Se ha desatado toda una campaña de manejo engañoso en el discurso del sector oposicionista. Existe un gran conflicto de candidaturas que mantiene en vilo a los seguidores de la oposición. Los que dirigen la difamación contra el Presidente Hugo Chávez, trabajan con el rumor, tratan de ir creando en la población dudas y desconfianza respecto a la enfermedad del líder de la Revolución Bolivariana y en las medidas económicas tomadas por el gobierno para evitar la especulación desatada y que genera inflación. El fin último es desarrollar una opinión adversa a los cambios que se están desarrollando en Venezuela a favor de los desposeídos y que se irradia desde nuestro país hacia las sociedades del planeta que andan en la búsqueda de una vida y un mundo mejor en donde los pobres son los que empujan la historia para lograr ese cometido, para su liberación y reconocimiento como ciudadanos con derecho a la vivienda, salud, alimentación y educación. No es por casualidad la proliferación de innumerables entes de caracteres religiosos (tal como pasó en Chile, en la década de los años 70 ante el inevitable triunfo de las fuerzas de izquierda donde al final obtuvo la presidencia de ese país Salvador Allende), para tratar de detener el camino de las insurgencias populares con el argumento de la existencia de un camino ya trazado para cada uno de nosotros por un ser superior. ¿Quiénes son los elegidos? ¿Serán las 20 familias más poderosas económicamente en el mundo? ¿Serán los privilegiados que creen que construyendo bunkers subterráneos en caso de una guerra nuclear se salvarán en una tierra destruida y totalmente contaminada?
En medio de este drama existencial, terrenal y celestial, se desata en las grandes potencias mundiales y países europeos guiados por la economía del gran capital, una gran crisis que condujo a los Estados Unidos a acumular una inimaginable deuda de 14 billones de dólares (85% del PIB) y que recientemente el congreso de esa nación decidió aumentarla y reducir en diez años dos billones. Cuando el primer Ministro de la Federación Rusa Vladimir Putin calificó de parasita la economía estadounidense, quiso decir que además de ir succionando la riqueza de otros países, a la vez cerraba la posibilidad de desarrollo de los mismos. Esta crisis se hace terminal, aunque pueda prolongar su existencia. Siempre llegará a su final y de esa forma tendremos la desaparición de otro imperio en el planeta.
Esa razón, explica la insistencia de los Estados Unidos y la OTAN DE invadir a otros pueblos, imponer formas de gobierno aliados en tierras ricas en petróleo, agua dulce, biodiversidad. Financian conspiraciones y ataques armados, bombardeos a Libia, Irak, Afganistán y cercan a Venezuela preparando en un futuro el zarpazo militar cuando lo consideren oportuno.
La oposición en Venezuela, está jugando a la posibilidad de unificar a la población electoral que vota contra Chávez mediante la implementación de una tarjeta unitaria, sin perder sus símbolos Se están jugando el destino de un sistema en decadencia que ellos quieren salvar y a su vez su existencia política en el escenario nacional. Ellos no manejan una propuesta de carácter nacional. La oposición está sumamente comprometida con los norteamericanos en su momento más crítico y decadente. Por ello, en un supuesto triunfo opositor sería retroceder a la neoesclavitud.