Está na hora das nações do Sul

declaracao G77

El abrazo de la izquierda latinoamericana y caribeña. Foto: Estudios Revolución

«Ha llegado el tiempo de las naciones del Sur», dijo Evo Morales Ayma ante más de un centenar de países que se reunieron en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, para abogar, entre otros temas, por un Nuevo Orden Económico Internacional, lo cual resulta imprescindible porque de lo contrario, como alertó el propio Presidente boliviano, «no habrá ningún mundo posible».

«Y ese otro mundo de igualdad, de complementariedad, de convivencia orgánica con la Madre Tierra solo puede surgir de los mil idiomas, de los mil colores, de las mil culturas hermanadas de todos los Pueblos del Sur», consideró el actual Presidente del G-77+China.

Bajo esta convicción se celebró el pasado fin de semana la Cumbre Extraordinaria del Grupo de los 77 más China, donde la mayoría de las delegaciones centró sus intervenciones en tres tópicos fundamentales: la cooperación Sur-Sur, la agenda de desarrollo Post 2015 y el cambio climático.

La realización de esta Cumbre demostró la capacidad de convocatoria del Presidente Evo Morales Ayma, quien recibió durante dos intensas jornadas el apoyo y el reconocimiento de la comunidad internacional. Fue una oportunidad para fortalecer aún su liderazgo, ya confirmado en nuestra región.

El «vivir bien» dejó de ser solo un concepto boliviano. En esta Cumbre se convirtió además en un modelo de desarrollo que bus­ca, no solo el equilibrio entre los seres humanos, sino el equilibrio y la armonía con la naturaleza. Tal como lo definió Evo en su discurso inaugural: «significa generar bienestar para todos, sin exclusiones; significa respetar la diversidad de economía de nuestras sociedades; respetar los conocimientos locales, a la Madre Tierra y a su diversidad biológica, que alimentará a las generaciones venideras».

Y es que Bolivia marcó esta cita de su sello particular. Recuperó valores ancestrales como el Ama Sua, Ama Llulla y Ama Quella (No seas ladrón, no seas mentiroso y no seas flojo), que fueron incluidos en la Declaración Final de la Cumbre, quizás como una guía de comportamiento ético de los gobiernos.

Como consenso, prevaleció en Santa Cruz la idea de que el Grupo continúa siendo el más representativo de los intereses del Sur en el ámbito económico, financiero, administrativo, presupuestario y ambiental dentro del sistema de las Naciones Unidas.

A pesar de los numerosos desafíos que ha enfrentado, el bloque constituye aún un asidero importante para obstaculizar el avance de los intereses de los países desarrollados. La fuerza del G-77+China radica en su unidad en medio de la diversidad. Avanzar en las aspiraciones nacionales de desarrollo de cada uno de sus miembros, solo será posible poniendo los objetivos comunes por encima de las diferencias políticas, geográficas, económicas, culturales y religiosas. He ahí uno de sus mayores retos.

Al Grupo de los 77 se debe la aprobación, hace ya 40 años, de algunos de los documentos más avanzados en el desarrollo de las relaciones económicas internacionales: la Declaración y el Programa de Acción para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional y la Carta de Derechos y Deberes Eco­nó­micos de los Estados.

Declaración de Santa Cruz

Varios medios de prensa coincidieron en destacar que la Declaración de Santa Cruz pasará a la historia por cuestionar muchos de los paradigmas existentes en el orden económico internacional imperante.

El documento acordado es, posiblemente, el más progresista aprobado por el Grupo de los 77 en casi tres décadas. No solo retoma las mejores posiciones del pasado, sino que introduce otras nuevas en algunos de los temas más sensibles de la agenda internacional. La crítica a las actividades de las empresas transnacionales y referencias más claras en materia de soberanía sobre los recursos naturales, son solo algunos ejemplos.

