Solidariedade de Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.
En Argentina vemos azorados, cómo la presión golpista a la que fuera sometida la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hoy la sufre la presidenta brasileña Dilma Roussef.
Antes la había sufrido Rafael Correa en Ecuador, Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y ni hablar de Nicolás Maduro que, luego de ganar las elecciones venezolanas, fue sometido a grupos violentos, criminales, intentando forzar un golpe de estado que no se concretó.
Espías internacionales, jueces y medios de comunicación, son los nuevos ejércitos golpistas de Latinoamérica.
Inventan noticias, causas judiciales, montan un escenario transmitido y retransmitido hasta el hartazgo para manipular a la sociedad.
La sobreabundancia de supuestas noticias negativas, exacerba los ánimos populares. Estas nuevas tácticas de dominación están siendo desplegadas en toda la región con la evidente intención de apoderarse de los recursos naturales de nuestros países.
Los argentinos vimos pancartas en las manifestaciones callejeras contra la presidenta Rousseff, que decían: “Menos Venezuela y más Argentina”, en una obvia referencia al gobierno de derecha que tiene a Mauricio Macri como mascarón de proa, pero que es comandado por las corporaciones y la banca mundial.
¿Acaso todos los brasileños pretenden ser hostilizados por policías sin identificar, que piden documentos por las calles; o ser reprimidos violentamente y encarcelados por protestar cuando les quiten derechos? ¿Pretenden ser echados de sus empleos como pasa hoy en nuestro país? ¿Pretenden dejar de realizar obras públicas, para frenar el desarrollo en infraestructura, para volver a 1970, mientras el mundo avanza? ¿Sienten la imperiosa necesidad de copiar este modelo represivo, que aumenta impuestos y tarifas mientras regala recursos a las multinacionales extranjeras y les permite fugar divisas? ¿Son conscientes los brasileños, de cuál es el modelo de país que tenemos hoy en Argentina? ¿Saben que en tres meses, se quitaron todos los derechos a obtener créditos para las pequeñas industrias; se clausuraron programas de atención a la ciudadanía; se eliminaron los controles de precios; se devaluó la moneda un 63% ; se disparó la inflación y la economía entró en franca recesión? ¿Conocen la censura y la asfixia económica a los pequeños medios de comunicación que está ejerciendo el gobierno argentino? ¿Sabrán acaso de la persecución política a la que están siendo sometidos hoy los dirigentes políticos de nuestro país que no están alineados con el gobierno; los ataques violentos a agrupaciones políticas; de la insidiosa persecución y amenazas a Madres de Plaza de Mayo o al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel?
Este es el gobierno que tenemos hoy en Argentina. Y llegaron al poder, por apenas 400.000 votos más que el otro candidato. Muchos, ya se arrepintieron de haber votado por Macri, pero ahora, ya es tarde y sufren las consecuencias de su error.
El ataque judicial y mediático que están sufriendo Dilma Roussef y José Inácio “Lula” da Silva, lo conocemos bien.
Y sabemos cómo sigue.
¡Por favor, hermanos brasileños, no se dejen engañar! ¡Defiendan con todas sus fuerzas su gobierno democrático! No permitan que las corporaciones den un golpe de estado en su país.
¡Luchen! ¡Defiéndanse!
Miren hacia Argentina: ¡esta semana los banqueros han comprado legisladores para entregar la soberanía derogando dos leyes nacionales en favor de los Fondos Buitres y lo hicieron a pedido de un juez municipal estadounidense! Esta decisión, someterá a nuestro país a un nuevo ciclo de endeudamientos y entrega del patrimonio nacional; pero sobre todo, hundirá en la pobreza a la mitad de la población en muy poco tiempo.
Brasil es un país maravilloso, bello, con enormes recursos naturales, con la más importante reserva de biodiversidad en sus selvas, que garantizan la alimentación y la sanidad del mundo; pero sobre todo, tiene un pueblo digno, orgulloso de su nación, y absolutamente soberano.
Reciban mi solidaridad aquellos que ya están luchando contra las nuevas formas de tiranía que se están expresando en Brasil, y no bajen los brazos.
No entreguen su futuro.
Por favor, luchen.
