Las lágrimas están cubriendo mi vista. Pero, están develando mi corazón. Esta dolorosa noticia, esta insoportable muerte del presidente Chávez, ha descubierto mi sensación del amor que despiertan quienes luchan por sus convicciones y, puta che, mueren por ellas. Nosotras y nosotros, que luchamos día a día, en la cotidianeidad sabemos que el amor es fundante de la lucha y de las lágrimas. Es fundante de la política que nos hemos propuesto en Latinoamérica. Por eso, la política es amor. Es nuestro cuero puesto a defender e imponer los derechos de los pueblos.
La muerte es una consecuencia de la vida. La muerte es parte de la vida. Por ello, seguimos viviendo. Por eso, sigue viviendo Chávez. Sigue viviendo Néstor. Siguen viviendo la vieja y el viejo que nos dieron la vida.
No puedo dejar de llorar. No puedo dejar de sentir este gran amor que me nació por la política, hace tanto tiempo. Este amor irreductible, prepotente, consuetudinario, loco, imprevisible, abrumador, persistente y eterno. Este amor surgió, otra vez, hoy cuando se me paró el corazón cuando vi CHAVEZ HA MUERTO. NO! Por qué? Porque la muerte es parte de la vida.
Seguís viviendo Comandante porque sigo llorando y sigo sintiendo una pena que no tiene fin. Como siguen viviendo y pensando mujeres y hombres, niños y niñas, viejos y viejas de esta Patria Grande.
Chau, Comandante. Tengo que seguir luchando. Nos encontramos por siempre.
*De Radio Nacional Mendoza, Argentina.