El País, a falsa foto de Hugo Chávez e um debate sobre a ética na imprensa

Por Fernando Pittaro.

La noche del pasado miércoles 23 de enero, el director del diario más importante de habla hispana estaba excitado. Tenía entre manos una de esas primicias que mueven el piso. Y no se la pudo guardar. No aguantó. A las 22:23, Javier Moreno Barber, número uno del diario El País, escribió en inglés y en español desde su cuenta de la red social Twitter: “Prepárense para una extraordinaria foto exclusiva en la Web de El País en breve.”

Esos tuits ya no están. Fueron borrados a las pocas horas, no bien Moreno Barber supo que aquellos 140 caracteres eran el anticipo de una de las portadas más bochornosas en los 36 años de historia del periódico español: la publicación en papel y versión digital de una falsa foto del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Los tuits que no se borraron fueron los de Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, el segundo de mayor circulación de España, quien dio a entender por la misma red social que a él también le habían ofrecido dicha foto, a cambio de 30 mil euros. “Toco madera, pero en 33 años no nos han colado un confite así”, concluyó Ramírez. Lamentablemente para los lectores, los que sí se comieron “el confite” fueron sus colegas de El País.
A las cuatro de la madrugada, ya estaba la falsa foto subida en la edición digital y allí permaneció casi media hora. A los pocos minutos, la agencia oficial Efe también se hacía eco de la novedad y daba cuenta de que “El diario El País publica la primera foto de Chávez intubado durante su tratamiento”.
Recién a las 5:45 apareció en la Web una pequeña nota bajo el título: “El País retira una foto falsa de Hugo Chávez”, donde la empresa periodística pedía disculpas a los lectores y se excusaba diciendo que la estafa provino de la agencia de noticias Gtres  Online, con la que solía trabajar.
En realidad, más tarde se supo que el verdadero artífice del engaño fue el periodista italiano Tommasso Debenedetti, quien le reconoció a la agencia de noticias mexicana Notimex que “la falsa foto de Chávez, que tomé de un video de Youtube, la envié la semana pasada a una agencia de Costa Rica, a la agencia estatal venezolana y a Prensa Latina (cubana)”. Pero hasta Debenedetti se sorprendió con los efectos de su maniobra. “Nunca me imaginé que iría a terminar en la primera plana de El País”, confesó.
Lo llamativo es que en junio de 2010, el propio Debenedetti, en una entrevista al mismísimo diario español que luego sería su víctima, había asegurado: “Me gustar ser el campeón italiano de la mentira.”
Dado el escándalo que se precipitaba minuto a minuto en las redes sociales, los editores no tuvieron más remedio que retirar del mercado los casi 350 mil ejemplares de la edición en papel del 24 de enero, pese a que muchos de ellos ya habían sido vendidos. La gran mayoría de los lectores se enteraron del fiasco informativo al entrar a la web del diario.
Eso mismo le ocurrió a la escritora y periodista española Cristina Fallarás, quien criticó duramente la pifia del matutino europeo. En diálogo con Tiempo Argentino, Fallará destacó que “tienen tanta prisa por ver muerto a Chávez que eso ha podido con su profesionalidad”, y agregó: “El País ya no es lo que era desde el punto de vista profesional, esto hace ya tiempo que lo vengo notando.”
Fallarás, que hoy dirige Sigueleyendo, una de las primeras editoriales en publicar libros digitales en España, también destacó que la reacción del diario fue “tibia, torpe y marrullera, como intentando quitarse la culpa de encima”. Del mismo modo, dejó claro que “una metida de pata tan abrumadora hay que encararla con valentía y admitiendo que hubo fallos profesionales serios. Hay que tener en cuenta que no fue el fallo de una precipitación en Internet. Yo me pregunto, ¿cuánto tiempo pasaron dándole vueltas a esa foto? ¿Cuánta gente intervino?”
Por su parte, el prestigioso periodista norteamericano Jon Lee Anderson, especializado en temas latinoamericanos y que ha escrito sobre la vida de Chávez, afirmó que “la publicación de esa foto presenta varias problemas éticos, más allá del hecho que sea falso”. En diálogo con Tiempo, Anderson se preguntó: “¿Acaso El País publicaría una imagen del Rey entubado así, agonizante, sin pedirle permiso? Claro que no. Entonces, ¿por qué de Chávez?” Para el periodista, la jugada “les salió bastante mal”, y consideró que “esto revela una intencionalidad ideológica bastante tendenciosa por parte del grupo mediático, que hace necesaria una explicación más detallada de la motivación editorial detrás”.
Esta cuestión de fondo fue la que nunca respondió la dirección del diario en la edición definitiva del jueves 24 de enero, a pesar de que en el margen inferior izquierdo de la portada, casi cayéndose, asomaba un pequeño titular autocrítico: “La foto que El País nunca debió publicar.” En una carta sin firma, se habló del asunto en tercera persona y cargando toda la responsabilidad en la agencia de noticias que le proveyó la fotografía. Hasta se llegó justificar que tuvieron muy presente el famoso Libro de Estilo, al que citan: “Las fotografías con imágenes desagradables sólo se publicarán cuando añadan información.” Sin embargo, tras largos debates, concluyeron que la imagen de esa persona intubada llena de píxeles constituía un “documento informativo” y, por lo tanto, “publicable”.
En medio de la polémica, José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra y especialista en nuevas tecnologías, trajo a cuenta la ola de despidos que vienen dando en la prensa española, frito de la crisis económica y la política de ajuste de las empresas periodísticas. “Los despidos en la prensa están afectando especialmente a los periodistas más experimentados, por lo que los redactores jóvenes han perdido a los maestros y los medios están perdiendo el instinto”, sostuvo Orihuela. Para el especialista, esto constituye “un campo abonado para que florezcan los errores y las manipulaciones”.
Por este tema, el 10 de noviembre pasado, El País ya había sido noticia. Ese día, despidió a 129 trabajadores, la mayoría experimentados periodistas con más de 20 años de trayectoria en la empresa controlada por el Grupo PRISA. Uno de ellos, el prestigioso corresponsal de guerra Antonio Pampliega se preguntaba, furioso, desde su cuenta de Twitter:  “Si echáis a los maestros, ¿quién coño pensáis que nos va a enseñar a hacer periodismo?”
Esa pregunta sigue retumbando como un eco inquietante. La respuesta, y el resumen de todo lo que no se debe hacer en periodismo, están en la primera plana del 24 de enero de 2013 del diario más leído en lengua castellana. «

Antecedentes

Despidos

En noviembre pasado, El País despidió a 129 trabajadores, muchos de ellos, experimentados periodistas. “Constituye un campo abonado para que florezcan los errores y las manipulaciones”, consideró el académico español José Luis Orihuela.

El grupo Prisa y el “golpe al caudillo”

El 13 de abril de 2002, a pocas horas de  producido el fallido golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, el diario El País escribió una editorial contundente. En aquel artículo, titulado “Golpe al caudillo”, el diario destacaba que “sólo un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela” y lo justificaba alegando que “la situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón”.

Según la editorial del matutino del Grupo PRISA, de este modo “el ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana encabezada por un ex golpista que ganó legítimamente las elecciones para, convertirse desde el poder en un autócrata peligroso para su país y el resto del mundo”.

Este hecho fue recordado por la embajada de Venezuela en España, que anteayer emitió un comunicado diciendo que no le sorprende la actitud del periódico, pero destaca que “con esta acción se sobrepasaron todos los límites, no sólo de la ética periodística, sino del más básico respeto a los derechos de un hombre que está batallando por su salud, de su familia y del pueblo venezolano”.

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