Por Débora Mabaires, para Desacato.info.
Tradução: Tali Feld Gleiser, para Desacato.info. (Port./Esp.)
Macri foi embora.
Na última semana, com suas montagens cênicas, sua mídia e seus jornalistas comprados, quis dar uma pátina de institucionalidade para sua administração se fantasiando de democrático e organizando pequenos vídeos institucionais com linda fotografia e falando de si próprio. Atingiu o ponto máximo do cinismo no dia sábado 7 de dezembro, quando organizou uma manifestação de despedida.
É interesante analisar a dialética do discurso macrista e notar como todos os manifestantes entrevistados, sem exceção, gritavam consignas contra o novo governo, soltando expressões horríveis que iam desde acusações infundadas até ameaças de morte criminosas.
Três dias mais tarde, Macri deixou seu cargo sem que nem um dos seus adeptos conseguisse sorrir e lembrar de algo bom durante a sua gestão.
As primeiras palavras do novo presidente Alberto Ángel Fernández renovaram o fôlego das multidões que se amontoavam sob o potente sol do meio-dia.
Quero ser o Presidente capaz de descobrir a melhor faceta de quem pensa diferente de mim. E quero ser o primerio em conviver com ele sem entrar nas suas falências.
Quero ser capaz de corrigir meus erros em vez de me situra no pedestal de um iluminado.
Eu venho convidá-los para construir essa sociedade democrática.
Estas últimas palavras recordaram o início da presidência de Néstor Kirchner quando veio nos propor um sonho, acompanhado de seu chefe de gabinete Alberto Fernández.
Durante mais de uma hora, o novo mandatário argentino detalhou alguns encaminhamentos da política que levará adiante. Explicou qual era a situação econômica catastrófica em que Macri deixou o país, em recessão, com inflação alta e praticamente inadimplente.
“Sem pão não há presente nem futuro. Sem pão a vida somente se padece. Sem pão não há democracia nem liberdade”, disse para anunciar a criação do Plano Integral Argentina Contra a Fome, e antes de hierarquizar a saúde, a educação e a moradia como parte dos direitos humanos fundamentais que também terão prioridade na sua gestão.
Nas relações exteriores também marcou o terreno: a defesa da soberania argentina sobre o Atlântico Sul, os territórios de ultramar e a Antártida.
Procurará a integração ao mundo, mas sobretudo regional, privilegiando os laços com a América Latina e teve palavras para aliviar a tensa relação que tinha delineado Jair Bolsonaro.
Com a República Federativa do Brasil, particularmente, temos para construir uma agenda ambiciosa, inovadora e criativa, no tecnológico, produtivo e estratégico, que esteja respaldada pela irmandade histórica de nossos povos e que vai além de qualquer diferença pessoal daqueles que governam a conjuntura. Vamos honrá-la, vamos avançar juntos na construção de um futuro de progresso compartido.
O discurso derramou tranquilidade sobre o povo à medida que Alberto Fernández ia falando, mas, especialmente, quando se referiu à conjunção de fatores quecolocam em xeque a democracia no nosso país.
Fernández cravou o estilete no pútrido Poder Judiciário, anunciando uma reforma integral da Justiça Federal, essa que foi criada há 30 anos e desde então serviu como arma de extorsão para os políticos e empresários que sejam obstáculos para as corporações financeiras ou empresariais multinacionais, ou como encobridora dos mais aberrantes delitos contra o povo.
Também anunciou a intervenção da Agência Federal de Investigações e a eliminação das “despesas reservadas”, dinheiro público e sem controle nem limite algum, com os que Macri premiou os espiões que organizaram, com montagens e provas falsas, a perseguição judicial contra seus opositores. Esclareceu que esse dinheiro se usará para reforçar as dotações orçamentárias destinadas a acabar com o opróbrio da fome na Argentina.
Mas o golpe de misericórdia o deu quando anunciou que se acabaria a pauta publicitária oficial para os jornalistas e que, a partir de agora, o Estado argentino só financiará com publicidade aqueles meios que deem algum serviço de utilidade para reforçar a educação e o conhecimento de todos os argentinos e argentinas.
Alberto Fernández busca parar, de vez e para sempre, os poderes mais obscuros e nefastos que têm toda a nação de refém.
Nunca mais ao Estado secreto.
Nunca mais à escuridão da democracia.
Nunca mais é nunca mais,
disse e conquistou as almas de milhões de argentinos que quando ouviram o ruído das correntes rotas, saímos a celebrar a boa notícia pelas ruas chorando de emoção, cantando e dançando até o amanhecer porque agora sim temos futuro.
