Por Koldo Campos Sagaseta.
La Audiencia Nacional ha absuelto a todos los ciudadanos vascos juzgados por Udalbiltza ya que, “en un estado democrático quedan fuera del ámbito penal la acción política y las manifestaciones ideológicas, gusten éstas o no, sean mayoritarias o minoritarias, sean compartidas o no. Y lo hace, incluso, cuando éstas repugnen a la inmensa mayoría, como ocurre con el silencio o la falta de condena de los atentados terroristas.”
O lo que es lo mismo, que por más que nos repugnen las manifestaciones ideológicas del ministro del Interior o de su sucedáneo en el País Vasco, o que ni Rubalcaba ni Ares condenen el atentado de la incomunicación, la dispersión y la tortura… quedan fuera del ámbito penal sus opiniones y sus silencios.
Y que no obstante nos resulten inmundas las manifestaciones ideológicas de los empresarios, o que no condenen el atentado del paro, del despido libre, del aumento de la edad de jubilación, de la explotación… quedan fuera del ámbito penal sus criterios y sus omisiones.
Y que a pesar de que nos parezcan nauseabundas las manifestaciones ideológicas de los banqueros, o que no condenen el atentado del desahucio, del embargo, de la impunidad, de las comisiones… quedan fuera del ámbito penal sus secretos y sus depósitos.
Y que así nos resulten asquerosas las manifestaciones ideológicas de los grandes medios de comunicación, o que no condenen el atentado de la calumnia, del engaño, de la patraña… quedan fuera del ámbito penal sus anuncios y sus fábulas.
Y que así nos parezcan repulsivas, además de hipócritas, las manifestaciones ideológicas de Zapatero o Rajoy, o que el Estado español no condene el atentado de las guerras e, incluso, contribuya a las mismas como el sexto exportador de armas en el mundo, especialmente a África, además de tropas… quedan fuera del ámbito penal sus desmentidos y sus negocios.
En definitiva, que no comparto la sentencia, pero la acato.