Por Daniel Lobato Bellido, Madri.
En el verano de 2015 nuestra organización Unadikum recibió una invitación del Kurdistán sirio (llamado también Rojava, “Kurdistán oeste”) para conocer la nueva construcción política y social que allí se está desarrollando.
Hasta ese momento en Unadikum habíamos centrado nuestra solidaridad política con la causa palestina, especialmente en Gaza, donde intentamos defender a pescadores y agricultores de los ataques de las fuerzas de ocupación de Israel. No obstante, aceptamos con ilusión esta invitación porque nos permitiría conocer sobre el terreno la realidad que en Occidente se difumina bajo un aura mitológica cuando se oyen las palabras Kurdistán, Rojava, Revolución kurda, lucha contra ISIS, Revolución de la mujer, etc. Nuestro compromiso de solidaridad internacionalista y antiimperialista se ampliaba con la posibilidad de conocer en persona lo que allí ocurría.
Para el grupo, y para mí personalmente, hasta ese momento el término Kurdistán significaba poco más que algunas nociones sobre el “mayor pueblo sin estado” del planeta, algunas ideas de la represión y crímenes cometidos por el estado turco o Saddam Hussein y del líder del PKK encarcelado, Abdullah Öcallan, cuyas bases ideológicas eran para mí difusas. Antes de salir era imprescindible ampliar todo lo posible nuestros conocimientos.
Para entrar en el Kurdistán sirio utilizamos la vía del Kurdistán iraquí, con vuelos regulares desde Europa a Erbil, su capital. Después ruta por carretera desde Erbil, rodeando Mosul, capital de ISIS en Iraq, para llegar al triángulo de las fronteras de Siria, Iraq y Turquía, donde se encuentra el paso fronterizo al Kurdistán sirio, cruzando el Río Tigris.
Kurdistán y sus diferentes realidades
Cruzar el río Tigris y entrar en Mesopotamia no sólo significa traspasar la división de dos países y dos regiones kurdas, sino también de dos conceptos de sociedad, lo que pudimos comprobar desde el primer minuto.
De un lado el Kurdistán de Iraq, un “emirato” petrolero capitalista casi independiente respaldado por EEUU e Israel, con ejército, parlamento y gobierno propios y con un sistema bipartidista corrupto en el que ha irrumpido un partido nuevo con ciertos parecidos a Podemos que además no es hostil a la revolución en Rojava. Estuvimos en el interior del Parlamento, un edificio con tanta magnificencia como lejanía respecto a los ciudadanos. Esta región autónoma se encuentra en medio de un crack de su burbuja inmobiliaria con centenares de esqueletos de edificios sin acabar o con los empleados públicos sin cobrardurante cuatro meses. Todo muy parecido a nuestra Europa del sur. Y aún más grave, las acusaciones al Kurdistán iraquí de connivencia (y beneficio) con el paso por su territorio del petróleo que ISIS vende hacia Turquía.
En la otra orilla del río, en el Kurdistán de Siria, impulsada por el PYD, la aplicación de un modelo radical de autoadministración desde la base de la sociedad, anticapitalista, de economía social, ecologista yfeminista, que no busca convertirse en una nación-estado y que sigue la ideología de Öcallan (inspirada en el municipalismo libertario de Murray Bookchin), llamada Confederalismo Democrático. Su lucha armada contra ISIS-Daesh es la más exitosa sobre el terreno y está siendo apoyada militarmente tanto por EEUU como por Rusia. Esto ha llevado a la paradoja de que el Wall Street Journal se haya preguntado qué hace EEUU apoyando a “marxistas” o a que la afinidad de los kurdos sirios con el PKK haya provocado su exclusión (vetados por Turquía) de las actuales reuniones para la paz de Siria en Ginebra, lo cual, junto con otras cosas, hará que fracasen esas conversaciones.
