Por Raúl Crespo.
Así como el orden político es una necesidad social, las actividades de los pobres se desarrollan espontáneamente, se ve a los hombres y mujeres improvisar un orden político confiando la autoridad a varios de entre ellos, es el momento donde nace la corrupción y una parte de la violencia, es la etapa que se observa mucho mejor la crisis social.
La violencia de varios tipos nació con el hombre y la mujer, con el tiempo la perfeccionamos, pero, de manera natural ya existía la coca, el cannabis, la morfina, y todas las demás plantas que contribuyen en un 40% con la medicina.
La morfina, la coca, la marihuana, tienen siglos de consumo, no es sino hasta los objetivos y la política económica exterior y la intención directa política y militar, muchas veces idéntica, que de la visión del mundo tienen los dirigentes estadounidenses, convierten al narcotráfico, a la violencia y a la democracia, en parte de la política exterior desde la segunda guerra mundial.
Desde Vietnam, se traficaba con heroína, las tropas norteamericanas consumían LSD, marihuana, heroína, morfina, crearon Air América, para traficar la heroína desde algunos sitios de Asia, la CIA fabrico millones de dosis de LSD para acallar las protestas de los pacifistas y de los grupos negros, panteras y Malcom X que luchaban contra el racismo y la igualdad de oportunidades en las ciudades norteamericanas. Esa fue la primera vez que la droga fue utilizada como arma de baja intensidad, menospreciaron su efecto progresivo y la mesclaron con químicos, producen en grandes cantidades las drogas sintéticas, desde los 50 experimentaron con su propio pueblo como lo hicieron con la radiación de la bomba atómica.
Ronald Reagan, y la CIA, masificaron el consumo de cocaína y heroína abriendo nuevas rutas hacia EEUU y Europa, desde laboratorios en Colombia, Perú, Pakistán, triplicó el narcotráfico para comprar armas a los contras nicaragüenses y a las guerrillas afganas que luchaban contra las tropas soviéticas, hicieron lo mismo en la guerra civil yugoslava. Incrementaron notablemente el consumo en las ciudades estadounidenses, europeas y en las naciones por donde pasa la droga. En los años 80 se inundo prácticamente el mundo de droga, desde esa época la utilizan como una arma de guerra en tiempos de paz.
El verdadero alcance de las inversiones subterráneas de EEUU, con el comercio de las armas ilegales y con el narcotráfico, es un tema demasiado complejo para una descripción precisa ya que la calidad de los datos disponibles solo permite que cálculos aproximados revelen la amplia penetración de la droga como arma de guerra utilizada por los EEUU, para generar violencia y desestabilizar democracias.
Las armas, las drogas, son generadores de violencia en un alto porcentaje porque son grandes negocios, a la vez la fuente y un imán para el poder militar establecido en la tierra y dirigido por las industrias bélicas de los países que son parte del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU, bogan para que todas las naciones se atengan a una economía mundial y política económica dependiente de las naciones mas desarrolladas.
Por supuesto que es un problema estructural, pero, la militarización y represión, las drogas y la pobreza, extraña mezcla política genera violencia por la pobreza mantenida por interés o necesidad de los gobiernos.
Los números nos enseñan las ciudades desbordadas por la pobreza y la violencia, New York, un asalto cada 3 minutos, un asesinato cada hora, una violación cada 3 horas, y en EEUU, una matanza en los colegios o universidades cada 2 años, es la democracia del capitalismo que utiliza la droga y la violencia como elementos racistas y xenofóbicos, parte de una cultura de Estado aun hoy. Democracia del país más poderoso del mundo, utiliza la droga para aplacar la rebeldía de los pueblos y generar con el narcotráfico recursos y violencia para desestabilizar gobiernos y sociedades en complicidad con la Iglesia y las clases altas.
40000 Muertos por año en Brasil, 15000 secuestros en Venezuela, 26000 muertos en México, Buenos Aires, Quito, Bogotá, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Moscú, Paris, Lima, Santiago, todas las ciudades del mundo son ciudades peligrosas donde la marginalidad, el analfabetismo, el desempleo, la pobreza, la falsa moral de la Iglesia, la educación, la especulación, generan violencia alimentada por el negocio de las armas pequeñas, colusión del crimen, una proyección de la política de Estado estadounidense con el Vaticano, para controlar al mundo con la desigualdad social y la pobreza, norma social global y ley celestial.
A Estados Unidos, no le interesa destruir el negocio de las drogas le interesa administrarlo por eso se encuentra en Colombia y Afganistán. El FMI dijo “de 800000 a 1 billón de dólares anuales se lavan en el sistema financiero, se multiplica en las bolsas y fue el único dinero disponible en los bancos por la crisis”
Los datos de la ONU manifiestan que la cocaína genera por año unos 250000 millones de dólares en la venta al detalle, y la heroína otros 400000 millones de dólares, cantidad manipulada por los intereses de EEUU, utilizando a Naciones Unidas, convertida en la secretaria de los proyectos expansionistas imperiales.
El mundo capitalista regido por la desigualdad social y la explotación en crisis significa la decadencia y su descomposición y abarca todas las naciones del mundo, perturbando a propósito la economía, la sociedad, la política, la cultura, capital mundial de una verdadera democracia, amenazado permanentemente por las constantes crisis financieras.
EEUU, ya no puede mantener la dependencia en las naciones en vías de desarrollo, hoy recurre al narcotráfico, a las armas, para justificar su dominio con la excusa de combatir el narcotráfico y al terrorismo para restablecer las democracias en las naciones en vías de desarrollo, o con petróleo, claros ejemplos de esto Colombia, México, Afganistán, Pakistán, política estadounidense de exterminio, moral y espiritualmente aceptado por las Iglesias.