Al cumplirse el 24 de junio de 2011, ciento noventa años de la batalla de Carabobo donde se definió la derrota en suelo venezolano, de las fuerzas invasoras españolas que habían dominado la nación por más de trescientos años, nuestro pueblo vive el segundo y definitivo proceso de lucha frontal por construir una Venezuela soberana e independiente. Es importante resaltar, cómo nuestra constitución, comienza con mucha precisión, indicando el carácter multiétnico y pluricultural de nuestra sociedad. La exclusión de los sectores que conforman nuestra estructura social, ocasionaron no solo la posición económica de pobreza, sino también la actitud racista y discriminatoria de los que han ostentado poder en Venezuela. Por esa razón algunos términos, expresados en sentido peyorativo hacia las personas, por el color de piel u origen indígena, están siendo combatidos por el Estado, reconociendo nuestra diversidad cultural y la necesidad de disminuir la desigualdad social. Todos los momentos vividos por nuestro pueblo en búsqueda de su liberación, tuvieron y tienen las contradicciones propias de una división en clases sociales, en la que se encuentran los que aspiran una libertad plena, sin dominio foráneo que decida por nosotros y los otros, sometidos a una idea de inferioridad ante las potencias que dominan el mundo y su aceptación como algo normal.
Si valoramos solamente desde el punto de vista militar la gesta independentista sin buscar el sentido humanista de los planteamientos de unificación de la América Meridional, la conformación de un bloque unitario y de defensa de las Repúblicas liberadas así como el reconocimiento de América Latina, entonces la visión histórica de esos acontecimientos sería muy limitada desde el punto de vista de la trascendencia en el rompimiento de la tutela europea en estas tierras americanas. Por esa razón, una vez vencidas las fuerzas realistas españolas en Carabobo, era necesaria la liberación de nuestros países hermanos para lograr la libertad (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia). Hay que tener en cuenta que la declaración de la independencia de Venezuela el 05 de Julio de 1811 y la posterior firma del Acta de Independencia, se logra dentro de un gran conflicto político y de lucha armada. Por ello los discursos enardecidos de los jóvenes de la Sociedad Patriótica y en especifico de Simón Bolívar, quien no estuvo en el Congreso Nacional de ese momento, hacía el llamado a la independencia de Venezuela sin más espera ni dudas : “…¿Acaso 300 años de calma no bastan? Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana, vacilar es perdernos”. Esta actitud de Bolívar y de sus compañeros, presionaron al Congreso y los obligó prácticamente a declarar la independencia. Son las visiones encontradas, los enfrentamientos políticos y la influencia de los intereses que orientan la táctica política. Pero las condiciones internas de nuestro país y de la propia España imperial, obligaba a los cambios radicales en el engranaje social. Hoy, Venezuela vuelve a ser la guía de los movimientos de transformación e independencia. El 05 de Julio de 2011, será creada la Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños (OELAC), sin los Estados Unidos ni Canadá, como parte del proceso de unificación de los pueblos de América latina para asegurar un futuro de libertad cultural, económica, tecnológica y militar.