Ventana de oportunidad para la Revolución
Los kurdos de Rojava han podido establecer este modelo de autoadministración democrática favorecidos por la casi desaparición y repliegue de las instituciones sirias de ese territorio tras el inicio de la guerra en 2011. Los kurdos apoyaron las manifestaciones de protesta de hace cinco años que exigían más democracia y un cambio radical en Siria, pero rechazaron desde el primer momento involucrarse en la solución militar contra el gobierno de Assad. Lo que queda de la Administración siria en Rojava se reduce a la gestión del aeropuerto de Qamishlo y a la existencia de cuarteles del Ejército gubernamental en esta ciudad y en Hasakah (zonas rojas en el área amarilla del mapa). A pesar del statu quo de convivencia no-bélica entre los kurdos y estos islotes del Ejército Sirio, el día a día no es tan fácil, y la tensión se ha resuelto en estos años con episódicos enfrentamientos o con la falta de cooperación en el frente contra ISIS.
Inmersión en el proceso revolucionario
Durante nuestra estancia de tres semanas a través de Rojava, mantuvimos reuniones con la mayoría de los elementos que forman las estructuras políticas, sociales y militares de Rojava, visitamos el frente de guerra, campos de refugiados Yazidíes y recorrimos la Gernika kurda, Kobanê, arrasada en un 80% tras la batalla contra ISIS hace un año. El modelo de la autoadministración kurdo nace pues en el municipalismo democrático. Cada barrio o aldea constituye una comuna, con dos copresidencias, una mujer y un hombre, respetando siempre la paridad en toda su estructura. Esa comuna crea siete comités para la gestión de su espacio: educación, mujer, salud, economía, servicios, seguridad (policía comunal) y reconciliación (juez de paz). Las decisiones que las comunas tomen sobre cuestiones más globales son elevadas al Consejo de Comunas, y más arriba al Consejo de Cantón. Los tres cantones son las provincias en que los kurdos han dividido territorialmente Rojava, uno de ellos aislado al norte de Alepo sin conexión terrestre con los otros dos. La administración kurda asume las decisiones que se tomen en las comunas, de tal forma que, por ejemplo, las comunas impidieron una subida del precio de la gasolina que se iba a implantar en Rojava. Hay una Asamblea Legislativa, un Consejo Ejecutivo y veintidós ministerios, pero tienen un rol subordinado a las decisiones comunales. De hecho en la Asamblea Legislativa todos los partidos tienen una representación idéntica numéricamente, incluido el mayoritario PYD. De ese parlamento igualitario también forman parte representantes de organizaciones sociales, étnicas y de mujeres.
Es importante entender que Rojava, aunque de mayoría kurda, tiene una enorme riqueza de grupos sociales y religiosos. Por ese motivo visitamos comunas de barrios árabes, armenios, asirios y por supuesto kurdos, donde comprobamos la aceptación de este nuevo “paradigma democrático” (como lo denominan allí). Igualmente, a medida que las milicias YPG (masculinas) e YPJ (femeninas) van conquistando territorio y liberando poblaciones de ISIS, este modelo confederal y comunal democrático es adoptado por esas aldeas y ciudades. La ciudad de mayoría árabe de Tel Abyad se incorporó en octubre creando sus comunas tras ser liberada por los kurdos y brigadas aliadas.
¿Qué papel juegan los partidos políticos en una estructura asamblearia como ésta?
Nos reunimos en la ciudad de Qamishli (Qamishlo en kurdo) con seis de los trece partidos que respaldaron este modelo de funcionamiento político proclamado el 6 de enero de 2014 gracias al empuje del PYD y que cuenta con un “Contrato Social” como Constitución.
Sorprendentemente la mayoría de los presentes en la reunión (Partido Democrático del Kurdistán, la rama de Siria del que gobierna en el Kurdistán de Iraq, Unión Liberal del Kurdistán, Unión Patriótica del Kurdistán-Siria y otros) defienden un sistema neoliberal a la occidental, esto es, que haya elecciones al Parlamento y la existencia de un gobierno al estilo tradicional. Sin embargo nos ratifican su adhesión y apoyo a esta democracia comunalista antagónica a su modelo.
