(Português/Español).
Cumprem-se 7 anos do Não a Alca, em Mar del Plata. Um acontecimento que mudou o cenário político na região e produziu um salto de qualidade na relação entre os países sul-americanos, particularmente, porém, em especial no próprio processo de integração regional.
A relação que vinham construindo, entre outros, o presidente Luis Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner e Hugo Chávez se materializou em um novo posicionamento frente aos Estados Unidos e ao próprio George W. Bush; porém, sobretudo, às políticas neoliberais planejadas e aplicadas nos anos 90 no continente, a partir do que se chamou Consenso de Washington.
Essa nova geografia política e econômica gestada em novembro de 2005 acabou gerando uma nova institucionalidade que é a Unasul e, posteriormente, a Celac; isto é: os governos nacionais e populares não só se uniram para frear um esquema de dominação, mas elaboraram uma estratégia que acabou evitando golpes de Estado, preservando o sistema democrático, fazendo valer o respeito aos direitos humanos, fortalecendo os mecanismos já existentes como o Mercosul.
Esse novo mapa onde irrompem, também, Rafael Correa, Evo Morales, Pepe Mujica, Fernando Lugo e Cristina Kirchner está composto pela luta e pela experiência de resistência de milhares de organizações sociais e políticas, praticamente desde a década dos 60 a inícios do novo século que sedimentaram a irrupção dessas figuras e puseram novos desafios aos governos emergentes.
Desde Mar del Plata até 2012, a integração regional tem feito um caminho de realizações, derrotas e avanços; cabe perguntar-se, então, se não é necessário repensá-la a partir de suas próprias fortalezas e da aprendizagem que tem dado a gestão na restituição de direitos e na participação de novos sujeitos sociais e políticos.
O Não a Alca nessa etapa deve ser um chamado profundo a refletir e resignificar novas práticas e metodologias que impliquem em aprofundar os modelos em cada país, ante a crise do capitalismo em âmbito mundial e às novas formas de dominação que o aparelho militar-armamentista, político e financeiro dominante tenta impor no planeta.
É o momento em que necessitamos maior capacidade de organização e abertura para que as mulheres e os homens da América do Sul se apropriem definitivamente desse projeto transformador e o levem adiante.
Também, para consolidar esse processo, é necessário comparar a situação que deveriam enfrentar os presidentes em 2005 e a que agora temos. Hoje, como ontem, o Não a Alca não era somente uma questão comercial, ou de intercâmbio; esses Tratados colocavam uma armadilha e centenas de condicionamentos aos governos; vale recordar, por exemplo, que se o mesmo tivesse sido formalizado não teria sido possível, na Argentina, levar adiante a Lei de Serviços de Comunicação Audiovisual, pois não se teria permitido ter ingerência nas empresas de capital estrangeiro referidas à temática.
Quais são os temas que devem integrar a agenda da integração regional para os próximos anos? Que papeis devem fortificar os Estados para tornar possível uma maior distribuição da riqueza? Que tipo de organizações sociais necessitamos para acompanhar essa nova etapa e que distintos níveis de relações se necessitam ser produzidos entre elas ao longo de nossa América?
Interrogações que devem ser abordadas nesse novo momento, enquanto o gesto de um grupo de mandatários lá, em 2005, se agiganta no tempo e da cobertura e dimensão à luta cotidiana dos povos para construir sociedades mais justas e solidárias.
Tradução: Adital
Del No al Alca a la Unidad Latinoamericana
Por Oscar Laborde.
Se cumplen 7 años del NO al ALCA en Mar del Plata. Un acontecimiento que cambió el escenario político en la región y produjo un salto de calidad en la relación entre los países suramericanos, particularmente, pero en especial en el propio proceso de integración regional.
La relación que venían construyendo, entre otros, los presidentes Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner, y Hugo Chávez se materializó en un nuevo posicionamiento frente a los Estados Unidos, y al propio George Bush pero, por sobre todo, a las políticas neoliberales diseñadas y aplicadas en los años 90 en el continente, a partir de lo que se llamó el Consenso de Washington.
Esa novedosa geografía política y económica gestada en noviembre de 2005, terminó generando una nueva institucionalidad que es la UNASUR y con posterioridad la CELAC; es decir los gobiernos nacionales y populares, no sólo, se unieron para frenar un esquema de dominación sino que vertebraron una estrategia que terminó evitando golpes de estado, preservando el sistema democrático, haciendo valer el respeto a los derechos humanos, fortaleciendo los mecanismos ya existentes como el MERCOSUR.
Este nuevo mapa donde irrumpen, también, Rafael Correa, Evo Morales, Pepe Mujica, Fernando Lugo y Cristina Kirchner está compuesto, también, por la lucha y la experiencia de resistencia de miles de organizaciones sociales y políticas, prácticamente desde la década de los 60 a principios del nuevo siglo que sedimentaron la irrupción de esas figuras y pusieron nuevos desafíos a los gobiernos emergentes.
Desde Mar del Plata hasta este 2012, la integración regional ha hecho un camino de realizaciones, derrotas y logros; cabe preguntarse entonces sino resulta necesario repensarla desde sus propias fortalezas y del aprendizaje que ha dado la gestión en la restitución de derechos y la participación de nuevos sujetos sociales y políticos.
El NO al ALCA en esta etapa, debe ser un llamado profundo a reflexionar y resignificar nuevas prácticas y metodologías que impliquen profundizar los modelos en cada país, ante las crisis del capitalismo a nivel mundial y a las nuevas formas de dominación que trata de imponer el aparato militar-armamentista, político y financiero dominante en el planeta.
Es el momento en que necesitamos mayor capacidad de organización y apertura para que las mujeres y los hombres de Suramérica se apropien definitivamente de este proyecto transformador y lo lleven adelante.
También, para consolidar este proceso es necesario comparar la situación que debieron enfrentar los presidentes en el año 2005 y la que ahora tenemos. Hoy como ayer el NO al ALCA, no era sólo una cuestión comercial, o de intercambio; ponían esos tratados un cepo y cientos de condicionamientos a los gobiernos; vale como recordar, como ejemplo, que de haberse formalizado el mismo, no hubiese sido posible en Argentina llevar adelante la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual pues no se hubiese permitido tener injerencia en las empresas de capital extranjero referidas a la temática.
¿Cuáles son los temas que deben integrar la agenda de la integración regional para los próximos años? ¿Qué roles deben fortificar los estados para hacer posible una mayor distribución de la riqueza? ¿Qué tipo de organizaciones sociales necesitamos para acompañar esta nueva etapa y que distintos niveles de relaciones se necesitan producir entre ellas a lo largo y ancho de nuestra América?
Interrogantes que hay que abordar en este nuevo momento, mientras el gesto de un grupo de mandatarios allá en el año 2005 se agiganta en el tiempo, y da cobertura y dimensión a la lucha cotidiana de los pueblos por construir sociedades más justas y solidarias.
Presidente del Centro de Estudios del Sur y Dirigente del Frente Transversal.