Informe especial para Desacato, por Martha Gilardoni.
La espera fue larga y tediosa: recién después de las dos de la madrugada del lunes 27 de septiembre, la presidenta del Consejo Nacional Electoral apareció en la pantalla para dar los resultados parciales de las elecciones de diputados/as para integrar la Asamblea Nacional y el Parlatino.
A primera vista el resultado no fue diferente al esperado (desde mi punto de vista personal) , a pesar que el oficialismo pensaba tener dos tercios de la representación, no habiendo llegado a tal suma.
La realidad es que la opinión está dividida en tres grupos de poco más de 5 millones de personas autorizadas, siendo la de aquellos que no concurrieron a votar la más numerosa. O sea: el partido de gobierno tuvo mayoría de votantes a su favor, con una corta diferencia con la de la unidad opositora, que se dice victoriosa, a pesar de que las cifras no la acompañen.
En cuanto al tercer grupo mayoritario, está comprendido entre aquellos que no son de una ni de la otra fracción: es la de los indiferentes, o no comprometidos. La de los indecisos: no están seguros sobre la idoneidad de ninguno de los dos contendores.
Todo ronda alrededor de la figura presidencial: a pesar de los inmensos logros obtenidos durante su gobierno, el estilo del presidente Chávez, es criticado algunas veces por sus mismos seguidores.
El venezolano tiene características muy especiales: es amigable, bonachón, pero rechaza las imposiciones: y eso es lo que le ha hecho perder parte de la inmensa popularidad que todavía ostenta el presidente.
Por otra parte, la guerra mediática de fuera y dentro del país, ha provocado la confusión entre quienes tienen sus reservas de que el camino que se pretende seguir es hacia el comunismo. Palabra detestada si las hay, incrustada en el subconsciente colectivo venezolano.
La proximidad con Cuba, las misiones que tanto bien han derramado en el pueblo, provocan la reacción negativa en ciertos sectores de clase media y alta principalmente.
Algo positivo sin duda es que los diputados del PSUV, serán comprometidos voceros del pueblo que los eligió. Ya no serán sus representantes, sino que directamente gobernará el pueblo a través de ellos, en consulta permanente de sus necesidades.
El peligro que existe en relación a la representación en el Parlatino, es que los opositores puedan ser un obstáculo para los proyectos integracionistas de los países suramericanos que han cobrado fuerza en este último decenio, con el arribo de presidentes animados de un espíritu justiciero y humanista.
La excelente opinión de la mayoría de los observadores internacionales sobre la pulcritud en todo el proceso eleccionario, avala ampliamente la actuación del Consejo Nacional Electoral, el que fuera denostado por la oposición, que abandonó su posibilidad de ser electo en las elecciones para diputados del año 2005, causa real por la que su representación en la Asamblea Nacional fuese nula.
La pretensión de la oposición de arrasar utilizando los medios de comunicación nacionales e internacionales, con la ayuda de potencias extranjeras,
si bien pudo ayudar a incrementar el número de sus adeptos, no consiguió sus propósitos.
Se ha dicho que estas elecciones son muy importantes pues son el preámbulo para las presidenciales del 2012. Chávez queda confirmado: uno de sus principales contendores Henry Falcón del PPT que hasta hace muy poco pertenecía del grupo chavista, fue derrotado en forma total. De modo que uno de los objetivos del presidente se cumplió: veremos si de las filas de la oposición, no aparecen otros personajes capaces de hacerle sombra.