Del encuentro me voy convencido de que el suyo es un apoyo estudiado para no estar fuera de juego. Ya sea porque en el escenario terrible de la guerra de momento les conviene dejar en segundo plano diferencias de modelo político o porque, al fin y al cabo, cuentan con una representación legislativa igualitaria y garantizada en la Asamblea-Parlamento. Cuando un día finalice la guerra, del mismo modo que Rojava no tiene ningún amigo ideológico internacional, aunque ahora los tenga tácticos, creo que también encontrará enemigos internos en algunos de estos partidos que serán apoyados desde el exterior. Con más lógica, el Partido Comunista Kurdo nos confirma su adhesión a este modelo, y por descontado su impulsor, el Partido de la Unidad Democrática, PYD.
La Revolución antipatriarcal y feminista en medio de la guerra
El principio ideológico del Confederalismo Democrático es que uno no puede deshacerse del capitalismo sin eliminar el Estado, y uno no puede librarse del Estado sin librarse del patriarcado. Öcallan siempre ha señalado la utilización de la mujer como mercancía, especialmente bajo el capitalismo, denunciando la jerarquía de doble esclavitud de la mujer bajo este sistema —una guerra victoriosa del hombre contra la mujer— y las evidencias de que en la antigüedad el patriarcado no era hegemónico. Uno de los grandes éxitos desde la fundación del PKK ha sido, en un entorno geográfico extremadamente patriarcal como Oriente Medio (con matrimonios forzados o crímenes de honor, por ejemplo), ofrecer a las jóvenes kurdas un espacio de lucha por la liberación de la mujer, tanto en lo político como en la lucha armada (en los momentos en que ha estado activa) en plena igualdad con el hombre. En Rojava se sigue este paradigma que va más allá de las fotos de jóvenes milicianas kurdas que en occidente se comparten por Internet.
En la reunión con Yekitiya Star, la organización de mujeres, analizamos la evolución acelerada del protagonismo de la mujer en Rojava. El hecho de que se jueguen la vida participando en la defensa militar (milicias YPJ) en igualdad de condiciones refuerza que en lo social y político las mujeres no tengan que disputar al hombre el espacio de toma de decisiones. La incorporación de la mujer a la guerrano es una decisión oportunista, forma parte de la raíz feminista del Confederalismo Democrático, y potencia la legitimidad de la coparticipación política a la que se une la paridad en los órganos de todas las estructuras políticas y sociales. Una paridad radical a la que ni siquiera nos aproximamos en España. Hablamos también de las modificaciones legales que se han adoptado en Rojava en la transmisión de la propiedad para combatir el patriarcado y en derechos civiles. Los derechos reproductivos aún no están explicitados, pero visitamos el hospital de mujeres gestionado por Yekitiya Star en donde están garantizados. La visita a su hospital sirvió también para entregar los numerosos medicamentos que llevamos desde España.
Tuvimos asimismo el privilegio de reunirnos con Nesrin Abdullah, la comandante de las unidades femeninas YPJ, que también participa en la dirección militar de las YPG masculinas. Esto no se produce a la inversa, no hay hombres que dirijan la acción militar de las YPJ. Hablamos del curso de la guerra, del especial odio de ISIS a las milicianas kurdas y de la reciente incorporación de Rusia al conflicto, sobre todo apoyando al gobierno sirio pero también a los kurdos, con la paradoja de que tanto EEUU como Rusia les den cobertura. Ella nos resume la intervención extranjera en Siria con la frase un país más, un problema más y nos denuncia la hipocresía de Occidente, que alimenta a ISIS, y es, en definitiva, la injerencia extranjera lo que ha llevado a Siria a la situación actual. Entre muchas más cosas, por último hablamos de la creación unos días atrás del Ejército Democrático Sirio, una coalición militar impulsada por las YPG-YPJ con brigadas árabes, asirias, yazidíes y turcomanas que marca una clara diferencia con el engendro llamado Ejército Libre Sirio que apoyan Occidente, Turquía y las monarquías feudales del Golfo. Como su nombre indica, sus integrantes deben aceptar la democracia confederalista y antipatriarcal que ofrecen los kurdos.
