Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
(Português/Español).
A Argentina entrou numa pendente econômica que se acelera diariamente e após o sexto mês consecutivo de queda da atividade econômica, entrou oficialmente em recessão.
No Congresso Nacional, sem nenhum esforço, Mauricio Macri consegue fazer sancionar leis chave que destroem o sistema de aposentadorias, que isentam de impostos aqueles que mais bens têm; e que garantem impunidade para que faz lavagem de dinheiro e corporações financeiras, o que demonstra a escassa oposição política ao governo.
Não tem dirigentes políticos visíveis que levantem as bandeiras da reclamação de justiça social, além da ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
A ex-presidenta está sendo perseguida midiática e judicialmente. As operações políticas na sua contra não têm fundamento; são ridículas e selvagens, ao ponto de que juízes federais violam leis para conseguir levá-las à prática.
Nas últimas semanas, houve vários acontecimentos de gravidade inusitada, silenciados pela grande mídia e que deveriam chamar a atenção das pessoas democráticas do mundo.
Violando uma lei provincial, um juiz mandou despejar uma fábrica metalúrgica de autopeças. Essa lei dava aos trabalhadores o direito a operá-la até dezembro de 2017. No violento despejo, polícia prendeu umas vinte pessoas. Mas tinha três trabalhadores que não apareciam. A rápida intervenção de organismos de Direitos; a presença na delegacia do Prêmio Nobel da Paz Adolfo Pérez Esquivel; a dilvugação nas redes sociais e um juiz democrático expediu ordem de habeas corpus, deram como resultado que, várias horas mais tarde, os três fossem localizados numa delegacia que não tinha avisado da sua prisão.
Grupos aparentemente civis, encapuzados, de mais de vinte pessoas, ingressaram na noite de domingo no escritório do jornal Tiempo Argentino, recuperado por seus trabalhadores. Esses sujeitos bateram nos funcionários e quebraram as instalações e as ferramentas de trabalho. A polícia protegeu os criminosos e a 15 horas da ocorrência ainda não se conhece o nome dos atacantes. Isto se soma ao ataque similar que sofre uma rádio faz alguns dias, e às palavras de Darío Lopérfido, ministro da Cultura da Cidade de Buenos Aires que “aconselha” os artistas e escritores a não falarem de política.
Amparados nas sombras da noite do dia anterior, um grupo com as mesmas características entrou na igreja de Nossa Senhora de Fátima, na Isla Maciel, um lugar muito humilde na Grande Buenos Aires e destruiu as instalações da sacristia. Faz dois meses que ali funciona um refeitório comunitário para paliar a grave situação econômica dos vizinhos. O fato poderia ser catalogado como um ato de vandalismo, mas o Padre Francisco Oliveira, pertence ao Grupo de Padres em Opção pelos Pobres, que todo mês emite duros documentos contra as políticas de fome e exclusão do governo de Mauricio Macri.
Diante da catástrofe econômica que está gerando, o governo parece apostar pelo mais tenebroso da Ditadura: os ataques noturnos à imprensa, trabalhadores sindicalizados e sacerdotes.
Como em 1976, a direita, encoberta pela grande mídia e um setor do poder judiciário, volta a usar o medo como disciplinador social.
Argentina está entrando novamente nas sombras.
Argentina: Tiempos que recuerdan las sombras de la Dictadura
Por Débora Mabaires, Buenos Aires, para Desacato.info.
Argentina ha entrado en una pendiente económica que se acelera día a día y luego del sexto mes consecutivo de caída de la actividad económica, entró oficialmente en recesión.
En el Congreso Nacional, sin ningún esfuerzo, Mauricio Macri puede hacer sancionar leyes claves que destruyen el sistema previsional, que eximen de impuestos los que más bienes tienen; y que garantizan impunidad para lavadores de dinero y corporaciones financieras, lo que demuestra la escasa oposición política al gobierno.
No hay dirigentes políticos visibles que enarbolen las banderas del reclamo por la justicia social, más allá de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La ex presidenta está siendo perseguida mediática y judicialmente. Las operaciones políticas en su contra son infundadas, ridículas y salvajes, al punto de que jueces federales violan leyes para llevarlas a cabo.
En las últimas semanas varios hechos de inusitada gravedad se sucedieron, silenciados por los grandes medios, y que deberían llamar la atención de las personas democráticas del mundo.
Violando una ley provincial, un juez ordenó el desalojo de una fábrica metalúrgica de autopartes. Esa ley daba a los trabajadores el derecho a operarla hasta diciembre de 2017. En ese desalojo violento, la policía se llevó detenidos a una veintena de personas. Pero, había tres trabajadores que no aparecían por ningún lado. La rápida intervención de organismos de Derechos Humanos; la presencia en la comisaría del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; a la difusión en las redes sociales y un juez democrático que dio curso a un hábeas corpus, lograron que varias horas más tarde, los tres fueran localizados en una comisaría que no había dado aviso de su detención.
Grupos aparentemente civiles, encapuchados, de más de veinte personas, ingresaron anoche en el local del diario Tiempo Argentino, recuperado por sus trabajadores, y golpeándolos y rompiendo las instalaciones y los elementos de trabajo. La policía protegió a los maleantes y a 15 horas del hecho, aún no se sabe los nombres de los atacantes. Esto se suma al ataque similar del que había sido objeto una radio hace unos días; y a las palabras de Darío Lopérfido, ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires que “aconseja” a los artistas y escritores no hablar de política.
Amparados en las sombras de la noche del día anterior, un grupo con las mismas características ingresó en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en la Isla Maciel, un lugar muy humilde del conurbano bonaerense, y destruyó las instalaciones de la sacristía. En el lugar desde hace dos meses, funciona un comedor comunitario para paliar la grave situación económica de los vecinos. El hecho podría ser catalogado como un acto de vandalismo, a no ser porque el Padre Francisco Olveira, pertenece al Grupo de Curas en Opción por los Pobres, desde donde cada mes se emiten duros documentos contra las políticas de hambre y exclusión del gobierno de Mauricio Macri.
Ante la catástrofe económica que está generando, el gobierno parece apostar por lo más tenebroso de la Dictadura: los ataques nocturnos a medios de prensa, trabajadores sindicalizados y curas.
Como en 1976, la derecha, encubierta por los grandes medios de prensa y una parte del poder judicial, vuelve a usar el miedo como disciplinador social.
Argentina está entrando nuevamente en las sombras.
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Fotos: Trabalhadores de Tiempo Argentino.
