Explicar-nos as políticas de Chávez com o pro ianque Santos, entendê-la, mas, não justificá-la
1. Hugo Chávez ha regresado a Venezuela sano y salvo después de dos operaciones en Cuba, y vuelve con el mismo entusiasmo y la misma alegría. La izquierda en el mundo seguramente aplaude que así sea (no por aquel juicio burgués-religioso de que a ningún ser humano debe deseársele lo malo”, porque también Hitler, Musoline, Franco, Pinochet lo fueron), porque Chávez ha sido un político con más de 10 años de realizar un gobierno positivo en beneficio de la mayoría del pueblo venezolano, a pesar de haber dado pasos negativos en 2011 al entregar al gobierno colombiano proimperialista de Manuel Santos a dos revolucionarios, así como reconocer al gobierno de Honduras, electo durante un régimen de golpe de Estado. Lo que Chávez puede hacer es pedir perdón y rectificar para recuperar poco a poco la confianza realizando reformas profundas.
2. Durante el mes de junio -cuando Chávez estaba operándose en Cuba- leí dos magníficos artículos que me hicieron reflexionar: El primero me hizo entender que millones de personas que conforman las clases medias, incluso medias bajas, y las acomodadas venezolanas –por falta de educación política e ideológica- creen que socialismo es tener al alcance de su mano -sin pensar en la colectividad y en el país- la mayor cantidad de bienes materiales y satisfactores que sólo tienen las clases capitalistas. Es decir, el PSUV y el gobierno de Chávez han sido penetrados por una gran cantidad de gentes que continúa con toda la corrupción capitalista y que le importa un bledo el país. Sin embargo esa gente presiona al gobierno de no votar por él si no satisface las necesidades de bienestar particular y personal sin importarles la economía nacional del país.
3. Un segundo artículo, que corresponde a política exterior, es decir, a la alta política, da la idea de la ilusión de Chávez de cambiar la política del presidente colombiano Santos con el fin que en el futuro se acerque al bloque antiimperialista que ayude al mismo tiempo a resolver problemas de política económica de la región. Parece que Chávez ha logrado que Santos abra más su política llevándolo a enfrentarse con el expresidente colombiano Álvaro Uribe en asuntos importantes de política; también ha ayudado a mejorar las relaciones de Santos con las del presidente de Ecuador Rafael Correa. Un asunto fundamental es que en tanto Uribe califica a las FARC como terroristas y delincuentes, Santos se ha acercado a darle la categoría de ejército contendiente. Con ello se pretende explicar la conducta de Chávez hacia el presidente Santos, pero no puede justificarse.
4. Sin embargo satisfacer aspiraciones burguesas de clases medias para lograr apoyos electorales y meterse en política internacional para tratar de lograr entre gobiernos cambios institucionales, nada tienen que ver con el socialismo como sistema social que busca el fin de la explotación del trabajo y la igualdad. Sin embargo debe reconocerse que el camino de la lucha por el socialismo no puede ser sólo uno: el que los que siempre hemos estado en la oposición radical recorremos desde hace casi 200 años y que solemos defender como dogma. Teniendo claros los objetivos, el enemigo principal y nuestros aliados, tenemos la obligación de conocer otras estrategias –algunas más sencillas y atractivas- que pueden desviarnos por el camino del oportunismo, como también ha sucedido durante siglos. De aquí surgió la engañosa socialdemocracia que renueva el capitalismo.
5. Los gobiernos abiertamente capitalistas, asociados con los EEUU, cuyo objetivo es fortalecer el sistema de explotación, sólo se han propuesto modernizar el sistema que lleva más de 200 años de dominación política, económica e ideológica. Por el contrario los gobiernos de Castro, Chávez, Morales, Correa, Ortega que han proclamado buscar la construcción de una sociedad socialista, han tenido que chocar con mil obstáculos que no siempre han tenido la capacidad de saltar; en primer lugar, la conciencia capitalista e individualista tan profundamente arraigada en la gente; pero también el gran poder de los EEUU, así como el grupo de los ocho o de los 20, que determinan e impone sus políticas a los demás países del mundo. Al parecer –como he escrito en muchas ocasiones- no es un problema de personas sino de sistemas económicos y políticos que se enfrentan con diferente proyecto.
6. Si esos cinco gobiernos: de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, junto con los de Brasil, Argentina, Uruguay, El Salvador, Paraguay, lograran unificar sus políticas evitando que el gobierno yanqui los divida mediante ofertas y préstamos, serían los dueños de las políticas de la OEA, el ALBA, el MERCOSUR y los yanquis tendría que respetarlos; pero sucede que no. Los yanquis se meten con sus proyectos y propuestas con el único fin de enfrentar a unos y a otros. Por otro lado, la clase empresarial y derechista de esos países no deja de actuar para desestabilizar a esos gobiernos y llevarlos a las crisis. Las presiones que ha sufrido Chávez en los últimos meses exigiéndole estufas, refrigeradores, coches, así como desapareciendo del mercado artículos de primera necesidad, son políticas de boicot programadas desde los centros de inteligencia de los EEUU.
7. Por ello hay que aplaudir el regreso de Chávez a Venezuela aunque siga su convalecencia. Se espera que Fidel Castro lo haya aconsejado bien y le haya recordado que lo único que le puede garantizar a Venezuela avances hacia el socialismo es el movimiento de masas en las calles de Caracas y otras ciudades; que estas movilizaciones deben multiplicarse y convertirse en medios de educación política. La batalla de los trabajadores en las calles, las fábricas, los campos, las escuelas, en todos los países es indispensable; solamente mediante ellas se puede aplacar a la burguesía y arrinconarla para dejarla inmovilizada. Pero también hay que arreciar las luchas contra los medios de información capitalistas que están al servicio de las agencias noticiosas yanquis que en nombre de la “libertad de expresión” profundizan la conciencia reaccionaria y consumista. ¡Chávez debe reivindicar su prestigio!