Con las YPG visitamos el frente de Hasakah (Hesekê en kurdo). A dos kilómetros de las trincheras, observamos los movimientos de los vehículos de Daesh y especialmente de sus numerosos camiones cisterna. Hoy, al escribir esto meses después, esa zona petrolera de Hasakah y Al Hawl ha sido ya liberada. También recorrimos el frente, muy próximo a Raqqa en nuestra ruta a Kobanê. Un año después de su liberación, esta ciudad sigue convertida en un museo de la devastación como Hiroshima con muchas complicidades internacionales, especialmente la de Turquía.
El modelo de Confederalismo Democrático es aplicable a todo Oriente Medio
De los múltiples encuentros y reuniones adicionales que tuvimos voy a señalar dos más que tienen que ver con el futuro:
La mantenida con el Comité de Educación. Los kurdos no quieren imponerse sobre los otros grupos étnicos pero buscan salir de la marginación que tuvieron en el pasado. El nuevo sistema educativo se basa en la lengua materna de cada alumno (árabe o kurdo) incorporando siempre el otro idioma en cursos siguientes junto al inglés. El futuro de un Oriente Medio diferente no puede construirse por la hegemonía de un grupo social sobre otro.
El encuentro New World Summit. De forma asombrosa los kurdos consiguieron celebrar en Siria un congreso internacional al que vinieron representantes de distintos países, como las CUP a través de Quim Arrufat o Janet Biehl, la compañera del fallecido Murray Bookchin. Este encuentro fue un respaldo al proceso de Rojava, a su confederalismo y a la democracia sin estado por la vía del municipalismo comunal. Si hay una vía de buscar la convivencia democrática para toda Siria y para el resto de Oriente Medio y su mosaico de grupos sociales por encima de las fronteras artificiales creadas por Occidente hace cien años, ésta es la mejor alternativa.
Es muy difícil vaticinar cómo se desarrollará el futuro de Rojava, de la propia Siria y de toda la región. El colonialismo occidental impuso unas fronteras hace cien años y hoy la misma injerencia occidental, turca y saudí quiere imponer con las armas otras nuevas. Ideológicamente Rojava no tiene ningún amigo geopolítico. A la vez que las potencias ayudan a los kurdos de Siria, permiten a Turquía masacrarlos en su estado, y con muchas ganas de meter también sus tanques en Rojava. Ni el gobierno sirio ni las brigadas turco-saudíes que en Occidente se llaman rebeldes apoyan a los kurdos, y algún día se romperá el empate bélico permanente que se ha sostenido desde el exterior, además de que ISIS será derrotada. En ese momento comenzarán los interrogantes.
La Comuna de París es un icono —incluida su bandera roja— para los que buscamos la emancipación de todo el género humano en un modelo social, económico y político diferente. La Comuna de París la estudiamos en el Instituto y tan sólo sobrevivió dos meses aplastada por las fuerzas reaccionarias. Rojava lleva cuatro años construyendo una revolución de mayor envergadura y exige todo nuestro apoyo.
Tras cruzar el Tigris de vuelta de nuestra estancia allí nos convertimos en portadores de un agradecimiento y tres demandas.
Nuestro inmenso agradecimiento a la organización TEV-DEM por atendernos y sumergirnos en esta asombrosa revolución de la que este colectivo es uno de los motores principales, con su propuesta de extenderla a toda Siria como solución democrática de convivencia.
Las tres demandas son: nuestra exigencia de libertad para Abdullah Öcallan, la retirada del PKK de la arbitraria lista de organizaciones terroristas de EEUU y el fin del criminal embargo económico sobre Rojava por Turquía y el Kurdistán iraquí.
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Fuente: Disparamag.