Desde el punto de vista político, las posiciones medulares del documento final, procedieron, salvo en algunas excepciones, de los países de nuestra región. De tal forma, bajo la influencia latinoamericana, marcada por los re­sultados de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), efectuada en La Habana en enero de este año, la Declaración Final fue más radical que las anteriores.

Entre los elementos novedosos de esta Declaración se encuentran el reconocimiento a la diversidad de modelos económicos de desarrollo; el rechazo a la negativa de permisos de sobrevuelo para la aeronave del Presidente Evo Morales Ayma, el 2 de julio del 2013; la inclusión de un fuerte párrafo contra el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en violación del Derecho Internacional; así como el rechazo a la inserción de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

En cinco partes quedó estructurado el citado documento de 242 puntos que consideró el contexto global, el desarrollo en el contexto nacional, la cooperación Sur-Sur, los desafíos globales y las necesidades particulares de los países en desarrollo con situaciones especiales.

En él se denuncian las dificultades en materia de empleo, alimentación, agua, salud, educación, vivienda, infraestructura física y energía; los desbalances de la economía mundial y las estructuras inequitativas en materia de comercio, finanzas, el sistema monetario y las tecnologías, temas todos que condujeron a la creación del G-77 en 1964 y que cincuenta años después continúan presentes.

En cuanto a los enfoques para el desarrollo, los países firmantes de la Declaración coincidieron en que son variados, de conformidad con sus circunstancias y prioridades nacionales. Consideraron que la democracia es un valor universal basado en la voluntad de los pueblos para determinar sus propios sistemas políticos, económicos, sociales y culturales. En consecuencia, reafirmaron que no existe un solo modelo de democracia pues este no pertenece a un único país o región.

Un punto determinante en la Declaración fue el referido a la erradicación de la pobreza, reconocida como «una afrenta a la dignidad humana». En tal sentido, concedieron la «máxima prioridad a la erradicación de la pobreza en la agenda de desarrollo de las Naciones Unidas para después del 2015».

En materia de empleo, el documento final de la Cumbre del G-77+China expresa su preocupación por los elevados niveles de desempleo, en particular para la población joven. Al hacer mención a la salud, destaca «que en muchos países en desarrollo no existen los recursos financieros ni humanos, ni la infraestructura necesaria para hacer efectivo el derecho de todas las personas a disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental».

Sobre el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria, las naciones signatarias pidieron «que se anulen de inmediato todas las formas de subvenciones agrícolas y otras medidas adoptadas por los países desarrollados que distorsionan los mercados y que no se ajustan a las normas establecidas por la Orga­ni­zación Mundial del Comercio».

Al texto se incorporaron también varios párrafos acerca de los pueblos indígenas. En ellos se insta «a trabajar en pro de la realización de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras, recursos naturales, identidad y cultura». En ese contexto, los «Jefes de Estado y de Gobierno reconocieron el masticado de la hoja de coca como una manifestación cultural ancestral de los pueblos de la región andina, que debe ser respetada por la comunidad internacional».

Acerca de la cooperación Sur-Sur, se reitera la posición del Grupo de que esta constituye un complemento pero no sustituye a la cooperación Norte-Sur, al tiempo que alienta «a nuestros países a intercambiar experiencias y mejores prácticas en materia de igualdad de acceso a los servicios básicos para todos».

Se subrayó, igualmente, la importancia de las Naciones Unidas en la gobernanza económica mundial y señalaron que «el fortalecimiento del sistema de Naciones Unidas y de su función en la cooperación internacional es fundamental para afrontar los problemas resultantes del proceso de globalización. Reconocemos que es preciso que las Naciones Unidas mejoren sus medios y capacidades para cumplir sus mandatos».

Respecto a la gobernanza de internet, incluido el derecho a la privacidad, rechazaron las actividades de algunos países que tienen un impacto negativo en las relaciones bilaterales. De tal forma, evidenciaron su preocupación por la red «Zunzuneo», que constituye un uso ilícito de la información y las comunicaciones.

