos sorprende, pretenden tener una suculenta jubilación por esos espurios servicios de ¿legislar? uno o dos períodos y despilfarrar nuestro magro presupuesto general de gastos en bocaditos ?remember las “croquetas de oro” de Itaipú? finos y banquetes ofrecidos a los posibles visitantes extranjeros que nos ¿honrarán? En esos días de jolgorio patrio.
Trece mil millones se arrojarán alegremente por las ventanas del congreso nacional! Sólo para satisfacer la vanidad de esos que dicen que nos gobiernan con delicadeza de vampiros.
Las proclamas patrioteras y las futuras tragadas están al orden del día. Lo malo es que mientras crece el circo se acaba el pan. ¿Vamos a celebrar haber roto el cetro español para encadenarnos a los bío-piratas internacionales que arrasan nuestros bosques, envenenan al país y encima nos sujetan con deudas externas?
¡Vamos! Si ahora no nos manifestamos contra los nuevos señores feudales y no nos los sacamos de encima ¿de qué bicentenario nos están hablando?
El primer propósito de estos succionadores del presupuesto nacional, es “la patria contratista” y las comi$iones adjuntas por ello.
En 1911 no pudo conmemorarse el centenario a causa de la inestabilidad política y los golpes de Albino Jara, pero los preparativos truncos fueron bien austros y la poca plata a quemar, eran los petardos encargados a los pirotécnicos de Luque y los tedeums con que recibirían el Centenario.
¿Es ético tirar la casa por la ventana ¿para celebrar qué? Saque Ud. Sus conclusiones.