Por Narciso Isa Conde.
Digo que el “round” del intento de golpe en el Ecuador lo perdió el imperio, porque no tengo la menor duda de que detrás del grumo golpista policial -y por encima de él – estaban y están los EEUU, su Pentágono, su CIA y sus aliados de la oligarquía y de la mafia política ecuatoriana.
La policía nacional, fundamentalmente su parte reclutada por la CIA (1), solo fue la “punta de lanza” para el despliegue de un plan sedicioso mucho más vasto, que perseguía debilitar considerablemente el gobierno presidido por Rafael Correa hasta derrocarlo; o, en su defecto, alcanzar solo el primero de esos dos propósitos: erosionarlo, debilitarlo, avanzando hacia su reemplazo por un régimen de extrema derecha “Made in USA”, al estilo Honduras
Es impensable que por “cuenta propia”, una de las policías mejor pagadas del continente, se decidiera a reclamar reivindicaciones económicas frente a un gobierno constitucional realmente democrático (impregnado de un fuerte sentido reformador y de una elevada sensibilidad social), recurriendo en primera instancia a la insubordinación.
Es impensable que por “cuenta propia” ese contingente policial llevara esa decisión al extremo de secuestrar al Presidente Correa cuando éste valiente y audazmente decidió presentarse en el terreno de los hechos.
En esa conducta policial tuvo mucho que ver el trabajo previo de la CIA, empleando el soborno como arma y usando la propia Embajada de EEUU en Quito, tal como lo relató oportunamente Phillips Agee, un ex-agente de esa agencia estadounidense que estuvo de puesto en esa sede diplomática y como lo denunció en el 2008 el ministro de defensa de ese país, Javier Ponce.
Los de arriba, los padrinos de ese levantamiento sedicioso, actuaron soterradamente, salvo el caso de Lucio Gutiérrez, que en buena medida lo justificó. Pero precisamente de ese señor se sabe que traicionó anticipadamente al movimiento democrático ecuatoriano y que su pusilánime gestión de gobierno, se debió a sus previos compromisos con la CIA.
Como se ve, en lo acontecido en Ecuador, hay CIA por donde quiera y si hay CIA hay gobierno de EEUU, ni hablar del Pentágono; aunque Obama e Hillary Clinton de manera astuta se distancien públicamente de lo que han calificado, no de intento de golpe de Estado, sino de “sublevación policial”. Recordemos Honduras.
- La audacia de presidente Correa y la movilización pueblo ecuatoriano desestabilizaron a los desestabilizadores
En verdad intentaron el derrocamiento del gobierno constitucional, pero el plan se fue a pique: la intrépida y aguerrida reacción del presidente Correa, incluso arriesgando su vida a la entrada y la salida del escenario de los hechos, desestabilizó a los desestabilizadores. ¡Cuanta razón contiene la afirmación de que “la mejor defensa es el ataque”!
El presidente del Ecuador y líder del proceso transformador que tiene lugar en ese hermano país atacó con firmeza esa expresión del contra-ataque imperialista y lo hizo a puro pecho y aspirando las insolentes bombas lacrimógenas, decidido a seguir siendo presidente o a morir en el intento de salvar el nuevo orden constitucional y la difícil transición democrática emprendida.
Atacó la reacción derechista desatando lealtades militares y movilización popular, factores imprescindibles para atajar y derrotar la intención de golpe derechista.
Atacó y ganó un nuevo y peligroso “round”, todavía no la batalla estratégica. Salió fortalecido de esa difícil situación y anunció que no habrá ni olvido ni perdón.
La oportunidad es formidable para enfrentar la contrarrevolución más allá del castigo a la punta del ¨icebert¨ policial.
Esta es una ocasión propicia para limpiar, depurar, desmantelar áreas podridas del aparato militar-policial y entrarle a fondo a la conspiración oligárquica-imperialista, profundizando los cambios estructurales, modificando las relaciones de propiedad a favor de la propiedad social, restándole base económica a la gran burguesía criolla y transnacional.
Una magnífica coyuntura para darle nuevos aires a la revolución ciudadana, democratizando el sistema de medios de comunicación y ampliando las conquistas sociales del sujeto popular mestizo y de los pueblos originarios, rectificado errores en el tratamiento de la cuestión indígena y de la explotación minera, propiciando el reencuentro con las movimientos sociales mas contestatarios… a plena conciencia de que el contra-ataque oligárquico-imperialista seguirá intensificándose contra todos los componentes de la oleada transformadora que ha tenido lugar en lo que va del siglo XXI y habrá de de hacer nuevas diabluras contra el proceso ecuatoriano si no se le da una lección contundente.
Ese contraataque comenzó un golpe de Estado a Zelaya en Honduras (cuya continuidad es el gobierno de Lobo), cuenta con una plataforma de bases militares en Colombia y con la vocación expansionista del régimen narco-paramilitar terrorista de ese país y tiene como blancos de ataque fundamentales a la Venezuela bolivariana, al Ecuador de la revolución ciudadana y a la Bolivia del proyecto de socialismo comunitario; sin obviar su odio visceral contra la Cuba de Martí y de Fidel y la intensificación del respaldo a todas las opciones políticas, electorales o no, de las derechas latino-caribeñas
Y, sobre todo, es motorizada por la ambición imperial sobre las riquezas amazónicas, que seguirá inspirando sus pérfidos designios.
¡Por eso no se debe bajar la guardia!
(1) JEAN-GUY ALLARD.- Informe confirmado: inteligencia USA penetró a fondo la policía ecuatoriana
2 de octubre, Santo Domingo-RD
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