El Presidente Pro Témpore del G-77+China, Evo Morales Ayma, dejó claro que cada uno de los puntos de la Declaración de Santa Cruz fue consensuado entre todos los miembros con miras a un nuevo orden mundial para «vivir bien» y restablecer un sistema más justo y democrático que beneficie a todos los pueblos.

Cuba en la Cumbre del G-77+China

Los organizadores de esta Cumbre Extraordinaria escogieron para iniciar la sesión plenaria las palabras pronunciadas por Ernesto Che Guevara durante la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), celebrada en Ginebra el 11 de diciembre de 1964, donde se comenzó a gestar el Grupo de los 77. Entonces Cuba fue excluida.

No sería hasta 1971 cuando nuestro país se incorpora formalmente, durante la II Reunión Ministerial del bloque celebrada en Lima, Perú. Desde ese momento la Isla ha desempeñado un activo papel en los trabajos del G-77.

La celebración en abril del 2000 en La Habana de la I Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Sur, conocida como Cumbre Sur, resultó uno de esos momentos significativos protagonizados por nuestro país para revitalizar la actuación del G-77+China y promover la cooperación Sur-Sur.

Con una destacada trayectoria dentro del Grupo llegó la delegación cubana a esta histórica cita en Bolivia, liderada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros. Sus esclarecedores discursos pusieron sobre la mesa las posiciones de nuestro país ante los retos que tiene por delante el bloque de naciones.

Tanto en el Encuentro Plurinacional y Social de los Pueblos realizado en el estadio Tahuichi Aguilera, como en las jornadas de la Cumbre, se manifestó un profundo agradecimiento a Cuba por su contribución al proceso de integración latinoamericana y caribeña, así como a su quehacer en la cooperación entre los países del Sur.

De nuevo fue cuestionado el bloqueo que mantiene el Gobierno de los Estados Unidos sobre la Isla caribeña. Intervenciones como las de Venezuela, Uruguay, El Salvador, Argentina, Nicaragua y Namibia fueron muestra de ello.

Asimismo, se hicieron públicas las declaraciones de agradecimiento del Presidente y el Canciller boliviano a Cuba por el apoyo brindado en la etapa organizativa, el proceso de negociación de la Declaración, la convocatoria y durante la propia Cumbre.

Especialmente emotivas resultaron las numerosas muestras de cariño y respeto hacia el líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, a quien el Presidente boliviano definió ante el plenario como el «hombre más solidario del mundo».

Cuba le debía esta visita a Bolivia. Así lo afirmó el General de Ejército ante la multitud concentrada en el estadio Tahuichi Aguilera, donde también fue palpable el afecto hacia el pueblo cubano. Esa solidaridad y generosidad de los bolivianos fue agradecida entonces por Raúl, quien se confesó admirado por «la centenaria historia de lucha del pueblo boliviano, por «vivir bien», en armonía con la Madre Tierra».

Fue esta una histórica cita, donde el claro reconocimiento a defender la unidad de nuestras naciones, a pesar de la diversidad que las caracteriza, comienza a desbrozar el camino hacia un nuevo orden mundial, en el que ha llegado, definitivamente, el tiempo de las naciones del Sur..

Grupo de los 77 más China

• Creado el 15 de junio de 1964, en Ginebra, cuando 77 países en desarrollo suscribieron la «Declaración Conjunta de los Setenta y Siete Países».

• Es la agrupación intergubernamental más grande de los países en desarrollo.

• Cuenta en la actualidad con 133 países miembros, pertenecientes a África, Asia y el Pacífico, y América Latina y el Caribe, incluida China incorporada en 1991.

• Un común denominador es la lucha por establecer un Nuevo Orden Económico Internacional y por la justicia en las esferas económica, comercial y medioambiental.

• La Cumbre del Sur es la instancia máxima de toma de decisiones del Grupo.

• La reunión de ministros de Relaciones Exteriores lleva el peso directo del Grupo entre una y otra Cumbre. Se celebra anualmente en Nueva York, a comienzos del periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Tomado de Granma