A nova “Banana Republic” da América do Norte

Por Marco A. Gandásegui, h.

ALAI AMLATINA, 01/04/2011.-  EEUU se encamina rápidamente en convertirse
en una “Banana Republic”, al igual que varios países de Europa. El
economista Michael Hudson, antiguo especialista de Wall Street, señala
que esta tendencia “se puede ver en marcha en el Estado de Wisconsin. La
ciudad más grande de Wisconsin –  Milwaukee, hasta hace poco la más rica
de EEUU— está entre las cuatro grandes urbes más pobres de EEUU”.

Basta un estudio superficial de la “Ley presupuestaria” de Wisconsin,
aprobada a principios de marzo, que incluye la privatización de plantas
públicas de generación de energía y un nuevo sistema de contratos
públicos sin licitación. Las 37 plantas que el gobernador Scott Walker
pretende vender por liquidación producen calefacción y refrigeración a
bajo costo para las ciudades, las universidades e, incluso, para las
cáceles del estado. La ley presupuestaria pretende vender todos los
bienes del estado a precios de liquidación. Se supone que esta política
beneficiará a los grandes contribuyentes de la campaña electoral del
Partido Republicano, como las industrias de los hermanos Koch. Para
cubrir esta transferencia de riquezas a los más ricos, el estado
cargaría a perpetuidad la factura de producir esa energía a los
contribuyentes de Wisconsin.

Estas son las mismas políticas aplicadas en los últimos 20 años en
Panamá, que han empobrecido a los hogares y eliminado empleos
productivos. En Chile se hizo lo mismo desde principios de la década de
1980 con Pinochet. Menem en Argentina, Fujimori en Perú, Salinas de
Gotari en México, Carlos A. Pérez en Venezuela, siguieron ese camino y
lanzaron a sus países a la ruina. En la actualidad, en América latina
muchos países han corregido los errores del pasado y tratan de sentar
las bases para levantar países más prósperos.

Las repúblicas bananeras se caracterizan por no tener políticas de
desarrollo nacional y depender de los agentes financieros extranjeros.
En el caso de EEUU, sus capitales productivos (que incluyen fuerza de
trabajo, tecnología y financiamiento) se están “externalizando”. En
otras palabras exportando a China y otros países “emergentes” con
políticas de desarrollo. La clase propietaria de EEUU ha optado por
mantener sus niveles  de ganancia expropiando los ahorros de los
trabajadores y reduciendo sus ingresos.

En el caso de Wisconsin, la ley presupuestaria tiene entres sus planes
destruir el Sistema de Jubilación (WRS). El WRS es uno de los sistemas
de pensiones públicas más estables, mejor financiados y mejor
gestionados de EEUU. Aunque Wisconsin no es un estado muy populoso, el
WRS ha llegado a acumular 75 mil millones de dólares en reservas. Esto
le ha permitido pagar puntualmente generosas pensiones a sus
funcionarios retirados, sin necesidad de subsidios públicos. La ley
impulsada por el gobernador Walker está redactada con un lenguaje que
acabaría con el sistema. “Es un asalto a sus activos para pagar
ulteriores recortes fiscales para los ricos (especialmente los
propietarios) y arrojando a los tiburones de Wall Street buena carnaza.
Una vez liquidados, los empleados públicos pasarán a los sistemas
privados de ahorro para la jubilación, manejados por gestores de dinero
que trabajan a comisión”.

En una propuesta separada, el gobernador Walker empezaría el proceso de
privatización de los dos campus universitarios, que subvencionan los
doctorados de la Universidad de Wisconsin. “Irónicamente, plantea
Hudson, las universidades estatales a las que el gobierno federal
concedió (a fines del siglo XIX) terrenos públicos para su construcción
–entre las que la de Wisconsin descolló— fueron creadas por los
republicanos proteccionistas de aquella época marcada por el desarrollo.
Estos promovían  visiones alternativas a la doctrina desfasada del libre
mercado, que dominaba en las prestigiosas universidades de la Ivy
League, las ocho grandes universidades privadas del noreste de EEUU,
encabezadas por Harvard. Esas universidades estatales públicas
establecidas en terrenos federales cedidos a los estados, como sus
semejantes en Alemania, enseñaban una nueva política económica de
gestión estatal y empresa pública que formó la base del subsiguiente
desarrollo norteamericano y alemán”.

Otras propuestas sugieren la venta de los bosques públicos de Wisconsin,
rebosantes de minerales y riqueza maderera. Hudson asegura que las
iniciativas de los republicanos de Walker es una declaración de guerra
contra los trabajadores. “Es una guerra también contra las instituciones
de la era progresista de Wisconsin. Su política amenaza con la
pauperización del estado y amenaza darle un golpe de gracia a las
instituciones progresistas. Contra la sugerencia de John Keynes, de
proceder a la ‘eutanasia del rentista’, a quien se quiere eutanasizar
ahora, en toda la América del Norte y en toda Europa, es a la clase
media”. Bienvenidos a la nueva república bananera.

– Marco A. Gandásegui, hijo, es Profesor de la Universidad de Panamá e
investigador asociado del CELA.

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