Las fronteras europeas han resultado totalmente porosas a la doctrina de la austeridad, al dogma que impone salvar a la banca mientras se mutilan los derechos de los trabajadores. No ha habido Pirineos, Alpes, ni cadena del Olimpo que hayan frenado el avance del neoliberalismo imperante. Todo es unificar sin que se huela una urna: la política fiscal, las constituciones, alejando cada vez más de los Parlamentos y Gobiernos que eligen los ciudadanos, decisiones cruciales para la vida de estos. Los trabajadores, especialmente los del castigado sur de Europa, no han traspasado al mismo nivel las fronteras para unirse en una gran acción conjunta que mantenga un pulso cara a cara al verdadero poder, que no está en la Moncloa ni en el Palazzo Chigi. Eso es lo que los sindicatos, con los españoles CCOO y UGT en el grupo de cabeza, se han propuesto cambiar. Rápidos, desde luego, no han sido. Pero quizás por eso saben que ha llegado el momento de intentar algo de mucha mayor repercusión que una manifestación conjunta. Es el momento de una huelga general común y ya están trabajando en ella.
Así se lo ha confirmado a cuartopoder.es Javier Doz, secretario confederal de Internacional de CCOO. “Creemos que es necesario. No es fácil de conseguir, somos realistas”, añade reconociendo que mantienen también la hipótesis de dejar la acción conjunta en manifestaciones al unísono, “pero este es un momento clave. A Grecia la están empujando fuera del euro y quieren imponer el rescate a España. Esto puede llevar a situaciones de extrema gravedad en las próximas semanas. A mi juicio, eso precisa de una gran movilización”, explica Doz. El líder sindical asume que hace tiempo que debería haberse hecho realidad una acción similar a la que ahora plantean.
“Lo que ha sucedido en Europa es para que hubiera habido mucho antes una huelga general simultánea en 12 o 14 países con acciones de apoyo en el resto”, comenta. “Han sido dos años y medio viviendo una política injusta, la de la austeridad, que además se ha mostrado absolutamente ineficaz”. Ahora, más que nunca, el tiempo apremia. “En el pasado ya hubo una decena de países cuyos sindicatos se mostraron de acuerdo”, pero finalmente no salió adelante. “Ahora hay que volver a ver cuál es la situación en cada país. En Francia, por ejemplo, ha habido un cambio de Gobierno (con la llegada al poder del socialista François Hollande en sustitución de Nicolás Sarkozy) y la relación con los sindicatos ha cambiado”.
Los motivos están claros, con Europa tan lejos como siempre de emprender políticas que fomenten el crecimiento de la economía con ello el empleo. Incluso a Hollande “ya le han colado el Pacto por el Crecimiento y el Empleo”, comenta Doz. Dicho pacto, de mediados de junio del presente ejercicio, se vendió como una gran victoria de Italia, Francia y España frente a Alemania, escenificada en el gesto de disgusto de Angela Merkel tras la reunión que mantuvo con sus homólogos Mario Monti, Hollande y Mariano Rajoy. Pero, si bastó una semana entre aquel encuentro a cuatro bandas y el de todos los Jefes de Estado de la UE para reducir la cantidad de capital previsto de 130.000 millones de euros a 120.000 millones, el acuerdo final convirtió en “contabilidad creativa la cifra” destinada al mismo, comenta el responsable de Internacional de CCOO. “Solo se prevé aportar 10.000 millones nuevos del Banco Europeo de Inversiones, el resto (60.000 millones) es endeudamiento. En cuanto a los 55.000 millones procedentes de fondos estructurales no utilizados, al no haberse modificado las condiciones para su uso (que exigen que el país beneficiario aporte al proyecto de destino una cantidad igual que la de los fondos comunitarios) hacen que los más necesitados, como Grecia, no puedan utilizarlos, porque no pueden cofinanciar nada”. Por eso sostiene Doz que lo de junio “no fue un plan, fue un engaño”.
Como ya informó cuartopoder.es, a los poderes europeos no les puede pillar de sorpresa la movilización. Los sindicatos europeos han mandado una carta a la troika para avisar de la inminente toma de “medidas drásticas”, según explicó el director general del sindicato griego de empleados públicos (Adedy), Elías Eliopoulos.
