COMUNICADO
El Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano de las FARC-EP informa a la opinión nacional e internacional:
PRIMERO: Que el día 3 de mayo, realizamos la entrega al Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, de tres menores de 15 y 16 años (omitimos sus nombres para proteger su identidad), quienes hallaron el modo de ser ingresadas a las filas de distintas unidades de las FARC-EP, ocultando su verdadera edad, antes de haber cumplido los 15 años, en clara violación de las normas de reclutamiento de nuestra organización, que prohíben incorporar a menores de quince años, en concordancia con lo establecido en el artículo 38 de la Convención de los Derechos del Niño.
SEGUNDO: Indagando acerca de la situación irregular de su ingreso y su particular forma de comportarse en filas, se determinó, mediante procedimientos de contrainteligencia y por versión libre de las tres jóvenes, que antes de cumplir los 15 años y previamente a su ingreso a las FARC-EP, ellas ya habían sido reclutadas junto a otros 7 menores para cumplir esa misión específica, por unidades de la Policía Nacional, a escondidas de sus familias, y preparadas en elementos básicos de milicia e inteligencia de combate, bajo el estímulo de recibir una paga mensual y otra suma mayor como recompensa cuando cumplieran la misión.
Su permanencia en la guerrilla debía ser por un tiempo preciso, con el objeto de conseguir información para dar de baja o ayudar en la captura de mandos guerrilleros, realizar acciones de sabotaje y contribuir a la localización del grupo, para proceder a bombardearlo.
Este hecho constituye un reclutamiento de menores de 15 años efectuado por las fuerzas armadas colombianas que, incluso aunque no hubiera sido efectuado para realizar tareas de infiltración y espionaje a las FARC-EP, constituye un crimen de guerra.
TERCERO: Las menores, procedentes del área rural de Magüí Payán, en Nariño, y El Bordo, en el Cauca, cumplida la misión, debían desertar convidando a otros guerrilleros activos y presentarse con el armamento en la Policía de esas localidades.
Las labores de sabotaje y espionaje al servicio del enemigo están penadas gravemente en nuestro reglamento de régimen disciplinario, como en el de cualquier ejército en guerra. Al margen de que durante su tiempo de permanencia en la organización no alcanzaron a cumplir ninguna acción de sabotaje o de espionaje que condujera a la muerte o la captura de ningún guerrillero, dada su condición de menores de edad, hemos procedido a aplicar lo establecido en el artículo 4.3 c) y d) del Protocolo II adicional a las Convenciones de Ginebra, y conforme a lo establecido en el apartado e) de la citada norma, también hemos procedido a poner el caso en conocimiento de sus familiares y a entregarlos al Comité Internacional de la Cruz Roja -CICR- para que pueda ayudárseles a rehacer de algún modo sus vidas.
CUARTO: Denunciamos ante la opinión nacional y la comunidad internacional esta práctica criminal, sistemática y perversa por parte del Estado colombiano que, en violación a todos los códigos que rigen las leyes de la guerra y el DIH, practica el reclutamiento de niños para Infiltrarlos en nuestra organización y enviarlos como carne de cañón y sin mayor preparación a cumplir tareas tan riesgosas como son las actividades de espionaje.
QUINTO: En cumplimiento de las normas del derecho internacional humanitario que inspiran nuestro reglamento y normas disciplinarias, -fundamentos imperativos de la juridicidad guerrillera-, se aplicarán acciones disciplinarias a los mandos que omitiendo el obligado deber de verificación exhaustiva permitieron el ingreso a las tres menores a nuestra organización en calidad de combatientes, contraviniendo las anteriores normas que rigen los procedimientos de reclutamiento de las FARC-EP en forma acorde con las Convenciones de Ginebra y los tratados internacionales que establecen la edad mínima de 15 años para incorporación a filas.
SEXTO: Hacemos un llamado para que en momentos en los que la paz con justicia social es objeto de diálogos en La Habana y de un amplio debate nacional, el Estado colombiano y sus fuerzas armadas proscriban definitivamente esas ilegales prácticas, deshumanizadas, viejas e inútiles, que tan solo revelan la verdadera catadura criminal del régimen que las usa, a la vez que manifestamos nuestra disposición para, en un proceso de esclarecimiento, explicar con detalle las circunstancias que han llevado a que menores de edad se hayan vinculado a nuestra organización (nunca como combatientes mientras son menores de 15 años, sino en la retaguardia)
Un acuerdo de naturaleza humanitaria resultaría más que oportuno para aliviar la situación de los combatientes y la población no combatiente que el Estado se obstina en involucrar en el conflicto a través de redes de informantes y sucias prácticas como esta que hoy estamos denunciando.
Estado Mayor del Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano, FARC-EP