Alberto Fernández: “Nunca más es nunca más”
Macri se fue.
En la última semana, con sus montajes escénicos, sus medios de difusión y sus periodistas comprados, quiso dar una pátina de institucionalidad a su administración disfrazándose de democrático y organizando pequeños videos institucionales con linda fotografía y hablando de sí mismo. El punto máximo del cinismo lo alcanzó el día sábado 7 de diciembre cuando organizó una manifestación de despedida.
Es interesante analizar la dialéctica del discurso macrista y notar cómo todos los manifestantes entrevistados, sin excepción, gritaban consignas en contra del gobierno entrante, dando rienda suelta a expresiones horribles que iban desde acusaciones infundadas hasta delictivas amenazas de muerte.
Tres días más tarde, Macri dejó su cargo sin que aunque más no sea uno solo de sus adeptos pudiera sonreír y recordar algo bueno de su gestión.
Las primeras palabras del nuevo presidente Alberto Ángel Fernández dieron un renovado aliento a las multitudes que se agolpaban bajo el potente sol del mediodía.
Quiero ser el Presidente capaz de descubrir la mejor faceta de quien piensa distinto a mí. Y quiero ser el primero en convivir con él sin horadar en sus falencias.
Quiero ser capaz de corregir mis errores, en lugar de situarme en el pedestal de un iluminado.
Yo vengo a invitarlos a construir esa sociedad democrática.
Estas últimas palabras recordaron al inicio de la presidencia de Néstor Kirchner cuando venía a proponernos un sueño acompañado de su jefe de gabinete Alberto Fernández.
Durante más de una hora, el flamante mandatario argentino detalló algunos lineamientos de la política que llevará adelante. Explicó cuál era la situación económica catastrófica en la que Macri dejó al país, en recesión, con alta inflación y prácticamente en default.
“Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad” dijo para anunciar la creación del Plan Integral Argentina Contra el Hambre, y antes de jerarquizar la salud, la educación y la vivienda como parte de los derechos humanos fundamentales que también tendrán prioridad en su gestión.
En las relaciones exteriores también marcó el terreno: la defensa de la soberanía argentina sobre el Atlántico Sur, los territorios de ultramar y la Antártida.
Buscará la integración al mundo, pero sobre todo regional privilegiando los lazos con latinoamérica y tuvo palabras para aliviar la tensa relación que había esbozado el presidente Jair Bolsonaro.
Con la República Federativa del Brasil, particularmente, tenemos para construir una agenda ambiciosa, innovadora y creativa, en lo tecnológico, productivo y estratégico, que esté respaldada por la hermandad histórica de nuestros Pueblos y que va más allá de cualquier diferencia personal de quienes gobiernan la coyuntura.
La vamos a honrar, vamos a avanzar juntos en la construcción de un futuro de progreso compartido.
El discurso derramó tranquilidad sobre el pueblo a medida que Alberto Fernández iba hablando, pero, sobre todo, cuando se refirió a la conjunción de factores que jaquean la democracia en nuestro país.
Fernández clavó el estilete en el putrefacto poder judicial, anunciando una reforma integral de la justicia federal, esa que fue creada hace 30 años y desde entonces ha servido como arma de extorsión para los políticos y empresarios que sean obstáculos para las corporaciones financieras o empresariales multinacionales, o como encubridora de los más aberrantes delitos contra el pueblo.
También anunció la intervención de la Agencia Federal de Investigaciones y la eliminación de los “gastos reservados”, dinero público y sin control ni límite alguno, con los que Macri premió a los espías que organizaron, con montajes y falsas pruebas, la persecución judicial contra sus opositores. Aclaró que ese dinero, se usará para reforzar las partidas destinadas a terminar con el oprobio del hambre en Argentina.
Pero el golpe de gracia, lo dio, al anunciar que se acabaría la pauta publicitaria oficial para los periodistas y que a partir de ahora, el Estado argentino sólo financiará con publicidad a aquellos medios que den algún servicio de utilidad para reforzar la educación y el conocimiento de todos los argentinos.
Alberto Fernández busca poner, de una vez y para siempre, el freno a los poderes más oscuros y nefastos que tienen de rehenes a toda la nación.
Nunca más al Estado secreto.
Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza.
Nunca más a los sótanos de la democracia.
Nunca más es nunca más.
dijo y conquistó las almas de millones de argentinos que al oir el ruido de las cadenas rotas, salimos a celebrar la buena noticia por las calles, llorando de emoción, cantando y bailando hasta el amanecer, porque ahora sí tenemos futuro.
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Débora Mabaires é cronista e mora em Buenos Aires.
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