Una historia de intentos
La crisis ha traído consigo “el periodo de mayor número de movilizaciones desde la Segunda Guerra Mundial”, comenta Doz. Realizar acciones conjuntas no ha sido fácil. En los últimos cuatro años, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha promovido diversas fórmulas de acción conjunta en diferentes países. Así fue en mayo de 2009, cuando tuvieron lugar manifestaciones en varias ciudades europeas, entre las que estaba Madrid. La capital española celebró el 14 de mayo de aquel año la llamada Euromanifestación, con el lema “Combatir la crisis. Lo primero el empleo”. La tasa de desempleo era entonces del 7,7% en Grecia. En España, del 18%. Lejos de atender a aquella petición de los sindicatos, lo que vino fue la conocida política de austeridad que ha hecho que la tasa de desempleo sea ya del 22,5% y el 24,8% en Grecia y España respectivamente, según los últimos datos de Eurostat.
La destrucción de empleo sigue imparable debido a que, junto a la austeridad, se han sucedido toda una serie de reformas laborales destinadas a lo que llaman flexibilizar el mercado laboral, que es la forma eufemística para hablar del abaratamiento del despido, la reducción de salarios y el ataque a la negociación colectiva. Si en Grecia las huelgas generales se han sucedido a golpe de recorte de la troika (en 2011 se celebraron ocho, algunas de ellas de 48 horas), en España ha sido ese proceso el que ha hecho que se hayan convocado dos huelgas generales durante la crisis, en concreto, como consecuencia de sendas reformas laborales, una del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y la última la “tremendamente agresiva”, en palabras del ministro Luis de Guindos, reforma del Partido Popular.
La primera de esas dos huelgas generales, celebrada el 29 de septiembre de 2010, a pesar de los diferentes tempos entre ambos países, se convocó en una jornada de acción conjunta acordada por los sindicatos españoles con los dos grandes sindicatos griegos: el de los trabajadores públicos, Adedy, y el del sector privado, GSEE. Incluso entonces, comenta Doz, “no era fácil hacer coincidir las acciones”.
Coincidir con Francia, por ejemplo, “ha sido complicado porque, aunque se convocaron hasta nueve huelgas contra el Gobierno de Sarkozy por la reforma de las pensiones, nunca fueron generales”.
Las cifras ya no permiten esperar. En el primer trimestre de 2008, con la crisis aún despertándose, en la Europa de los 27 había 16 millones de personas desempleadas. En abril de 2012, esa cifra era ya de 25,1 millones, 17,8 millones en la zona del euro.
Calendario
La fecha que se baraja como posible para realizar la movilización conjunta, ya sea esta finalmente una huelga general o manifestaciones simultáneas, es la primera semana de octubre, en el entorno del día 7 (que este año cae en domingo) que es cuando cada año la Confederación Sindical Internacional celebra la jornada mundial por el trabajo digno.
El próximo 10 de septiembre, avanza Doz, se definirá mucho mejor la posible acción a realizar. Ese día se reúne el Comité de la Confederación Europea de Sindicatos. Lo que se decida podrá perfilarse en el seminario del 25 de septiembre.
Entre los países que es probable que se sumasen a una huelga general común, Doz incluye a “España, Grecia, Portugal e Italia, así como a Rumanía, Bulgaria y Hungría. Los alemanes podrían incorporarse pero no mediante una huelga general por que su Constitución prohíbe las huelgas solidarias”, sin embargo, según Doz, los sindicatos alemanes están demostrando cada vez más que se sienten más cerca de las tesis de los sindicatos del sur de Europa. “La Confederación Alemana de Sindicatos”, explica, “está respaldando acciones de países del sur. Hay proximidad con ellos. De hecho, fueron los que propiciaron la reunión de los líderes de los dos grandes sindicatos españoles con la canciller Merkel, reunión que sirvió de aldabonazo al Gobierno español y desembocó en una reunión del presidente, Mariano Rajoy, con los líderes sindicales, que había sido negada a estos últimos hasta ese momento.
“En caso de que se alcance un acuerdo para realizar una huelga general común, los alemanes pueden apoyarla manifestándose”, comenta Doz.
Entre tanto, se celebrarán unas cuantas movilizaciones. El día 8 de septiembre tendrá lugar la primera gran manifestación griega tras el descanso estival. Los sindicatos Adedy y GSEE han convocado a manifestarse en la ciudad de Tesalónica. El día 15 de septiembre, se manifestarán en España los integrantes de la llamada Cumbre Social, en la que se encuentran los dos grandes sindicatos (CCOO y UGT). Según Javier Doz, “se espera que se manifieste en España un millón de personas”.
Fuente: http://www.cuartopoder.es