Por Orlando Balbás*
La diatriba política en Venezuela, desde el triunfo del Comandante Chávez, en las elecciones de 1998 giró en su entorno. Todo se basó en la imagen del líder de la Revolución Bolivariana. El planteamiento de la participación y la inclusión motorizó al movimiento popular que insurgió como un huracán. El amor por la patria se fortaleció una vez revivido el pensamiento bolivariano,
Los enemigos de la nueva Constitución Nacional, aprobada en referendum en diciembre de 1999, actuaron bajo la premisa de derrocar a Chávez. No lo lograron mediante el golpe de estado y sabotaje económico petrolero en el año 2002. El pueblo venezolano apoyó a su Presidente.
Desde la casa blanca se planifica aún la desestabilización. Es un ir y venir. Atacan primero la constitución y luego la defienden cuando les ha convenido. Con la muerte de Chávez, surge un nuevo panorama político en nuestro país.
En las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, triunfa Nicolás Maduro. La oposición desató la violencia criminal liderada por Capriles. Pero la ecuanimidad y la serenidad del gobierno nacional prevaleció y las cúpulas fascistas fueron derrotadas una vez más. El argumento del fraude no estuvo respaldado por prueba alguna y el CNE realizó todas las auditorias necesarias para demostrar la transparencia del proceso electoral presidencial.
Ante la imposibilidad de derrocar el mandato de Maduro, las élites empresariales y los comerciantes desataron una ola especulativa y de escasez que afectó a toda Venezuela, buscaban originar un caos y justificar la intervención militar extranjera. La oposición no logró su objetivo, fueron derrotados nuevamente en las elecciones municipales y esta vez aceptan los resultados. La revolución obtiene más de 250 alcaldías contra 70 de los opositores.
El Presidente Nicolás Maduro hizo un llamado al diálogo con la oposición y exigió fuese
reconocido como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Se desarrolló con respeto de ambas partes.
La derecha extrema fue aislada, Sus máximos exponentes: Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado, Perdieron credibilidad, demostraron ser políticos débiles. La conducta antidemocrática y golpista de estos personajes los lleva al fracaso, por eso el gobernador del Estado Miranda, Capriles, se vió obligado políticamente a asistir al llamado del dia 8 de enero de 2014 a reunirse con el Presidente Nicolás Maduro . Ahora surge el escenario para aglutinar al movimiento revolucionario y defender la nación
venezolana y el plan de la patria.
*[email protected] colabora com Desacato.info desde Cumaná, Venezuela, desde 2009.
Imagem tomada de: manuel-miranda.blogspot.com