Los venezolanos y venezolanas estamos en un nuevo proceso electoral que arranca legalmente con la campaña el próximo 1 de julio de 2012. La inscripción del Comandante Hugo Chávez, permitió disipar dudas; la magnitud y fuerza demostrada por el Presidente, indica claramente que será reelegido para continuar al frente de la República Bolivariana de Venezuela en el periodo 2013-2019, la gigantesca y alegre concentración de personas que acompañaron al líder de la Revolución no tiene comparación.
¿Pero qué diferencia existe entre estas elecciones y las que se llevaron a cabo en la Cuarta República? En principio no se enfrentan simplemente dos partidos que se alternan en el poder y defienden el mismo sistema. Actualmente en Venezuela, se vive una lucha frontal entre dos proyectos contrapuestos, se profundizan las contradicciones de clases, en la medida en que se aplican las medidas políticas para el beneficio de las mayorías populares, el fortalecimiento del poder popular y la producción social y se avanza hacia la construcción de la Sociedad Socialista. Por esta razón se ha desatado una guerra comunicacional de los ricos y poderosos contra un Estado que defiende a los humildes y está estimulando el protagonismo de los antes excluidos en la sociedad; los cañones en la batalla, son los canales de televisión, emisoras radiales, medios impresos y redes sociales.
Es evidente como se oculta el verdadero programa opositor. Hasta ahora, los representantes de la derecha fascista y retrógrada, utilizan consignas vacías, no presentan las medidas sociales y económicas que aplicarían, sólo pronuncian frases huecas y palabras banales. Le hablan a un público que ellos subestiman, aun siendo sus propios seguidores.
Radonsky entregó a las autoridades del CNE un programa de corte neoliberal, planteando la liberación de precios, eliminación del control de cambios, crearán sobreproducción para bajar los precios del petróleo y destruir la OPEP. Todas esas políticas, tendrían que estar acompañadas de una gran represión, violencia, persecución y asesinatos hacia los dirigentes populares y en contra de las protestas masivas que naturalmente surgirían del pueblo, ante la desaparición de los beneficios sociales y los derechos logrados en Venezuela con el Presidente Chávez.
La derecha venezolana tiene un compromiso internacional para contribuir a salvar el Capitalismo y a devolverle el control de la riqueza petrolera a los Estados Unidos. Nuestro territorio venezolano nuevamente sería fuente segura de materia prima y energética barata para la primera potencia mundial que atraviesa actualmente por un gran caos económico. Se desataría la pobreza masiva y el abandono en grandes sectores de nuestro país. La transformación social que realiza el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela profundiza la soberanía e independencia, la igualdad social y el cambio hacia la nueva sociedad socialista. De allí los ataques por los medios de comunicación hacia Chávez. El pueblo venezolano debe unirse en una sola voz y defender los logros de la revolución que están contribuyendo a grandes cambios en el mundo. El capitalismo está muriendo y empieza a surgir la alternativa para salvar la especie humana: el Socialismo.